Conmemoramos fechas de acontecimientos que no vivimos

Cada año en que se conmemora el 2 de Octubre (no se olvida), de inmediato surgen voces de personas de todas las edades criticando que haya nuevas generaciones que celebran esta fecha siendo que ni siquiera habían nacido. Obviamente que esto sucede no nada más en publicaciones  de todo tipo tanto emitidas por analistas  comentaristas tanto en impresos como en comentarios de televisión, sino también y desde luego con familiares, amigos y conocidos; y ahora también en las redes sociales.

Sin embargo, la respuesta podría ser de lo más sencilla al preguntarle a esa gente que despotrica el porqué se recuerda esa fecha con una marcha y proclama de los caídos, por qué se desfila el 1 de mayo, el 16 de septiembre y el 20 de noviembre; y ahora también podría haber nacido otra marcha para cada día 26 de septiembre en memoria de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, en el estado de Guerrero.

Claro que el desfile del 1 de mayo es por los mártires de Chicago y que sucedió en otro país y no en el nuestro, y el del 16 de Septiembre por el inicio de la Independencia de México, y ambos acontecimientos se dieron en el siglo XIX; pero el desfile del 20 de noviembre ya pasó en pleno siglo XX, al igual que la matanza de la Plaza de las Tres Culturas el 2 de octubre de 1968 y la desaparición de los normalistas que fue el 26 de septiembre del 2014, ya en este siglo XXI. Así que si se desfila en las fechas tradicionales, entonces por qué no hacerlo el 2 de octubre y el 26 de septiembre de cada año si también son fechas que han marcado a nuestro país drásticamente, porque jamás se podrá minimizar la gravedad de estos sucesos, porque si bien las fechas de los desfiles las marca la historia oficial, las otras fechas ya también son históricas desde luego, como las huelgas de Bellavista, Nayarit, Cananea, sonora y Río Blanco, Veracruz; y aunque no se desfile en las fechas en que sucedieron las huelgas antes señala
das, aun así perduran en la mente de muchos mexicanos y obviamente siguen estando plasmadas en los libros de historia.

Así que para quienes se disgustan porque ahora personas jóvenes conmemoran el 2 de octubre aunque aún no hayan nacido, pues es precisamente gracias a sus ancestros que los han tenido al tanto de los acontecimientos que les tocaron vivir y por lo trascendental de los hechos se los comunican a sus descendientes para que aunque sean de boca en boca, por eso se dice con firmeza que 2 de octubre no se olvida. Lo bueno es que los tristes acontecimientos de 1968 ya han comenzado a aparecer en los libros de historia tanto gratuitos como de texto, si bien escuetamente, lo bueno es que ya se les está dando a conocer a las nuevas generaciones que sí hay motivos para conmemorar estas fechas aparte de las ya tradicionales.

Entonces si los mexicanos celebramos el inicio de la independencia y de la Revolución Mexicana, ¿por qué no conmemorar el 2 de octubre por parte de las nuevas generaciones aunque todavía no hayan nacido?

Y si también desfilamos el 1 de Mayo aunque los hechos hayan ocurrido en el vecino país del norte, tal vez lo hacemos y festejamos el día del trabajo por lo mismo, porque también en nuestro país hay clase trabajadora que desde siempre ha sido mayormente explotada y por ser un emblema de las huelgas de principios del siglo XX en nuestro propio país y que dieron pie de lucha para posteriores huelgas en que lo único que siempre han exigido los trabajadores es, al igual que los mártires de Chicago, mejores condiciones de trabajo y salarios justos y equitativos con la calidad del trabajo.

Bien se dice que quien no recuerda la historia está condenado a repetirla a cada rato; y tal vez por algo en las pasadas administraciones se pretendió eliminar la materia de Historia, lo mismo que se hizo con la de Civismo; pero con eliminar la Historia de las clases de enseñanza, si que estaban aventando a un abismo oscuro a las nuevas generaciones porque también es un hecho aquello que se dice constantemente de que quien no sabe de dónde viene, no sabe perfectamente hacia dónde va.

Pero lo que sí es un hecho, es que si no aprendemos de la historia constante y cotidianamente estaremos propensos a cometer los mismos errores del pasado con las mismas o peores consecuencias que ya hemos vivido, vivimos y que tal vez seguiremos viviendo.

De ahí que sea necesario que en las escuelas de todos los niveles se siga impartiendo la materia de Historia, porque es una de las que más nutren y nos ayuda a conocernos mejor.

Sea pues. Vale.