Octavio Camelo Romero y sus lances
Oscar González Bonilla
30 de Septiembre de 2019
Siempre tuve la creencia que Octavio Camelo Romero había nacido en Tuxpan, Nayarit, pero no, me entero que su madre María Isabel Romero Astorga lo parió en Tepic, casa ubicada en la avenida Allende entre las calles San Luis y Ures al oriente de la capital nayarita.
El testimonio se puede leer en el libro “Un capítulo de la lucha comunista en Nayarit”, escrito por el hijo de este, nombrado Vladimir Camelo Avedoy, quien se interna en los avatares de la lucha política de Octavio Camelo Romero principiada en los años sesentas.
Hijo de madre soltera, empleada del gobierno estatal, en tierna infancia que no sobrepasaba los cuatro años de edad, Octavio es trasladado a la cabecera municipal de Santiago Ixcuinta “por asuntos de la familia”. Junto con su mamá radican en casa de la abuela. Hizo allí iniciales estudios de instrucción primaria en la escuela Elías Martínez Ochoa, la famosísima EMO.
La familia mudó a Tuxpan, precisamente cuando dejó de existir la abuela, “con la esperanza de encontrar mayores oportunidades de trabajo y mejor sueldo”. Allí realizó completos sus estudios de primaria y a la vez se empleaba en la tienda para la venta de ropa del árabe Amín Modad, esposo de su tía Antonia Romero.
Transcurrían años finales de la década de los sesenta cuando la logia masónica a través de su Centro Cultural emprende la tarea de fundar una escuela preparatoria que nombraron Del Nayar. Una vieja casona ubicada por la calle Abasolo 25 oriente, frente al jardín entonces llamado de Los Constituyentes, a un costado del edificio de Palacio de Gobierno en Tepic, sirvió de aula a un buen número de jóvenes estudiantes, y otros no tanto.
El director de la preparatoria en ese entonces fue el doctor en medicina humana Luis Navarrete Zúñiga, mientras que impartían cátedra maestros de la talla de Alfredo Delgadillo Arreola, Antonio Partida Valdovinos, Mateo Rangel, Raúl Rea Carbajal, José Dolores Mártir, Enrique Mejía (sacerdote católico), Pedro Castillo Romero, Jesús Navarrete Zúñiga y Rafael Montes Carrillo, entre otros. Se iniciaba la nueva disposición educativa de cursar el bachillerato en tres años.
A colación viene lo anterior, porque Octavio Camelo Romero entabló estrecha amistad con el doctor Luis Navarrete Zúñiga. Incluso Camelo ingresó como maestro a la institución educativa y enseguida por la relación que los unía, las instalaciones de la preparatoria del Nayar fueron utilizadas como sede del Frente de Defensa Popular que a brazo partido luchaba contra el impuesto de dos pesos por metro lineal del frente de la casa que en todo Tepic pretendía cobrar el gobierno estatal de Roberto Gómez Reyes. En la organización de colonos de dicho frente, papel protagónico jugó Camelo, sin demerito de otros más como Rosalío González, más conocido como Chalío el churrero, y el propio Luis Navarrete.
Masonería y maestros solicitaron a autoridades educativas del gobierno de Roberto Gómez Reyes (1969-1975) el registro de la Preparatoria del Nayar, pero se les negó. Cada vez que pidieron el registro de la institución para validez de los estudios, fue rechazada la pretensión. Ante esa situación, los masones con su Gran Maestro al frente, para entonces Don Antonio Meza Pérez, propietario de la mercería La Mariposa, decidieron fundar un medio de comunicación para la defensa de sus intereses educativos y de otros.
En el proyecto, fundamental fue la participación del doctor Luis Navarrete Zúñiga, imagino que por la cercanía entre ambos también fue decisivo el concejo de Octavio Camelo Romero. Luego de la compra de maquinaria usada en Guadalajara, Jalisco, de hacer todos los trámites correspondientes y convencer de su participación a Francisco Cruz Angulo, Andrés González Reyna y Emilio Valdez Hernández, nace a la vida pública un 9 de marzo de 1973 el Diario del Pacífico.
Finalmente la Preparatoria del Nayar fue incorporada a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) luego que masones y maestros hicieron valer su amistad e influencia con personajes del sistema educativo y político en el Distrito Federal. Posteriormente, con el apoyo económico del presidente de la república, Luis Echeverría Álvarez, aumentaron instalaciones y se crearon estudios de carreras profesionales, tal fue el caso de Trabajo Social, por esa razón pasó a ser Universidad Autónoma del Nayar.
Fue entonces que se dio la malhadada detención de Octavio Camelo bajo la acusación de ser cómplice del asesinato de un niño. En el libro antedicho tiene el asunto un capítulo especial. El autor narra: “Octavio estaba a la vista y figuraba como un líder social en favor de las masas populares, un líder querido y defendido por los colonos. El famoso “cuatro”, que es una trampa puesta a algún personaje que deseas quitar de la vida pública, fue la estrategia utilizada para separar a Octavio del camino. Mediante el asesinato de un niño fue como se planeó dañar a Octavio. Al niño le habían dado golpes en la cabeza, tenía lesiones y escoriaciones en todo el cuerpo y fue asfixiado. Además, le habían fracturado sus extremidades para poder colocarlo dentro de una maleta, y posteriormente lo dejaron en el salón del taller de talabartería de la Universidad Autónoma del Nayar”.
El menor sacrificado se llamaba Luis Alberto Mejía Mariscal, era sobrino del padre Enrique Mejía. Como presunto responsable, primero la Policía Judicial del Estado hizo la detención del joven Luis Castillo Mata, quien en la institución educativa era el encargado del taller de talabartería. Posteriormente aprehendieron a Camelo al ser señalado por Luis Castillo como cómplice.
Los colonos del Frente de Defensa Popular hicieron férrea defensa de Camelo y extendieron la movilización por alrededor de Palacio de Gobierno durante los ocho días que el inculpado allí estuvo detenido en mazmorras de la judicial del Estado. Camelo fue absuelto y puesto en libertad, ya que con base en las investigaciones se evidenció su inocencia. Hasta la fecha es respetable su calidad moral.
Es en cantidad la narración de los acontecimientos sociales, estudiantiles, magisteriales y políticos que de la etapa gloriosa de comunista realizó Octavio Camelo Romero. Recomendable es la adquisición del texto para conocer parte de la interesante vida de este eminente personaje nayarita.
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