Tepic, Nayarit, viernes 29 de marzo de 2024

Salvador Castañeda O’Connor, sobreviviente histórico del fraude electoral de 1975

Oscar González Bonilla

19 de Septiembre de 2019

(Por decisión del jurado calificador, este trabajo se hizo merecedor del Premio Estatal de Periodismo 2014, en el género Entrevista)

Salvador Castañeda O’Connor es obligado referente de la historia política de Nayarit, uno de los pilares base del gasconismo (“en alusión a Alejandro Gascón Mercado, figura emblemática de la izquierda de este estado de México”, ha dicho Carlos Rafael Rea Rodríguez), corriente política que en la entidad nuestra tuvo predominio durante más de 30 años a partir de los años 60’s. Alejandro murió el 17 de febrero de 2005.

En la actualidad Castañeda O’Connor vive en confortable casa de la colonia Los Fresnos en Tepic, modesto el menaje como la biblioteca con estricto lo necesario para profundizar en nuevos conocimientos y escribir más libros, hasta hoy cinco, en su computadora, pero eso sí con amplia área jardineada superior en extensión a la de las viviendas de interés social que construía el gobierno. Una perra raza pastor alemán hace labores de vigilancia.

Vive Salvador muy en consonancia a su ideología comunista.

Lo encuentro entusiasta y en apariencia rebosante de salud, a pesar de sus cerca 83 años de edad (“vivir más de 80 años es casi una indecencia; pero tiene sus ventajas”, escribió Castañeda O’Connor). Me recibe en su casa con similar euforia a aquel encuentro casual de hace años en la terminal de autobuses de la ciudad de Guadalajara, Jalisco, donde no sólo me dio un abrazo sino un beso en la mejilla como testimonio de amistad comunista, detalle que en la vida jamás olvidaré.

Previo a entrar en materia periodística, entrevista a la que accedió sin limitante alguna, ni de tiempo ni temas, razón de mi presencia en su casa, conversamos por más de una hora sobre diversas cuestiones de índole personal tanto de uno como del otro. Él sordo por lo avanzado de su edad, yo por una cirugía para extirpar un tumor de la cabeza, convertimos aquello en un diálogo de sordos, pero con voz a altos decibeles y elevado silencio de la biblioteca, ningún problema tuvimos para hacernos escuchar.

NACE EN FAMILIA DE CLASE MEDIA

Dice haber nacido en Tepic, ciudad capital del Estado de Nayarit, el 14 de octubre de 1931, está a seis meses de cumplir 83 años. Niega haya sido en el seno de familia acaudalada, tampoco pobre.

De inmediato hace referencia a su abuelo don Buenaventura O’Connor, quien de entre sus múltiples ocupaciones la principal fue de cantinero. Fundador de la vieja cantina nombrada Mi Oficina por la avenida México (al lado de la ferretería Pantoja) junto con el señor Domingo Villaseñor que por apodo era conocido como “Mingacha”. Tuvo varias, pero la más importante es la que construyó en el cerro camino viejo a Xalisco que se llamó “El Laberinto”.

Relata que se nombró así porque precisamente había que transitar por un laberinto para llegar a la cima del cerro. Desde allí se contemplaba en todo su esplendor la hermosura del valle de Matatipac antes de ser dañado por la mancha urbana, también se observaba la pequeña ciudad de Tepic. “Considero que fue la cantina más importante de Nayarit. Mi abuelo vendía mucho vino, sobre todo brandis nacionales e importados, pero también tequila y whisky. En esa época los bebedores locales no eran cerveceros. Creo que la cantina fue muy importante porque me topé con algunas notas que especificaban el consumo por cajas, hasta de 30 cajas de vino, más no supe si se trataba del consumo de un día, una semana o un mes, pero el consumo se medía por cajas”.

La cantina para don Buenaventura O’Connor era un buen negocio, le dejaba bastante dinero. Afirma Salvador que por más cantidades de licor que bebían los clientes no se embriagaban, cree que el aguante provenía de la cantidad abundante de oxigeno en la zona, a pesar de la altitud de la taberna. “Sabido es que la ingesta de alcohol provoca falta de oxigeno, y eso finalmente es lo que te emborracha”.

HIJO DE UN POLÍTICO HONRADO

Pido hable ahora de su familia paterna. Sentencia que la de su padre, Gabriel Castañeda Landázuri, era todavía más humilde, aunque éste siempre se dedicó a la política, “mi padre fue un hombre muy honrado”.

Refiere que don Gabriel era hijo de un minero zacatecano que se estableció en Nayarit,  en San Luis de Lozada, municipio de Tepic, para desarrollar oficio de buscador de minas, donde precisamente nació Castañeda Landázuri.

“Mi padre fue un agrarista enfermizo, en cuanta oportunidad tenía, repartía tierras. Ya viejo, siendo delegado agrario en Sinaloa, cargo que le concedió el gobernador Gabriel Leyva Velázquez, amigo entrañable de él, repartió un millón de hectáreas en aquella entidad”.

Sostiene O’Connor que don Gabriel Castañeda Landázuri es el autor de la fundación de casi todos los ejidos del sur de Nayarit durante el gobierno del General Cárdenas, de 1934 en adelante.

Su padre como diputado fue líder del Congreso del Estado en su sexta legislatura, misma que califica de histórica en razón de que la minoría de legisladores, a la cual pertenecía don Gabriel Castañeda Landázuri, desaforó a la mayoría. Se conformaba por siete diputados.

Explica: “Sucede que la mayoría de diputados pretendió desconocer como gobernador de Nayarit al General Juventino Espinoza, quien, con el aval del presidente Lázaro Cárdenas, había repartido masivamente la tierra en nuestro Estado.

“La Casa Aguirre acostumbrada a cambiar de gobernador cada que se le antojaba, quiso hacer lo mismo con el General Espinoza, entonces sobornó a la mayoría de los legisladores.

Sin embargo, la minoría, de tres diputados encabezados por mi padre, que se conservó leal al General Espinoza y al General Cárdenas, se encerró en la Cámara de Diputados, que en aquel entonces se ubicaba por la calle Mina y Veracruz, en una esquina de lo que ahora es Palacio de Gobierno, protegidos por el Ejército no dejaron entrar a nadie y empezaron a desaforar gente. Ya cuando llegaron los diputados de la mayoría (cuatro) estaban desaforados, entonces llamaron a los suplentes.

“El acto, como yo he explicado, fue arbitrario, inconstitucional, antidemocrático, lo que tú quieras y mandes, pero los campesinos nayaritas mucho lo agradecieron porque se conservó en el poder el gobernador agrarista, es decir, Juventino Espinoza.

FORMACIÓN CARDENISTA

Estudió primaria en la escuela para hijos del Ejército, que se ubicó donde hoy se encuentra la escuela Fernando Montaño en Tepic. “Fue internado para gente muy humilde, fueran o no hijos del Ejército. Yo no tenía nada que ver con el Ejército, pero mi madre pudo inscribirme”.

Cuando terminó el cuarto grado, tuvo que acompañar a su madre Elisa O’Connor Gutiérrez a la ciudad de México para desahogar asuntos que ella allá tenía. De regresó a Tepic ya no lo inscribieron en el internado para hijos del Ejército, sino en la escuela Fernando Montaño que funcionaba en el edificio colonial que hoy es el Museo Regional, avenida México y Zapata, para cursar quinto y sexto grados bajo la tutela del profesor Alfredo Delgadillo Arreola.

La secundaria la realizó en el internado de segunda enseñanza para hijos de trabajadores, al igual que la anterior, fundada por el presidente Lázaro Cárdenas con el interés de que pudieran estudiar jóvenes de familias pobres. “Además de alimento, uniforme y artículos escolares, nos daban hasta `domingo´; nunca supe por qué a esa cuota semanal le llamaban el pre, mismo que ocasiones se acumulaba porque no lo recogíamos religiosamente cada semana. Se nos juntaba lo de un mes, hasta dos meses, y ya lucía”.

Castañeda O’Connor sostiene que los muchachos de esa escuela (ubicada en lo que hoy se conoce como secundaria federal, México e Insurgentes en Tepic) eran muy alboroteros y el pre lo destinaban para hacer bailes con las mejores orquestas de la época: Hermanos López, de Tepic, y Hermanos Altamirano, de Santiago Ixcuintla.

“Nosotros hacíamos bailes con frecuencia, cada tres meses por lo menos, y pagábamos la orquesta con el pre que recogía la Sociedad de Alumnos.

“Un día Chucho Ruiz, quien era el director de la escuela, dijo que ya estaba bueno que la Sociedad de Alumnos utilizara el dinero en tantas pachangas. Puso una mesa para llamar uno a uno a los alumnos y entregarles individualmente su pre, pero nosotros pusimos otra mesa a diez metros de distancia y allí llegaban los muchachos y les entregaban el pre, querían seguir con las fiestas”. Da la casualidad que Salvador Castañeda O’Connor era el secretario general de la Sociedad de Alumnos.

PREPARATORIA REACCIONARIA

Había una añeja tradición de que los egresados de esta escuela secundaria en Tepic fueran a continuar estudios de Preparatoria a un internado en Coyoacán, Distrito Federal, también fundado por don Lázaro Cárdenas. Pero cuando Salvador Castañeda y su inseparable amigo Alejandro Gascón Mercado terminaron estudios secundarios, dicha institución educativa había sido cerrada por razones de índole político durante el gobierno de Ávila Camacho.

Pero ellos no cejaron en su propósito de irse a la ciudad de México, por lo que se inscribieron en la Escuela Nacional Preparatoria de la UNAM de la calle San Ildefonso, en el corazón de la metrópoli. O’Connor dice que para ellos el ingreso representó un duro golpe ideológico, por ser esta una escuela reaccionaria, mientras que “nosotros llegamos con un pensamiento progresista, avanzado, partidario del socialismo. Fue casi imposible, muy difícil adaptarnos a la ideología de nuestros nuevos maestros”.

“Las ideas del socialismo las adquirimos en la secundaria, tan sólo por ser esta para hijos de trabajadores era ya un nombre proletario, la mayoría de los maestros eran miembros del Partido Comunista, y los que no, cuando menos eran cardenistas, aunque en esa época predominaba el régimen de Miguel Alemán, mientras que los estudiantes teníamos una ligazón orgánica con la Confederación de Jóvenes Mexicanos (CJM), integrada en su base por estudiantes del Politécnico, de las normales rurales y de secundarias para hijos de trabajadores, pero dirigida por lombardistas”.

Narra que buena cantidad de estudiantes secundarianos, entre los que se hallaban Salvador y Alejandro, fueron ideologizados mediante la lectura de la revista Presente y Futuro que el maestro Vicente Lombardo Toledano dirigía y elaboraba desde la CTM, cuya entrega a los muchachos era ordinaria. También recibían periódico lombardista El Popular que servía a las ideas del progreso.

Alejandro Gascón terminó estudios de secundaria en Tlatlauquitepec, Puebla, a donde decidió ir porque en ese lugar se encontraba la sede de la federación de estudiantes de escuelas secundarias para hijos de trabajadores, donde logró su propósito de ser electo dirigente nacional de la organización mejor conocida como ANESHTAC. Disputó el cargo a Augusto Gómez Villanueva, a quien derrotó en votación democrática.

O’Connor sostiene que se hicieron muy buenos amigos de Augusto, amistad que se prolongó en ciclos de secundaria, preparatoria y hasta profesional. Luego, con acento de voz tenue, lamenta el papel que en contra ellos jugó Gómez Villanueva para favorecer el fraude electoral de 1975 en Nayarit. “Sufrimos la amargura de que un amigo tan entrañable se haya ensañado tanto con nosotros, sus amigos. Pero fuera de eso, con Augusto la llevamos muy bien la mayor parte de la vida”.

Mientras Salvador Castañeda continuó estudios en la Facultad de Derecho de la UNAM que concluyó en 1957, Alejandro Gascón denegó seguir porque lo absorbía la actividad al lado del maestro Lombardo en asuntos del Partido Popular que enseguida se transformó en Partido Popular Socialista. “Seguramente Alejandro hizo la reflexión de que recibiría más y mejores enseñanzas de Vicente Lombardo que todos los maestros de la facultad juntos. Y le atinó”.

DOS VECES DIPUTADO FEDERAL

Gira la conversación al tema de cuando en 1967 fue por primera vez del PPS candidato  a diputado federal. Con sarcasmo afirma que no ganó, pero que buen susto le sacó al PRI. Arrasó en votos a su favor en la mayoría de los municipios del sur de Nayarit, pese a ello el partido en el poder hizo triunfar de forma fraudulenta a su candidato Roberto Gómez Reyes con una cantidad de sufragios muy superior, sacados sabe dios de donde.

Sin embargo, Castañeda O’Connor fue diputado federal hasta en dos ocasiones. Formó parte de la 49 legislatura para el periodo 1973-76, así como de la legislatura número 52 en los años de 1982 a 1985.

ESPECIALISTA EN DERECHO AGRARIO

Siendo aún estudiante de Derecho encontró trabajo en el Departamento de Asuntos Agrarios y Colonización (DAAC), primero en un cargo muy modesto en el departamento jurídico, enseguida le dieron la encomienda de analizar demandas de terratenientes en exigencia de pago de indemnización por expropiación de tierras para la constitución de ejidos en el país.

Pasó por Amparos, también fue nombrado representante del DAAC ante la Junta de Conciliación Y Arbitraje, donde a la semana pidió su remoción porque se trataba de enjuiciar a sus propios compañeros de trabajo que cometían irregularidades, actos de corrupción y otras faltas. Lo regresaron a la sección de Amparos por orden de su jefe Galo Álvarez del Castillo.

Salvador Castañeda O’Connor se convirtió en trabajador ejemplar al dar solución a 150 oficios en exigencia del pago de indemnización por expropiación de tierras por lo regular dictámenes en contra de los propietarios de grandes extensiones de hectáreas, contrario a sus compañeros que registraban el trámite de ocho oficios al mes. Ello le valió no sólo el derecho a alternar en la cantina con los viejos burócratas del departamento jurídico, sino obtuvo el ascenso a jefe de la Oficina de Resoluciones Presidenciales del DAAC.

Quince años en el departamento agrario hicieron posible la especialización en la materia. Reconoce Castañeda O’Connor haber aprendido bastante del licenciado José Hinojoza Ortiz, director de Derechos Agrarios, a la sazón su jefe inmediato superior, a quien describe como persona progresista, cardenista, partidario de la reforma agraria y muy amigo de los campesinos.

“A él hasta las mañas le aprendí para favorecer a los campesinos ante un gobierno enemigo de éstos, reaccionario, un gobierno enemigo del reparto agrario como lo fue el de Adolfo Ruiz Cortines”.

NACE EL PARTIDO POPULAR EN NAYARIT

Acepta Salvador Castañeda que la fundación en Nayarit del Partido Popular ocurrió por campesinos de Tuxpan encabezados por Pedro de la O, de esa manera se organizaron políticamente para luchar contra el cacique Gilberto Flores Muñoz, “quien se robaba sus cosechas y asesinaba campesinos”.

Confirma que en Nayarit el primer secretario general del Partido Popular (fundado por Vicente Lombardo en 1948) fue el médico veterinario Viterbo Cortez Lobato, veracruzano que en esa época radicaba en Tepic. Parte de este primer comité fueron el teniente coronel Evaristo Jiménez Valdez (padre de la señora María Eugenia Jiménez Valenzuela), un matrimonio de médicos (el entrevistado no recordó los nombres), el dentista Daniel Uribe Flores…

Castañeda admite que Alejandro ni él fueron en Nayarit fundadores del PP, sin embargo desde que con esas siglas el Partido Popular participaba en la vida política del país, ellos ya formaban parte de la estructura militante. “Luego que Alejandro y yo nos fuimos a México nos incorporamos al Partido Popular, porque desde aquí ya íbamos picados de viruela. Tengo credencial del partido firmada por el maestro Lombardo del año de 1952”.

Como dirigente de la organización estudiantil adherida a la CJM, Alejandro Gascón de inmediato en México se enroló a las filas partidistas de Vicente Lombardo Toledano, mientras que Castañeda O’Connor se mantuvo un tanto alejado porque su tiempo estaba más dedicado al estudio y trabajo. Pero ambos participaron en la campaña del maestro Lombardo en 1952 como candidato del Partido Popular a la presidencia de la república, Alejandro con toda plenitud, mientras que O’Connor y otros compañeros por tiempo en la pega de carteles, distribución de volantes y realización de pintas.

INTENTARON APODERARSE DEL PPS

En el transcurso de 1976, ya fallecido el maestro Lombardo (16 de noviembre de 1968), enardecidos por la traición de la dirigencia nacional del Partido Popular Socialista en las negociaciones por el fraude electoral de Nayarit en 1975, la corriente gasconista convoca, con el aval de la mayoría de integrantes del comité central, a una asamblea nacional que con éxito extraordinario se realizó en el cine Estadio de la ciudad de México con el propósito de recuperar al partido.

Según versión de O’Connor gozaban de la simpatía de la parte mayor de militantes en el país, razón por la que Alejandro Gascón fue electo allí secretario general del PPS Mayoritario, se conformó un nuevo comité central y se decidió la expulsión inmediata de Jorge Cruickshank García y todos los integrantes de la dirección traidora. Pero toparon con el inconveniente de que la Secretaría de Gobernación no hizo válido el proceso de elección y por tanto nunca reconoció a la nueva dirigencia pepesista.

“Comprendimos que el gobierno de Luis Echeverría protegería hasta la muerte a su aliado Jorge Cruickshank, entonces nuestra decisión fue cambiar de siglas de PPS Mayoritario al de Partido del Pueblo Mexicano” (PPM).

En el gobierno de José López Portillo intentaron el registro del PPM como partido nacional. Sometidos a las disposiciones de ley, en el sentido de realizar al menos 20 asambleas estatales, O’Connor apunta que no lograron el objetivo, solamente cumplieron con la reunión del número de militantes exigido en los estados de Nayarit y Jalisco.

Comenta que en el estadio de beisbol de Tepic, que el gobernador Ney González destruyó “de manera arbitraria, absurda”, lograron la asistencia de más de siete mil nayaritas, mientras que la ley exigía la presencia de tres mil personas. La asamblea constitutiva se realizó ante el concurso de personal de Gobernación, mientras que el licenciado García Contreras encabezó a un grupo de notarios que dio fe solo de la asistencia de tres mil 500, no más.

Decidieron intentar la vía del registro condicionado para lo cual cumplieron en su totalidad los requisitos, pero el titular de la Secretaría de Gobernación, Jesús Reyes Heroles, también creador de la reforma política, argumentó que al PPM le faltaban 15 días de antigüedad, por tanto hubo rechazo a su propósito.

Transitaron además por el Partido Socialista Unificado de México (PSUM) que fundaron lombardistas y militantes del Partico Comunista Mexicano (PCM). “Ese evento trascendental fue el primer intento serio de la unidad de la izquierda en México entre dos corrientes políticas fundamentales de la izquierda del siglo pasado”.

EL HISTÓRICO FRAUDE ELECTORAL DE 1975

Pido, casi le exijo a O’Connor, me desentrañe aquella negociación que en la mesa se dio para deshilvanar políticamente entre las partes el fraude electoral de 1975 que el gasconismo desde siempre sostuvo ocurrió cuando en juego estuvo la gubernatura de Nayarit.

Se lo demandé sabiendo que Salvador Castañeda O’Connor formó parte del compacto equipo de Alejandro Gascón Mercado que defendió a capa y espada que éste había triunfado en las urnas, cuando menos tres a uno –hay quienes a la vuelta de los años aseguran que fue diez a uno-, frente al candidato del PRI, Coronel Rogelio Flores Curiel.

En ese 75, comienza la referencia de Castañeda O’Connor, el comité central del PPS, aún siendo presidente Jorge Cruickshank, acordó llevar a cabo reunión para examinar la situación del proceso electoral de Nayarit, donde, asegura, unánimemente se decidió dar la pelea por la nulidad de las elecciones.

Ante el Congreso del Estado presentaron un documento por escrito en exigencia central de la nulidad de las elecciones. “Decíamos ahí que el Ejército había intervenido, se había llevado paquetes electorales. No podíamos nosotros alegar que habíamos ganado, pero tampoco reconocer que habíamos perdido. En las pocas actas de escrutinio que llegamos a poseer, nosotros ganábamos en una proporción enorme: tres a uno”.

Fue entonces que en la ciudad de México se aprobó la decisión partidista de acudir al llamado del presidente de la república, Luis Echeverría Álvarez. “El presidente tomó la iniciativa, no nosotros, de discutir el problema de las elecciones de Nayarit”.

“Alejandro y yo estuvimos presentes en todas esas negociaciones.

“Te quiero decir en primer lugar que en esa época a un presidente de la república no le podía uno decir que no. Es un poder real en este país, y un poder en manos de un asesino es peor. Tú no puedes decirle al presidente yo no voy a las platicas, hay que ir. Y una vez que asistes, tienes que reconocer la autoridad del presidente sino te lleva la chingada. El presidente siempre fue en México, bueno cuando menos hasta ese momento, y creo que lo sigue siendo, la primera y última instancia de cualquier negocio.

“Entonces fuimos. Primero nos obligaron tener platica previa con (Mario) Moya Palencia, que era secretario de Gobernación, y ahí fue donde se vinieron todos los ofrecimientos. Moya Palencia nos felicitó al llegar porque habíamos hecho una campaña extraordinaria, una votación muy respetable y que por fin se realizaría el sueño del maestro Lombardo de formar un gobierno democrático y plural.

“Él nos pidió que reconociéramos que el PRI había ganado la elección para gobernador, a cambio el PRI nos reconocería triunfos en la mitad del Congreso y en la mitad de los ayuntamientos, pero además algunos cargos importantes en el Poder Ejecutivo, como el secretario general de gobierno, que serían para elementos de nuestro partido. Esos fueron los ofrecimientos concretos de Moya Palencia.

“Alejandro se negó a todo. Y enseguida nos fuimos a ver al presidente, pero ya una comisión muy pequeña, integrada por Moya Palencia, Cruickshank, Ortiz Mendoza, Alejandro y yo.

“El presidente nos recibió de buen talante, de buen humor. A ver, explíquenme que pasó. Alejandro tomó la palabra para ratificar nuestro triunfo electoral, pero no reconocido. Denunció irregularidades graves, destacó la participación del Ejército que secuestró paquetes electorales de una gran parte de casillas instaladas.

“Total, que el PRI reconoció que nosotros sacamos 50 mil votos y que el PRI 70 mil. Pues es un porcentaje muy alto. Si el PRI reconoce que ustedes obtuvieron más de 50 mil votos, quiere decir que ustedes ganaron, dijo el presidente. Y luego alargó: Y que otras cosas….

“Fue entonces que tuve única intervención de la manera siguiente: Señor presidente, usted está informado debidamente, es más, tiene mejores informes que nosotros, y usted sabe bien lo que nos hicieron, para que tanta pregunta. Usted sabe mejor que nadie que nos hicieron el fraude electoral.

“Después de ello el presidente no hizo más preguntas. Bueno, y qué solución le vamos a dar al asunto, replicó. A ver, vamos a suponer que anulamos las elecciones, es esa la solución correcta, preguntó a Moya Palencia.

“Yo no estoy de acuerdo en que se anulen las elecciones, señor presidente, contestó. Pero si usted toma esa determinación, el asunto es fácil de resolver. El actual Congreso en funciones –el siguiente tomaría posesión en enero de 1976- como principal instancia electoral es quien debe resolver. Ellos ya presentaron escrito para solicitar la anulación, entonces el Congreso debe darles la razón: aprobar la anulación, nombrar gobernador interino y convocar a nuevas elecciones.

“Ah, muy bien, expresó el presidente. Que presenten una terna para de allí elegir al gobernador interino.

“Salimos de ahí muy contentos. Yo recuerdo la fecha exacta de esa reunión, porque ese día el propio presidente Echeverría nos informó que había muerto Francisco Franco (dictador de España), el 20 de noviembre de 1975, la fecha nunca se me olvidó. De ahí cordialmente nos despedimos del presidente porque había una solución. Al mismo tiempo nos citó para nueva reunión donde se tomarían acuerdos definitivos.

“Como a los cinco seis días fue la siguiente entrevista. Llevamos los nombres de quienes proponíamos para gobernador interino. Era gente del PRI, los proponíamos mañosamente (no recordó dos nombres), entre ellos Alberto Tapia Carrillo. El interino duraría en el gobierno solo unos meses, mientras se realizaban las elecciones, y nosotros no queríamos quemar a nuestra gente.

“Con Tapia Carrillo habíamos hablado previamente, es más, a instancias de él; a mí entréguenme el gobierno y yo les garantizo elecciones honradas, porque yo soy su amigo, yo voté por Alejandro, dijo Tapia. Yo ya me sentía secretario general de gobierno (risa prolongada pero con ganas, difícil de contener).

“Esta ya no fue una reunión pequeña, como la inicial donde sólo participamos seis personas, tampoco en un salón estrecho, sino uno muy grande en Los Pinos, donde estaban presentes más de veinte priistas, mientras que nuestra delegación se conformaba por cinco elementos, entre ellos Cruickshank,  Alejandro y yo.

“Entramos y estaba una caterva de cabrones: Emilio M. González, Roberto Gómez Reyes y todos los que nos hicieron el fraude; Augusto Gómez Villanueva (secretario general del CEN del PRI), Porfirio Muñoz Ledo (presidente del PRI nacional), Del Toro Calero y muchos más funcionarios de los sectores priistas. Pero el presidente de la república brillaba por su ausencia.

“Alejandro de inmediato rechazó reunirse con ellos, dijo que él venía a reunirse con el presidente de la república para escuchar una respuesta al planteamiento de la reunión anterior. Dijeron que vendría, que juega simultáneas como los ajedrecista, atiende otra reunión. Escucharemos sus opiniones mientras llega el presidente. A tanta insistencia, nos quedamos.

“El primero en tomar la palabra fue Muñoz Ledo. Dijo: Nosotros iniciamos conversaciones con los compañeros del PPS, mismos que publicaron en el periódico Excélsior el documento que presentaron al Congreso donde piden la nulidad de las elecciones, y eso rompe el proceso de negociación. En consecuencia, he dado instrucciones para que la base de nuestro partido defienda el triunfo en Nayarit, porque esas elecciones fueron limpias, puras y perfectas.

“Entonces habla Cruickshank para decir que esa no era la opinión del presidente, ustedes traicionan al presidente, está muy lejos lo que opina el presidente de lo que expresó Muñoz Ledo.

“Pide la palabra Augusto Gómez Villanueva y al dirigirse a Cruickshank dijo: Mire ingeniero, cómo va usted a creer que traicionamos al presidente, esas son estupideces. Nosotros hablamos con base en la opinión del presidente, porque las elecciones en Nayarit fueron limpias. Quienes hicieron el fraude en Nayarit fueron los del PPS, ellos imprimieron boletas falsas, hubo tres veces más boletas de estas que las oficiales, que ellos distribuyeron con anticipación.

“En ese momento de su asiento se levanta Alejandro para decir que no estaba obligado a escuchar majaderías y mentiras de Augusto, por tanto me retiro de la reunión. Entonces interfiere Muñoz Ledo para dirigirse a Alejandro, llamarle la atención y pedir que se modere el lenguaje. A mí no me llama la atención ningún hijo de la chingada, respondió Alejandro. Cuando esto sucedía entró el presidente.

“En secreto yo había dicho a Alejandro que después de esa expresión iríamos a parar en la cárcel.

“El presidente se dirige a los ahí reunidos para manifestar: ¡Qué ya no se puede hablar entre mexicanos! Vengan, los invito a todos a cenar. Nos dieron tamales, pan de conchas muy sabrosas.

“Los asuntos siguieron. En la cena sucedieron cosas muy importantes. Echeverría se dedicó a escuchar sin pronunciar una sola palabra.

“Del Toro Calero  se dirigió al presidente para expresar que no estaba de acuerdo con lo dicho por Gómez Villanueva, en el sentido de que los del PSS hicieron el fraude electoral mediante edición clandestina de boletas electorales. Ellos hicieron en papel estraza con clara evidencia de no falsificar boletas, sino una especie de boleta para enseñar a los ciudadanos a votar. Eso es lo que a mí me consta. Mira que decir eso el sinvergüenza de Del Toro Calero.

“Intervino Emilio M. González (dirigente de la CTM de Nayarit): A mí, señor presidente, me acusan de haber aplicado la cláusula de exclusión a 70-90 trabajadores que votaron por el PPS. Eso es una calumnia. Le pregunta el presidente ¿A cuántos expulsaron? A unos diez, dijo (otra risotada kilométrica).

“El presidente Echeverría dio término al mencionar que no se llegaría a ningún acuerdo, por tanto decidió la integración de una comisión formada por dirigencias del PPS y PRI, sin la participación de Alejandro y sin mí, para continuar el examen de esos asuntos.

“Llegando aquí, Alejandro elaboró un manifiesto que publicó fundamentalmente Diario del Pacífico para dejar en claro el rechazó profundo al ofrecimiento del PRI-gobierno, que consistió en la entrega de la mitad de los ayuntamientos y diputaciones, así como cargos importantes en la administración estatal, entre ellos la Secretaría General de Gobierno. Con el repudio total terminó la denuncia.

Sin embargo, ha trascendido que los dirigentes nacionales del PRI y PPS, Porfirio Muñoz Ledo y Jorge Cruickshank García, respectivamente, negociaron a espaldas de todo el mundo para que el PPS reconociera el triunfo del PRI en las elecciones de Nayarit, a cambio Cruickshank recibiría candidatura a senador por Oaxaca, curul que ocupó en 1976.

Salvador Castañeda O’Connor llega a la conclusión de que la intervención del gobierno federal para evitar la ascensión al poder del gasconismo, fue con todo el propósito de que “Nayarit no se convirtiera en un bastión de la lucha revolucionaria por el socialismo”.

“En nuestra plataforma electoral nunca ofrecimos la implantación del socialismo para una entidad, porque es imposible organizar un sistema socialista dentro de un sistema capitalista de carácter nacional. Nosotros proponíamos un sistema democrático avanzado, pero democrático al fin. Pero nada nos impedía convertir al Estado, primero, en un refugio de todos los perseguidos políticos a consecuencia de su lucha por el socialismo. Segundo, en un bastión económico y político para la difusión de las tesis del socialismo y levantar al pueblo de México a favor de una revolución socialista.

EL PERRO DISTRACTOR

-Licenciado, usted en el 75 fue candidato a presidente municipal de Tepic…

-Qué bueno que te acuerdas, porque todo mundo habla del triunfo y del fraude que le hicieron a Alejandro, pero casi nadie habla del triunfo y del fraude que me hicieron a mí.

-Sostiene que fue mayor el fraude que le hicieron a usted ¿Cómo está eso?

-Ellos sabían bien que Tepic era bastión nuestro, como ninguna otra región del Estado. Y lo sabían perfectamente, porque cuando las elecciones del 72 a Alejandro apenas si le reconocieron máxime 7 mil votos, ganamos con una diferencia de mil votos…

En este preciso momento la puerta se abre de golpe, es la perra pastor alemán que seguramente con el hocico destrabó de una ventana el cable eléctrico duro que mantenía cerrada la puerta de la biblioteca. O’Connor suspende la plática al ver que el noble animal inquieto husmeaba, moviendo insistente la cola, sobre todo al visitante. Se paró de su asiento y se encaminó al exterior pidiéndole a la perra que lo siguiera: “Vente, deja en paz a Oscar”. Se fue tras él, pero luego se regresó. Finalmente obedeció al amo.

Enseguida empezó el repiqueteo del teléfono, cuando todavía O’Connor encerraba al perro. Luego recordé la recomendación del licenciado Benjamín Sandoval Cedano: Hay que insistir en las llamadas, porque no escucha bien. De nuevo sonó el teléfono, por su lentitud en el andar, no llegó a tiempo para contestar. Al repiqueteo por tercera ocasión, Salvador contestó; por lo que decía supuse que era uno de sus hijos.

Surtió efecto el distractor. Por más que intenté reencauzar la entrevista con base en el último tema, Castañeda O’Connor continuó con lo siguiente:

“En 1972 Alejandro ganó el Ayuntamiento de Tepic con siete mil votos, a los pocos meses de ello, en julio de 1973 fui candidato del PPS a diputado federal y sólo en el municipio de Tepic saqué 14 mil votos, muy a pesar que en Bellavista y otras tres casillas se robaron ánforas. En todo el distrito obtuve 16 mil votos, pero la votación principal, el 90%, se dio en el municipio de Tepic, que fue un referéndum a favor de Alejandro, pues él había obtenido siete mil y a los meses, por mi conducto, saca 14 mil votos.

-Si ustedes (los integrantes del gasconismo) consideran le cumplieron a las futuras generaciones de militantes de la izquierda de Nayarit, ¿cuál cree usted fue su mayor aportación?

-Esa pregunta es muy buena, realmente da lugar a que te una respuesta muy amplia, compleja, no amerita una respuesta simple.

-¿Por qué considera que vivir más de 80 años es casi una indecencia?

-Porque murieron muchos hermanos, amigos y compañeros que los perdí con mucho dolor. Y yo frente a ellos me siento casi un cínico por haber vivido tantos años.

Claro que yo disfruto de la vida, quisiera vivir cien años más. Disfruto mucho la relación con los seres humanos, con el pueblo, con nuestro paisaje, nuestra geografía, nuestro México. Por cierto, como todo esto va a la ruina ya no me interesa vivir tanto.

-En el atardecer de su vida, ¿cuál es su aspiración?, señor licenciado.

-Es de que el partido en el que milito (Partido de los Comunistas, en Nayarit O’Connor forma parte de la dirección colectiva), que es un partido de gente honrada, convencida de las tesis del socialismo, militantes honestos, que a pesar de ser un partido muy pequeño tiene presencia y prestigio entre la clase obrera.

Mi aspiración es que este partido con sus aliados fundamentales (EZLN, UNÍOS, Panchos Independientes, entre otros) contribuirá a la unidad de todos los inconformes de México, y cuando se unan todas las resistencias, este sistema capitalista caerá, este gobierno ser irá a la chingada, y los vamos a juzgar, a fusilar por apátridas, por genocidas y por ladrones.                                     






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