El respeto a los símbolos patrios
Sergio Mejía Cano
18 de Septiembre de 2019
Una de las grandes tradiciones mexicanas que se podrían considerar de mayor impacto es desde ente luego y sin duda la noche del 15 de septiembre, que abre el festejo para el desfile del día siguiente y obviamente por lo que significa para la mayoría de los mexicanos: nuestra independencia.
Se dice que no hay nada escrito referente a cómo y qué se debe de vitorear por parte de los gobernantes de los tres niveles que llevan a cabo el ya arraigado grito de independencia, por lo que cada quien de los que les toca hacer la arenga le pone de su cosecha lo que se le antoje; si bien aumentarle o quitarle los personajes que se mencionan. Lo que sí no se cambia ni dejan de ser nombrados son los próceres principales como Hidalgo, Morelos, Allende, Aldama, Matamoros y doña Josefa Ortiz de Domínguez entre otros, porque en un lado se mencionan todos y en otros se omite nombrar uno que otro pero para cubrir el expediente todo queda dentro de la misma tradición.
Es muy común que la gente que asiste a esta ceremonia de la noche del 15 de septiembre conteste el viva automáticamente sin escuchar de bien a bien a quien se ha vitoreado, ya que la respuesta del “viva” es prácticamente automática, porque bien pudiera algún gobernante gritar “viva yo” y la gente respondería de inmediato en la misma forma que si se hubiese nombrado a Morelos.
En una guardería en donde se estaba celebrando esta fecha tan significativa, cierta vez me tocó oír que una de las educadoras gritó “viva Victoriano Huerta” y madres y padres de familia, así como demás personal de la guardería respondió con el respectivo grito de ¡viva!
Sin embargo, así como no hay ningún problema si se deja de nombrar a alguno de los próceres que dieron pie a la independencia de nuestro país, tampoco hay lío si se nombra a alguno de más y que no haya tenido que ver con el inicio de la emancipación comandado por el cura Miguel Hidalgo, pues se dan casos en que nombran al Benemérito de las Américas, Benito Juárez que, tal y como nos han enseñado a través de la historia de México, don Benito no participó en la independencia para nada.
Pero si bien no hay o existe ningún impedimento para que cualquier servidor público ponga o quite próceres, lo que sí hay es la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales, que señala claramente en su artículo 14 que “El saludo civil a la Bandera Nacional se hará en posición de firme, colocando la mano derecha extendida sobre el pecho, con la palma hacia abajo, a la altura del corazón. Los varones saludarán, además con la cabeza descubierta. El Presidente de la República, como Jefe Supremo de las fuerzas armadas, la saludará militarmente”.
Entonces se entiende que todo mundo ante la Bandera Nacional debe de estar con la cabeza descubierta, y el saludo al Lábaro Patrio los civiles presentes en un acto a la Bandera Nacional lo harán con la mano derecha sobre el pecho excepto el Presidente de la República quien lo hará con la mano tocando el lado superior derecho de su cabeza; nada más él, el Presidente de la República, no así los demás gobernantes de cualquier nivel inferior al Jefe del Ejecutivo Federal.
Y respecto al Himno Nacional, el artículo 45 de la misma ley citada líneas arriba, señala claramente que “La demostración civil de respeto al Himno Nacional se hará en posición de firme. Los varones, con la cabeza descubierta”. Esto desde luego que queda muy claro porque es común que desde niños a todos los mexicanos se nos enseñe que una muestra de respeto es descubrirse la cabeza en caso de traer sombrero, cachucha o cualquier tipo de gorro; y desde luego, a ponernos de pie cuando se esté entonando el Himno Nacional.
Sin embargo, al parecer esto de descubrirse la cabeza a mucha gente le tiene sin cuidado cuando se está llevando a cabo un abanderamiento o se saludará a la Bandera Nacional, lo mismo cuando se oye el Himno, porque mirando las escenas del grito del 15 de septiembre de cada año, se ve mucha gente que no se descubre la cabeza ante la Bandera ni por estar oyendo el Himno, tal y como si esto del respeto a los símbolos patrios no les significara nada en absoluto.
En las redes sociales se llama mucho la atención sobre algunos gobernantes de municipios o entidades en que vitorearon a la Virgen de Guadalupe, siendo que nos rige un Estado Laico, y si bien el estandarte del cura Hidalgo mostraba a la Virgen que tanto veneran la mayoría de los mexicanos, ahora no tiene por qué dársele preferencia a ninguna manifestación religiosa.
Sea pues. Vale.
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