Los burócratas municipales reclaman lo suyo

Por lo visto el presidente municipal de Tepic, profesor Francisco Javier Castellón Fonseca, por más bien intencionado que quiera ser y parecer no tarda en salir de un lío para caer en otro. Ahora vuelve el Sindicato Único de Trabajadores al Servicio del Estado y Municipios (SUTSEM) por sus añejos reclamos, por lo que los afiliados a dicho sindicato de burócratas volvieron a interrumpir algunos servicios.

Este pasado lunes 09 del presente mes, a eso de las 19:15 horas llego a la Plaza Principal frente a Catedral, y miro más gente de la que cotidianamente ahí se aglomera día con día. Camino hacia la Presidencia Municipal y veo que hay un plantón precisamente integrado por miembros del SUTSEM. Me asomo a la calle Puebla y también ahí hay mucha gente que no espera el camión precisamente, sino que son miembros del SUTSEM plantados en señal de protesta; me llama la atención que en su mayoría hay más género masculino que femenino.

Vuelvo al frente de la entrada principal del Palacio Municipal y me atrevo a preguntarle a un señor que está platicando con otro que qué es lo que está pasando, a lo que me responde que el presidente municipal no está cumpliendo con lo prometido, y añade alzándose de hombros que son del SUTSEM. Entonces le pregunto que si no habrá recolección de basura, a lo que me responde que sí, que ellos son los que trabajan de día y que habían venido a relevar a los que trabajan turnos mixtos o nocturnos.

Miro que sentada alrededor de la fuente de Los Delfines hay mucha gente, busco a alguien que me inspire confianza para preguntarle algo al respecto del plantón de protesta; pero de pronto la mayoría de los que estaban ahí se levantan y se dirigen hacia la entrada de la presidencia. Dos de estos señores se rezagan y se detienen justo delante de mí. Me acerco y en eso se oye la llamada de un teléfono móvil de uno de ellos que responde a esa llamada, por lo que le digo al otro señor que si le puedo hacer una pregunta, a lo que me contesta que sí, que a mis órdenes. Le pregunto qué es lo que reclaman ahora y me responde que lo de siempre, que no ha quedado del todo claro lo del fondo de sus ahorros y que también podría haber alguna anomalía con su fondo de pensiones. Le pregunto que si no les han pagado alguna quincena, a lo que contesta que hasta eso sí, que no les ha faltado el pago, pero que sí les falta una parte del aguinaldo anterior y que ya se va a llegar el tiempo del de este año y que pues no ven claro.

Le digo a mi interlocutor que recientemente la señora María Eugenia Jiménez Valenzuela aclaró que ella había dejado en ceros todas las deudas en todos los sentidos y desde luego con el SUTSEM, me dice este señor que así es, que con don Justino Ávila Arce y la señora María Eugenia no habían tenido ningún problema en cuanto a sus prestaciones, que tampoco con Ney González, que el estira y afloja comenzó con Manuel Humberto Cota Jiménez, pero sin llegar a nada serio porque sí hubo uno que otro atraso y cuentas un poco no claras, la debacle había llegado con Roberto Sandoval Castañeda cuando arribó a la presidencia municipal, y que de ahí hasta ahora no habían visto nada claro en cuanto a sus fondos de ahorros y pensiones y desde luego, uno que otro atraso en el pago quincenal (sic).

Añadió el señor perteneciente al SUTSEM, que algo mal ha estado pasando en la actual administración, ya que él había solicitado un crédito en una conocida mueblería y que dicho crédito se lo irían descontando mediante nómina; pero que de pronto le llegó un requerimiento de dicha mueblería porque no habían recibido ningún abono. Comenta este señor que él llevó a la mueblería sus recibos de pago en donde claramente estaba el descuento para el pago por nómina a esa mueblería. Sin embargo, la mueblería dijo que no había recibido ningún abono a su cuenta  que tendría que pagar con todo e intereses que ya se habían acumulado. Afirma este señor que le dijo al gerente de la mueblería que quien le debía era el municipio y no él, que ahí estaban sus recibos de nómina en donde aparecían claramente los descuentos de abono. Y hasta ahora no se había resuelto nada y no le aclaraban en la presidencia cómo le tendrían qué hacer.

En eso el otro señor dejó de hablar por teléfono celular y me preguntó que si yo pertenecía al magisterio o al sacerdocio, le respondí que no, que yo pertenecía al gremio ferroviario, y como que descansó este señor porque noté que aflojó el cuerpo. Tal vez pensó que era algún tipo de oreja o algo así.

Sea pues. Vale.