Las ayudas directas gubernamentales
Sergio Mejía Cano
06 de Septiembre de 2019
Probablemente no sea muy descabellado pensar si alguna parte del dinero que se está dando directamente a la gente por parte del actual Gobierno Federal, ya sea en efectivo o mediante alguna tarjeta bancaria, se estará yendo en muchos de los casos a un caño sin fondo debido a la cultura que tenemos muchos mexicanos de no darle el curso debido a las ayudas gubernamentales.
El actual gobierno federal dejó de proporcionar las ayudas sociales a intermediarios por tener la convicción de que se hacía mal uso de los recursos otorgados a organizaciones o dependencias encargadas de manejar los dineros para dárselos a quienes estaban dirigidos; sin embargo, esto produjo que hubiera muchas molestias por parte de esas asociaciones o dependencias porque sin más se les cortó el agua que tal vez sí aprovechaban alguna parte para otros fines, pero a fin de cuentas para eso existen las auditorías y revisión de cuentas para esclarecer el destino que se les había dado a los recursos económicos que tenían que manejar y desde luego y en su caso, transparentar. Pero la actual administración federal determinó de golpe y porrazo dejar de entregar los recursos a dichos intermediarios. Obviamente que por algo habrá sido, porque aquí se podría aplicar aquello de “piensa mal y acertarás”.
Cierta vez me comentó un compañero ferroviario que para un fin de año que había recibido sus ahorros y aguinaldo, al llegar a su casa les dio 100 pesos a cada uno de sus cinco hijos que en aquel entonces estaban entre los 13 y cinco años de edad, pero que su esposa les quitó los billetes a sus hijos diciéndoles que ella se encargaría de dárselos después. Y después de unos días este compañero les preguntó a sus hijos que si ya les había dado su mamá su dinero, a lo que le contestaron sus retoños que no, que les había dicho que se los iba a ir dando poco a poco para que gastaran en la escuela y los domingos; y que después supo que su esposa se había quedado con la mayor parte de ese dinero destinado a sus hijos porque a él le seguía pidiendo para darles para gastar en la escuela.
Le dije a mi compañero que para otra vez mejor les diera el dinero directamente a sus hijos y sin que se diera cuenta su esposa, pero mi compañero reflexionó diciendo que no, porque entonces sus hijos se gastarían ese dinero en un ratito y en puras bagatelas. ¿Y entonces? Pues seguir como siempre, le doy el dinero a ella y que ahí se encargue.
Así que algo muy parecido podría pasar con muchas familias, ancianos y jóvenes mexicanos que ahora están recibiendo directamente dinero del erario, de que se lo gasten más rápido o que por ejemplo el dinero que ahora se dice se les da para que escojan la guardería de su preferencia a los padres de familia o que se los den a los abuelos que se encarguen de cuidar a los nietos, etcétera, y se lo gasten en otros menesteres a los que no está destinado el dinero de la ayuda gubernamental. Porque también están los jóvenes que malamente se les ha denominado “ninis”, porque ya se ha estado documentando que comienzan a haber algunos tipos de tranzas de parte de vividores que les dan una parte de la beca quedándose con la otra parte y los presentan como aprendices que asisten a diario a capacitación pero que en realidad algunos chicos ni se presentan; y se ha dicho que algunos muchachos que están en esta situación no obedecen al patrón con el pretexto de que él no es el que les está pagando, sino el gobierno, por lo que no se sienten comprometidos a atender las indicaciones o exigencias del patrón o empleador en donde supuestamente están de aprendices. E igualmente se rumora también que los jóvenes que han ido becados con determinada cantidad económica, algunos están haciendo mal uso de este dinero que con tan buena fe les otorga la nueva administración federal; aunque tal vez sean rumores para tratar de desprestigiar esta ayuda, pero quién sabe.
Y ojalá y todo sea para bien y que la población que está recibiendo ayuda directa de parte del Gobierno Federal la sepa aprovechar para bien, porque podría no haber más en las próximas administraciones.
Cuando en el gobierno estatal de Ney González se les dio la Beca Universal a los pequeños de educación básica, se corrió el rumor que tal vez no pasó de ser una leyenda urbana, de que a más de una madre de familia le había costado un ojo morado o la boca reventada al no querer darle ese dinero de la beca a su viejo para que se la fuera a curar; sobre todo a la que tenía dos o más hijos en la escuela.
Sea pues. Vale.
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