El sempiterno caso de las cuotas escolares
Sergio Mejía Cano
03 de Septiembre de 2019
Pareciera ser el cuento de nunca acabar o la historia sin fin lo que sucede cada inicio del ciclo escolar en educación básica, y desde luego también al término de estos ciclos debido a que se siguen cobrando cuotas escolares a pesar de que de acuerdo al artículo 3° constitucional, dicha educación será laica y gratuita; sin embargo, al parecer a varios integrantes del magisterio esto último de la gratuidad es letra muerta o no les dice nada de nada.
Sigue habiendo quejas de padres de familia debido a que se les está cobrando determinada cuota de inscripción que tienen que pagar en un banco so pena de no admitir a sus hijos en clases, algo que a todas luces es inconstitucional, ya que el mismo artículo 3° de la Carta Magna señala enfáticamente que “Todo individuo tiene derecho a recibir educación…”; por lo tanto, toda persona que impida que un mexicano reciba educación por parte del Estado está violando flagrantemente la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, por lo que debe de ser sancionado quien impida a cualquier niño o niña entrar a una escuela para recibir la enseñanza requerida. Así que no debe de haber condición alguna para que la niñez mexicana reciba la educación y enseñanza que establece nuestra Constitución ni tampoco para poder recibir los libros de texto gratuitos y menos las boletas y certificados de estudios.
Sin embargo, ya tiene mucho tiempo que se hizo costumbre cobrar en las escuelas públicas con el pretexto de que es un acuerdo de la Sociedad de Padres de Familia; pero no nada más todo queda en que los padres de familia tienen que pagar por algo que tiene que ser gratuito en todo, sino que además también se hizo costumbre que los padres de familia carguen con los gastos de aseo y mantenimiento del plantel educativo, cosa a todas luces insana porque sería tanto como si cualquier Gobierno le pidiera a la población para pintar el balizamiento de calles y avenidas, pintura para los semáforos, para las reparaciones de los vehículos oficiales, etcétera. Ah, y todavía no conformes con estarles cobrando ya casi por todo, porque ya nada más falta que los directores y profesores de las escuelas les pidan a los padres de familia que los vistan y lo calcen a ellos, a los del magisterio por supuesto. Porque aunado a todos los cobros que no deberían de ser, ahora hay mamás y papás que se preguntan por qué en la lista de útiles que es bastante onerosa, también se les está pidiendo a los alumnos de algunas escuelas que lleven rollos de papel sanitario, botellas de cloro y desinfectantes para el aseo, y esto pues como que no va en forma alguna.
Lo que pasa es que ya son muchos años que las costumbres se hicieron leyes, y tal vez por culpa de esas nefastas asociaciones de padres de familia que no contemplan la situación económica de mucha gente que no puede pagar nada de lo que piden porque apenas tienen para mal comer y aun así se les exige que por determinación de dicha asociación se acordó pagar esto, aquello y nomás falta que lavar el automóvil del profesor que lo tenga o bolearle los zapatos, porque todo es una incongruencia con lo que establece la Constitución. Así que en este entendido si son las mentadas asociaciones de padres de familia quienes determinan los cobros por casi todo, también deberían de contemplar qué familia puede aportar cuotas y cuál familia no tiene para contribuir; y en todo caso, que paguen esos padres de familia que levantan la mano para aprobar los pagos que no deben de ser, es decir, que pague el que tenga y el que no, pues no. Así de fácil. Aunque ningún pago debería de haber.
Es obvio que hay muchos intereses de por medio, de ahí que en realidad no se haga nada en cuanto a las quejas de los padres de familia que no pueden o no quieren pagar por lo que debe de ser gratuito. No por nada las autoridades educativas no toman cartas en el asunto para impedir esta nefasta práctica de estar pidiendo dinero para algo que está garantizando la Carta Magna.
Es inaudito que a pesar de que ya se ha dicho hasta la saciedad de que ahora sí serán sancionados los directores de escuelas de educación básica que sigan pidiendo cuotas para cualquier cosa y no hagan caso por seguir en la creencia de que todo sigue siendo puro bla, bla, bla; sin embargo, deberían de tener en cuenta de que tal vez ahora sí se llegue hasta las últimas consecuencias y se pidan cuentas claras. Todo está en que se unan los padres de familia inconformes y que armen un buen argüende a nivel nacional.
Sea pues. Vale.
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