Alegría y decepción de los recién graduados
Sergio Mejía Cano
15 de Agosto de 2019
Julio, mes de las graduaciones por excelencia, sobre todo de estudiantes que culminaron sus estudios profesionales. Da gusto pasar en los días de ese mes por las inmediaciones del Teatro del Pueblo Alí Chumacero, por templos y casinos y ver a infinidad de jóvenes con la satisfacción reflejada en el rostro por haber concluido sus estudios y con la ilusión de acomodarse lo más pronto posible en algún trabajo referente a la carrera cursada.
Sin embargo, y como se dice, pocos son los elegidos o que cuentan con la suerte de acomodarse pronto en alguna empresa o negocio, por lo que esa ilusión primaria se va desvaneciendo más temprano que tarde; y desde luego que otros encuentran empleo, pero la decepción llega de inmediato al ver que el salario ofrecido no cumple las expectativas de lo que esperaban ganar de acuerdo a la profesión obtenida, por lo que muchos jóvenes nayaritas con su título en mano se ven en la necesidad de ir a buscar a otras entidades algo que se acomode tanto a su carrera como a sus pretensiones que obviamente, los recién egresados que son conscientes de que su novatez podría significar un obstáculo para ser aceptados de inmediato podrían no ser presa fácil del trauma que esto les podría ocasionar; pero podría haber otros recién graduados que se estarían desesperando a las primeras de cambio y he aquí lo malo del asunto si no saben sortear el que sus sueños se caigan como un castillo de naipes; y si bien los sueños eso son, aun así y que algunas veces sus sueños sean inalcanzables como las estrellas, de todos modos guían al viajero para conducirlo a buen puerto, aunque algunos jóvenes no lleguen a comprender esto con absoluta claridad y así poder soportar todo un cúmulo de decepciones como todo mundo las puede llegar a tener, pero que con el tiempo se vuelven superables, en el entendido que lo que le toca a cada quien tarde o temprano llega y sin necesidad de andarlo buscando.
Es muy común que en la mayoría de las ofertas de empleo se pida experiencia, una experiencia que jamás podría tener un recién egresado de cualquier tipo de profesión, por más erudito que haya sido en sus estudios, podrá contar con la teoría pero no con la experiencia de la práctica, por lo que en estos casos la clase patronal debería de ser más consciente al respecto y darles la oportunidad a los recién graduados para que se vayan empapando en cuestiones prácticas que los lleven posteriormente a esa experiencia que se solicita que tenga todo aspirante a un puesto en cualquiera empresa o negocio.
Sin embargo, si muchos jóvenes con aspiraciones sufren la decepción de no encontrar empleo por falta de experiencia o con muy bajos salarios, también los hay que son víctimas de fraudes al ver ofertas de empleo bien pagado y con prestaciones superiores a las de ley y que les piden determinada cantidad de dinero para realizar los trámites y cuando creen los solicitantes que ya la hicieron, resulta que quien ofrecía esos empleos desaparece como por arte de magia. Ahora se sabe que personas sin escrúpulos y aprovechándose de la necesidad e ilusiones de muchos recién egresados, lanzan ofertas de empleo pero con la condición de que por como están las cosas en cuestión de drogadicción piden un examen antidoping pero cubierto económicamente por el solicitante y hasta le dan el número de una cuenta en donde deposite cierta cantidad de dinero para el laboratorio y resulta que después no encuentran nada.
Esto sí que se podría decir que es de lo más criminal que pudiera haber: aprovecharse de la necesidad de gente que ocupa emplearse y que muchas de las veces se va con la finta debido a su buena fe y resulta ser víctima de un fraude. Porque está como cuando aparecen anuncios de que se ocupan personas para ir a los Estados Unidos a trabajar por seis meses y que quienes estén interesados depositen determinada cantidad de dinero en una cuenta de banco y al rato ya perdieron esa cantidad de dinero que habían depositado y desde luego la oportunidad de viajar contratados al vecino país del norte.
Pero algunas empresas o negocios no necesitan desaparecer después de hacer fraude a gente necesitada de trabajo, tal y como se documentó cierta vez en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, en que una empresa necesitaba una empleada para recepcionista y cuando llegaba una muchacha le decían que tenía que estar ocho o 15 días a prueba, y después de ese tiempo le daban las gracias y ponían a otra aspirante y así tenían recepcionista sin tener que pagarle.
Sea pues. Vale.
Comentarios