El capital ficticio en la crisis de crédito del 2007
Octavio Camelo Romero
07 de Agosto de 2019
Un derivado financiero es un producto financiero que va ligado a otro producto o “activo subyacente”, con lo cual, cuya principal cualidad es que su valor de cotización se basa en el precio de otro activo. Lo normal es que la inversión que se hace al contratar es muy baja en relación al precio de si compráramos una acción o una parte del valor subyacente por el que se decide invertir. Además, una característica principal y una cualidad indispensable que debe cumplir un derivado financiero es que siempre se liquida de forma futura.
Los instrumentos financieros derivados como los instrumentos a plazo y a futuro, los swaps y las opciones, se relacionan con la transferencia de riesgos de una entidad de la economía a otra. Otra forma importante de transferir el riesgo es la economía es la “titulización”.
La “titulización” reviste gran interés debido al papel que desempeñó en la crisis de crédito iniciada en 2007. La crisis tuvo sus orígenes en los productos financieros que se crearon a partir de las hipotecas en Estados Unidos, pero que se difundieron de Estados Unidos a otros países y de los mercados financieros a la economía real. Algunas instituciones financieras fracasaron o quebraron; otras tuvieron que ser rescatadas por los gobiernos. Definitivamente la primera década del siglo XXI fue desastrosa para el sector financiero.
Tradicionalmente los bancos han financiado sus préstamos principalmente a partir de depósitos. En la década de 1960 los bancos estadounidenses se percataron de que no podían mantenerse a la altura de la demanda de las hipotecas residenciales con este tipo de financiamiento. Esto condujo al desarrollo del “mercado de valores respaldados por hipotecas”. Se crearon portafolios de hipotecas, y los flujos de efectivo, estos son, los pagos de intereses y de capital, que generaban los portafolios, se empaquetaban como valores y se vendían a los inversionistas. El gobierno de Estados Unidos creó la Covermment National Mortgage Association, conocida como Ginnie Mae, en 1968. Esta organización garantizaba a cambio de una tarifa, los pagos de intereses y de capital sobre hipotecas calificadas y creaba los valores que se vendían a los inversionistas.
De este modo, aunque los bancos originaban las hipotecas, no las mantenían dentro de sus balances generales. La titulización les permitía incrementar sus préstamos de una manera más rápida que el crecimiento de sus depósitos. La garantía de Ginnie Mae protegió a los inversionistas contra incumplimientos por parte de los prestatarios. La titulización también se volvió común en otras partes del mundo.
Aproximadamente en el año 2000 los precios de la vivienda empezaron a aumentar mucho más rápido de lo que habían aumentado en la década anterior. El nivel tan bajo de las tasas de interés entre 2002 y 2005 fue un factor que contribuyó de manera importante, pero fueron principalmente las prácticas de préstamos hipotecarios las que impulsaron la burbuja en los precios de la vivienda. El periodo de 2000 a 2006 se caracterizó por un gran incremento en lo que se ha denominado “préstamos hipotecarios de alto riesgo”, ya que se consideran significativamente más riesgosas que el promedio.
Todas las burbujas finalmente estallan, y esta no fue una excepción. En 2007 muchos tenedores de hipotecas encontraron que ya no podían hacer frente a sus hipotecas cuando terminaba la vigencia de las tasas atractivas iniciales. Esto condujo a juicios hipotecarios y a que un alto número de casas saliera del mercado, lo cual condujo a la vez, a una disminución en los precios de los inmuebles. Otros tenedores de hipotecas encontraron que tenían un capital negativo. En fin.
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