Del imperialismo a la globalización, fase superior del capitalismo
Octavio Camelo Romero
03 de Junio de 2019
La “Era del Imperialismo” es el período que va de 1871 a 1914, y en cual se produjo una verdadera carrera para construir imperios coloniales principalmente en África, Asia y el Pacífico. Dos textos importantes que se refieren a ese periodo son “Imperialism, a study” de Hobson y “El imperialismo, fase superior del capitalismo”, de Lenin. En él se explica el fin del capitalismo de librecambio y se describe cómo en los países más adelantados la concentración de capital ha dado lugar a grandes monopolios que acaparan sectores enteros de la producción, fundamentalmente en Gran Bretaña, en Alemania y en los EE.UU. de ese entonces. Solo los grandes monopolios pueden competir entre sí. El Estado ha dejado de ser propiedad de toda la burguesía para pasar a ser solo de los sectores monopolistas de la burguesía. El Estado sirve así a los intereses de los dueños de los grandes monopolios.
Según Lenin, el imperialismo tiene por los siguientes rasgos fundamentales:
El elevado desarrollo de la producción capitalista se ha concentrado en unos pocos grandes monopolios. Pocas empresas controlan cada sector frente a los rasgos iniciales del capitalismo donde en cada sector competían muchos pequeños productores.
El nuevo papel de los bancos y la fusión de estos con el capital industrial llevan a la formación del capital financiero y al poder de la oligarquía financiera.
La exportación de capital adquiere una gran importancia respecto a la exportación de mercancías, característica de la fase precedente.
La formación de asociaciones de capitalistas internacionales que se reparten el mundo, y la terminación del reparto territorial del mundo entre las potencias capitalistas más desarrolladas. El librecambio del siglo XIX ha terminado. El mundo se ha repartido territorialmente de forma completa y concreta. Cualquier potencia si pretende obtener más materias primas o ampliar su mercado está obligada a desplazar o someter a otros países. Y si no lo hace las que sí lo hagan se acabarán haciendo más poderosas.
Con todo ello se formará lo que se conoce como una cadena imperialista. Es decir, una jerarquía entre las distintas potencias cuyos eslabones de alianza y dependencia o sometimiento, se establecen según la fuerza política y militar y según el capital que poseen. Para poder competir y desarrollarse cada potencia se ve sometida al papel que ocupa en dicha cadena. Dadas estas condiciones, el sistema político que prevalece es un sistema imperialista, propio de aquellas potencias que se colocan a la cabeza para dominar al resto de países a costa de someterlos de una u otra manera.
Por su parte, la “Globalización” surge en el seno del “Imperialismo” como una fase superior de éste. Los problemas y conflictos entre los países surgidos del mercado mundial y de los territorios de abastecimiento de las materias primas y auxiliares, crean la necesidad de las organizaciones y de las normatividades supranacionales, las cuales conforme se van desarrollando van desplazando a las Instituciones de los Estados-Nación con todas y sus normatividades jurídico-nacionales.
La globalización es un proceso económico, científico-tecnológico, político, social, empresarial y cultural a escala mundial que consiste en derribar todas las fronteras y barreras entre los distintos países del mundo y en construir mercados, sociedades, cultura, normas, comportamientos, etc., globales. Este proceso se ha expandido alrededor del mundo tras el fin de la Guerra Fría, en las últimas décadas del siglo XX y lo que va del siglo XXI, a pesar de los tropiezos que ha tenido con el gobierno norteamericano de Donald Trump. Por tal motivo, la “Globalización” es una fase de desarrollo del “Capitalismo”, y en cuanto tal, es histórica. La gravedad de la cuestión es que está agrediendo a toda la naturaleza de este mundo y está poniendo en peligro la vida en la Tierra. Por ello, debe ser erradicada esta amenaza capitalista. En fin.
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