Es o no la casa del pueblo el Congreso del Estado
Sergio Mejía Cano
31 de Mayo de 2019
La frase de William Shakespeare que se dice en su obra “Hamlet”, “Ser o no ser, he ahí la cuestión”, bien podría aplicarse en muchas situaciones y posiciones, como por ejemplo en el Congreso del Estado de Nayarit, porque se dice que este recinto es “la casa del pueblo”; sin embargo, en los hechos no es así, porque constantemente se le niega la entrada precisamente al pueblo, con diferente tipo de excusas y pretextos, pero se le niega la entrada a quien supuestamente es el dueño de esa casa debido a que se pagó con los impuestos de todos los nayaritas y sus demás habitantes.
Ahora corre el rumor de que hubo en el interior de este Congreso Estatal un conato de zafarrancho porque los elementos de seguridad le impidieron el paso a algunos integrantes del Sindicato Único de Trabajadores al Servicio del Estado y Municipios (SUTSEM), que intentaban estar presentes en una sesión de los legisladores respecto a la modificación de una ley que les podría afectar en sus intereses.
Es un hecho que desde que se contrató personal de seguridad ha habido varios conflictos debido a que posiblemente no se les instruye de bien a bien a esos elementos que la mayoría de las veces actúan con prepotencia y más, cuando quiere ingresar alguien de condición humilde que, por lo mismo de su tal vez depauperada situación económica viste ropas modestas y a veces ni calzado traen. ¿Qué no habrá nadie que les diga a estos elementos dizque de seguridad que no debe de impedirse el paso a nadie? Y que en caso de que alguien altere el orden en el interior de este Palacio Legislativo local, pues entonces sí conminar a ese alguien a abandonar el recinto; Y menos si ese orden se altera debido a la altanería de los mismos empleados de seguridad. Pero impedir que alguien entre, jamás, precisamente porque se supone que es la casa del pueblo y todo mundo tiene derecho a entrar para buscar a su supuesto representante para reclamarle o agradecer sus acciones, según sea el caso.
Y en cierta forma tiene razón la señora Águeda Galicia Jiménez cuando sale ante los medio para justificar que varios de sus agremiados al SUTSEM hayan tratado de entrar a la fuerza cuando malamente se les impidió el paso para ver cómo sus representantes legisladores levantaban o no la mano para aprobar o desaprobar una ley que ya tiene tiempo en el asador y que alguna vez se le dio en llamar la ley Polo, porque al parecer es uno de los principales personajes en contra de todas las conquistas laborales con que cuentan los del SUTSEM y que en cuanto llegó a ser diputado se le prendió el foco para ver de qué forma les pueden quitar todas o parte de esas prebendas de las que ahora gozan los burócratas estatales y municipales. Y por eso doña Águeda gritó ante los medios que no se puede permitir que se modifique una ley en lo oscurito y sin que los principales afectados estén presentes.
Y he aquí el meollo del asunto de la controversia de si el Congreso Estatal es la casa del pueblo o no, porque ¿por qué no dejar pasar a su casa a quienes podría afectar la posible modificación a una ley que habla sobre sus prestaciones laborales? ¿Por qué sesionar sin su presencia o sin avisar que en un rato más se los cargará el payaso al modificarse la ley de sus prestaciones? Se es o no se es en cuanto a pregonar constantemente que el Congreso del Estado de Nayarit es la casa del pueblo pero nada más cuando se les antoja a los legisladores en turno, porque según el evento por haber se autoriza el paso libre o se restringe el mismo. Se supone que cuando se dice que un local es nuestra casa, pues entonces se entiende que podemos entrar y salir cuando se nos antoje y que si no hacemos algo indebido nadie tiene por qué impedir ese entrar y salir; sin embargo, a pesar de que todo lo que se haga en dicho recinto debe de ser público en todo tiempo, ha habido ocasione en que se restringe el paso a otra parte de l
a población porque dizque se tratarán asuntos “privados”, por lo que queda claramente en evidencia de si es o no es la casa del pueblo.
Ahora bien: se entiende que las leyes son perfectibles y que si se va a modificar alguna, esto debe de ser en beneficio y no en perjuicio; sin embargo, por lo regular las leyes se modifican para perjudicar, como ahora que se informa que se modificó la ley en una sede alterna de la Universidad Tecnológica para que en lo sucesivo, los nuevos burócratas ya no cuenten con las mismas prestaciones de los actuales trabajadores al servicio del estado y municipios.
Sea pues. Vale.
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