Por qué el fallido golpe de Estado en Venezuela
Sergio Mejía Cano
02 de Mayo de 2019
Resulta extraño y no deja de llamar la atención el hecho de que la mayoría de los medios informativos de nuestro país resaltan más las protestas en contra del presidente venezolano Nicolás Maduro que las manifestaciones de apoyo que desde luego las hay, pero que pasan a segundo plano para dar la idea a quienes se dejan engañar de que ya son los últimos días de este presidente de uno de los países más ricos en petróleo del cono sur del continente americano.
Queda claro que de ser cierto tal y como afirman estos medios de que son más los opositores y disidentes del actual gobierno de Venezuela, desde cuándo que hubiera caído ya Nicolás Maduro posiblemente asesinado, suicidado o mínimo expatriado, pero esto no ha sucedido y posiblemente no pase en el mediano plazo porque Maduro es el presidente legítimo de la Hermana República de Venezuela; que haya quienes le llaman dictador es otra cosa muy diferente a que se haya sentado en la silla presidencial por elección del voto libre y directo, pues así está documentado y no que se haya hecho del poder político por medio de un golpe de estado que es lo que está promoviendo quien se auto proclama ahora presidente de Venezuela, el tal Juan Guaidó, quien a la fuerza y como se ha dicho apoyado por el gobierno gringo, está tratando de usurpar la Presidencia de su país sin importarle nada la Constitución Política de Venezuela y desde luego, a la mejor sin pensar que podría llevar a su propio país a un despeñadero insalvable debido a esa dizque “ayuda humanitaria” que acostumbran dar los gobiernos estadounidenses y que significan hambre y falta de empleo en donde quiera que se entrometen.
Afortunadamente hoy en día gracias a las redes sociales se sabe más del conflicto venezolano, por lo que gran parte de la opinión pública no se queda nada más con lo que se le informa oficialmente; y si bien lo que se dice en estas redes sociales por lo regular se deben tomar con prudencia, es común que sobresalga otra información muy diferente a la que manejan los medios que acatan lo que se les dice a través de boletines enviados por el gobierno gringo y obviamente por los mismos venezolanos y de otras nacionalidades opositores a Maduro por no doblegarse éste a los dictados imperiales del gobierno gringo para entregarles las riquezas del subsuelo del país que sigue gobernando. Porque aunque se diga que tiene a su pueblo sumido en la miseria, poco se informa que en mucho de esto tiene que ver precisamente el gobierno gringo con base a un bloqueo parecido al que ha tenido con Cuba la Bella, pero que no han podido doblegar tampoco.
¿Por qué no se informa que la mayoría de los venezolanos en incluso el mismo ejército bolivariano de Venezuela apoyan a Nicolás Maduro? ¿Por qué únicamente se muestran marchas multitudinarias dizque en apoyo a Juan Guaidó, y no se dan a conocer que las aglomeraciones de apoyo a Maduro son mucho más numerosas? Porque precisamente a través de las redes sociales se ha afirmado que esas multitudes marchando por las calles y avenidas de las ciudades venezolanas y que se atribuyen como de apoyo a Guaidó, en realidad son a favor de Nicolás Maduro; por eso, es gracias a las dichosas redes sociales es que se llega a aclarar un poco más el panorama.
Me comenta un profesor ya pensionado amigo mío que cuántos venezolanos conozco y que haya platicado con alguno de ellos para que me ilustrara con lo que pasa en Venezuela; pero le respondo que no conozco en carne propia o si he visto a alguno pues no he cruzado palabra alguna con ninguno de ellos; sin embargo, es evidente que si un venezolano anda por acá es más proclive a que esté en contra de Maduro, y más, porque tuvo los medios para viajar hasta acá ya sea por cuestiones laborales o de estudio, por lo que quedaría claro que es persona pudiente económicamente de aquél país, porque es obvio que al igual que el mexicano de a pie, un venezolano en la misma situación de economía débil o de pocos recursos para viajar, no puede salir de Venezuela para decir fehacientemente lo que está ocurriendo allá en realidad que, de acuerdo a como se manejó durante tanto tiempo la información oficial y sin haber o tener acceso a ninguna otra opinión a menos que fuera en forma clandestina, se tenía que atener a lo que se decía nada más en la información oficial. Y aunque parezca increíble, aún en estos días de pleno siglo XXI, hay gente que se cree a pie juntillas lo que lee, lo que le dicen o le cuentan sin tomar en cuenta más opciones.
Sea pues. Vale.
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