Apertura del segundo periodo de sesiones

Me comenta un conocido que estuvo presente en la apertura  del segundo periodo de sesiones del Congreso Estatal de Nayarit, que entre los invitados especiales se encontraba el obispo de la Diócesis de Tepic, Monseñor Luis Artemio Flores Calzada. Le pregunto a mi conocido si nadie dijo nada ni protestó por la presencia del señor obispo, respondiendo que no, ya que su presencia se debió porque habló de la inseguridad que priva en la capital nayarita.

Se entiende que un ministro de culto puede asistir como ciudadano al Congreso Legislativo, pero no como invitado especial debido a su posición eclesiástica, ya que por lo mismo no le corresponde inmiscuirse en cosas mundanas como lo es la política, porque se supone que su ministerio debe ser única y exclusivamente proclamar la buena nueva, el evangelio y dentro de sus templos y nada más, ya que si en esta ocasión y posiblemente en otras sesiones se ha invitado a ministros de la Iglesia Católica, pues entonces se debería de invitar a todos los demás ministros de las tantas otras Iglesias existentes en el estado, porque al darle entrada a Monseñor Flores Calzada, prácticamente se está discriminando a los representantes de otros cultos; pero sobre todo porque los funcionarios públicos en todo tiempo deben de tener presente que el Estado (la Nación) no puede establecer ningún tipo de preferencia o privilegio a favor de religión alguna; tampoco a favor o en contra de ninguna Iglesia ni agrupación religiosa. Y por ende, todos los servidores públicos no pueden anteponer jamás sus preferencias religiosas ante actos de naturaleza puramente política, porque la política es para todo ciudadano con diferentes creencias religiosas.

Por lo tanto, bien podrían interponer una queja los representantes de otras Iglesias al no haber sido invitados a esta apertura del segundo periodo de sesiones del Congreso Estatal, y porque el representante de la Iglesia Católica sí estuvo ahí y como invitado especial, aunque en realidad ninguna Iglesia debería de ser invitada a un evento de carácter eminentemente político. Entonces la pregunta es ¿por qué esa preferencia o privilegio si en nuestro país no existe ninguna religión oficial? Se sabe que la mayoría de los mexicanos profesan la religión católica, pero no por eso se le debe dar preferencia o privilegios a una sola Iglesia como la ha sido la Católica desde siempre que, se supone, muchas de las veces se actúa así para que gran parte de  la población se incline por determinado político que se dice católico y a veces hasta fanático de dicha religión; y esto es lo malo, ya que por esto y no ponerle un alto a la Iglesia Católica, esta Iglesia se ha desbordado quebrantando el Estado Laico que se supone es la República Mexicana. Y en esto de que algunos políticos se exceden en sus muestras de religiosidad ha demostrado que en la práctica no son lo que pregonan, sobre todo a esos que han acusado de malversación de recursos del erario y hasta de robo y despojos.

He ahí el descaro con que se ha comportado el Clero Católico Mexicano al publicar su “Semanario Desde la Fe”, en donde claramente se inmiscuye en cosas políticas que en ningún modo le corresponden; sin embargo, al parecer todos los secretarios de Gobernación no les han puesto un “hasta aquí” tal vez por sus propias creencias o para no quedar mal con la feligresía y así perder más votos a la hora de las elecciones para cargos públicos. Y todo porque si se pregona desde siempre que nadie por encima de la ley, entonces se podría deducir que con esta invitación al Congreso Estatal de Monseñor obispo de la Diócesis de Tepic, se está despreciando a los ciudadanos que profesan otras creencias y a quienes el señor obispo no les llama nada en sí.

Y así como la mayoría de los mexicanos profesamos la religión católica, muchos no la ejercemos tal y como es debido; pero muchos sí proclamamos porque se respeten las leyes, sobre todo la de Asociaciones Religiosas y Culto Público que señala precisamente que ninguna Iglesia o asociación religiosa debe de tener preferencia alguna del Estado.

De haberle puesto un alto a la Jerarquía Católica desde que comenzó a salirse de sus lineamientos e inmiscuirse en asuntos políticos, tal vez hayan acatado un llamado de atención al decirles que se dediquen a su ministerio aplicando lo que tanto se pregona de “A Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César”, y todo mundo tranquilo; porque también es bueno recordar que “El respeto al Derecho ajeno es la Paz”.

Sea pues. Vale.