Urge enderezar el rumbo en UAN

Desde mi particular punto de vista, la Universidad Autónoma de Nayarit nació en 1969 viciada de origen.

Las autoridades superiores que por ella han transitado, han visto como botín a la máxima casa de estudios.

La autonomía concedida en 1975 a través de decreto por Roberto Gómez Reyes, gobernador de Nayarit en aquel entonces, se deduce que fue mal interpretada. La capacidad para gobernarse mediante normativas y poderes propios, despertó la creencia de que podrían hacer lo que les viniera en gana.

Se abrió paso a la corrupción financiera, pero también administrativa y académica.

De que en lo económico las cosas no andaban del todo bien, tuvo su primer aviso en diciembre de 2014, cuando el rector Juan López Salazar registró serias dificultades para pagar prestaciones de fin de año a trabajadores docentes, manuales y administrativos.

La bomba le estalló en las manos a Jorge Ignacio Peña González, rector de la Universidad Autónoma de Nayarit desde el 9 de junio del 2017 por decisión mayoritaria del Consejo General Universitario.

Múltiples y muy variadas han sido las versiones surgidas en torno al colapso financiero de la universidad, dado a saber a mediados de noviembre de 2016 por el anteriormente nombrado Órgano de Fiscalización Superior con base en auditorías realizadas a la institución de educación superior.

Hoy la Universidad Autónoma de Nayarit está sumida en la más grave crisis financiera en la historia de sus 50 años de existencia. En estos momentos tienen los universitarios la brillante oportunidad de refundar la institución para sacarla a flote en el menor tiempo posible, despabilarse, abandonar su zona de confort, para hacer propuestas inteligentes.

Es prudente la realización de foros temáticos con la participación de quienes fueron universitarios, de quienes lo son, de artistas, intelectuales y de la sociedad nayarita en general.

Se trata de renovar de raíz planes y programas de estudio, mejorar las condiciones de la investigación, la academia y el arte, pero sobre todo abatir la corrupción, ejercer transparencia y rendición de cuentas. La finalidad será  pues  realizar acciones que conlleven a la refundación de la UAN.