El ejercicio escénico, me regresó la felicidad
Oscar González Bonilla
27 de Octubre de 2018
A la señora Felícitas Quintano Hernández la hizo feliz participar en el grupo ‘Júbilo Colectivo Escénico’, sencillamente porque el ejercicio en escena ha permitido en ella echar fuera prejuicios.
“Fíjese, me dice, yo no hablaba con nadie, aquí no tenía amistad con nadie –vive en la colonia Peñita por la calle Moctezuma 13, en Tepic- más que con la señora de ahí (apunta hacia la acera de enfrente de su casa). Pero en el grupo encontré la felicidad, pues de no saber hablar, ahora poquito me he desenvuelto, porque yo estaba dia’tiro…..ni escuela tuve”.
La señora Felícitas Quintano es hoy parte del elenco de Farsa y Justicia del Señor Gobernador, donde personifica a una verdulera, cuyo burro, asegura en escena, nació sin rabo. La adaptación de la obra es de Octavio Campa Hernández, quien es director de la puesta en escena básicamente con trabajadores sindicalizados de la Universidad Autónoma de Nayarit que conforman el Colectivo Escénico ‘Júbilo’.
Al grupo la señora Felícitas Quintano llegó por invitación e insistencia de una mujer que es su compañera de ejercicios físicos en terrenos de la Ciudad de la Cultura, asiento oficial de la UAN. Encontró tan buena relación y concordia que rayan en el afecto. “Terminó la tristeza y la soledad, pues aunque todavía tengo conmigo a tres de mis hijos, no dejo de sentir a ratos soledad, pesadumbre, melancolía”. Ella no es trabajadora jubilada del SETUAN.
Platica la mujer de 73 años de edad, que nació en un ranchito nombrado Las Cuevas, municipio de Santa María del Oro, pero apenas ella cumplía dos años cuando falleció su padre, Anastacio Quintano Núñez, y es entonces que su madre, Fermina Hernández Romero, decide cambiar de residencia a Villa Hidalgo, municipio de Santiago Ixcuintla, con el objetivo de encontrar mejores condiciones de vida. “Allí me críe hasta los 19 años, y llegamos las dos solas, porque mis dos hermanos no nos quisieron seguir”. Se siente villahidalguense.
Las dos mujeres se emplearon en trabajos del cultivo de tabaco, mientras que en labores propias de su género en casa, en tiempo que no era temporada de producción agrícola. Cuando frisaba los 19 años de edad, se vio envuelta en la necesidad de acompañar a Tepic a una sobrina que fue hospitalizada causa a graves quemaduras. Dos meses permaneció en la ciudad, suficientes para desarrollar un noviazgo que terminó en arrejuntamiento. Doña Felícitas ya no regresó a Villa Hidalgo, en Tepic se quedó. De esa unión nacieron ocho hijos (dos mujeres y seis varones).
Pero el estado placentero y goce completo terminó 16 años después, cuando ella tenía 35 años. El padre de sus hijos tomó la valiente decisión de abandonar a ella y su prole. De repente se vio sola bajo casa con techo de cartón y ocho niños que mantener. “Prácticamente quedé en la calle. Felícitas Quintano Hernández no dejó que la venciera la adversidad. Sacó la casta. Se cobijó en la legión de religiosas que administraba la academia “El Buen Pastor”, donde aprendió corte y confección y estudió enfermería, entre otras muchas cosas. “Ellas (las religiosas) me ayudaron a hacer un cuartito”, el inicio de lo que actualmente es su casa, y desde entonces vive ahí.
Como el padre se desatendió enteramente de sus ocho hijos, la mujer se dedicó a trabajar sin desmayo, sobre todo lavando y planchando, para, no solo darle manutención a sus hijos, sino estudio. “Pude darles hasta la secundaria, nada más”. Hoy sólo tres le quedan solteros, “creo que no se animan a dejarme porque ya estoy vieja”.
Del libro Júbilo tras el telón
*La señora Felícitas Quintano Hernández aún participa en la compañía de teatro que tiene como director de escena a Octavio Campa Hernández. Dentro del programa de la décimo quinta edición del CITA (Coloquio Integral de Teatro Alternativo) que realizará en Tepic del 30 de octubre al 2 de noviembre, la obra “Farsa y justicia del señor gobernador” será presentada este jueves 1 de noviembre, a las 18:00 en el panteón Hidalgo de la capital nayarita. Allí podrá usted presenciar la actuación de la señora Felícitas Quintano.
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