Una casta alejada de la realidad del país
Sergio Mejía Cano
26 de Agosto de 2018
Cuando se comenzó a desmantelar la Compañía de Luz y Fuerza del Centro (LFC), uno de los principales argumentos del entonces gobierno de Felipe Calderón para llevar a cabo esa atrocidad, era decir que dicha compañía era un barril sin fondo que le estaba costando mucho dinero al erario, principalmente porque sus trabajadores ganaban mucho dinero sin hacer ya casi nada prácticamente; motivos que hacían resaltar los medios informativos a cada momento.
Las cadenas de televisión abierta en la mayoría, si no es que en todos sus noticieros enfatizaban la nota de que los trabajadores de LFC percibían muy altos salarios que hacían ya insostenible que dicha empresa siguiera existiendo; sin embargo, como ya las redes sociales comenzaban a tener efecto en la opinión pública, comenzó a ser un real contrapeso para lo que informaban dichas televisoras a nivel nacional al comenzar a salir en dicha redes trabajadores de LFC que demostraban fehacientemente mostrando sus recibos de salarios con los que comprobaban que sus sueldos no llegaban a los 5 mil pesos mensuales y sin contar con los descuentos de nómina por cuota sindical, impuestos y pago de préstamos entre otros, a rayar les venían dejando 1500 pesos por quincena como máximo, por lo que alegaban que cuáles altos salarios percibían, si los trabajadores de campo, es decir, los que tenían que subir a los postes, revisar cables y componer anomalías eran los peor mal pagados; obviamente que había niveles, porque un ejecutivo de LFC no ganaba lo mismo que un trabajador de a pie. Tanta fue la fuerza de las redes sociales que al menos una de las televisoras hizo eco del reclamo de los trabajadores que comprobaron contundentemente que no era cierto que ganaran demasiado tal y como se afirmaba con tanto énfasis para que la opinión pública la tomara en contra de los trabajadores de LFC por supuestamente ganar supuestamente mucho más que la mayoría de los obreros mexicanos.
Algo similar ocurrió cuando se comenzó a atacar a los trabajadores del IMSS, ya que fue la misma tónica de señalar en los noticieros de la televisión abierta y de prensa escrita, que de no hacer una revisión contractual, llegaría el día en que el presupuesto del IMSS se iría en pagar únicamente los salarios y pensiones de los trabajadores del Sector Salud. Así que se dio la campaña a nivel nacional de que los trabajadores de este instituto médico ganaban sumas exorbitantes y que aunado a esto, se pensionaban con el 100 por ciento de su salario integral, por lo que se debería de poner un alto a esta “sangría” porque las finanzas del IMSS no eran muy sanas para sostener toda esa erogación económica. Y ¡bolas don Cuco!, que les van modificando su Contrato Colectivo de Trabajo (CCT) y por ende la ley de pensiones que afectó desde luego a la clase trabajadora de todo el país al aumentarse el número de semanas cotizadas para hacerse acreedores a su pensión.
Así que a partir de 1997 los trabajadores de nuevo ingreso al IMSS ya no tendrían las mismas prestaciones y conquistas laborales que los que habían ingresado a laborar a dicho instituto de Salud hasta antes de 1997.
Fue tanto el golpe mediático entre la opinión pública sobre los salarios y pensiones que percibían los trabajadores del IMSS, que una parte de la población se les echó encima por el efecto buscado por las autoridades laborales y por quienes habían ideado ir desmantelando poco a poco al Sector Salud, que aplaudieron el que algunos sectores de la población, curiosamente los más necesitados y uno que otro de la clase media baja, fuero los que se les cortaran las prestaciones y conquistas laborales a los del IMSS porque “ganaban mucho”; pero otra parte de la ciudadanía en vez de satanizar a los trabajadores del IMSS, aducían que así como ganaban ellos, así deberían de ganar todos los mexicanos, con salarios de acuerdo a como lo marca nuestra Carta Magna.
Y ahora, todo este esquema se les está revirtiendo a los ministros, consejeros y demás fauna política que como gatos panza arriba están defendiendo que no se les bajen sus salarios por considerarlo una medida “anticonstitucional”, cosa que jamás vieron con lo que se le hace a la clase trabajadora. Así que hoy en día, la mayor parte de la ciudadanía sataniza los altos y ofensivos salarios que devengan quienes ya se creen una casta aparte de Juan Pueblo, y todo gracias a las redes sociales que constantemente están señalando lo mucho que gana esta casta de servidores públicos, lejanos de la realidad.
Sea pues. Vale.
Comentarios