La función principal de los sindicatos se ha perdido

De acuerdo con la Ley Federal del Trabajo (LFT), nadie está obligado a sindicalizarse; sin embargo, de no ser sindicalizado es difícil mantenerse en un trabajo a menos de ser empleado de confianza, pero aquí también podría durar poco el gusto, ya que los empleados de confianza suelen tener trabajo mientras permanezca en el cargo quien los contrató como tales.

Aunque hoy en día hay empleados de confianza que aprovechando precisamente ciertos artículos de la LFT y desde luego a su largueza, se han negado a dejar sus puestos que ocupaban gracias a por haber andado en campaña política o ser amigo, compadre o conocido de algún político o funcionario en turno.

Anteriormente se decía que había una ley no escrita que tenían que cumplir los empleados de confianza que llegaban junto con un político al que habían ayudado en su campaña de proselitismo; si era un presidente municipal duraban al igual que éste, tres años, y si era un gobernador, el clásico sexenio. Así que sin chistar, en cuanto acababa la administración de quien los había favorecido dándoles trabajo a esos empleados de confianza, también se iban junto con quien los había traído; pero ya tiene tiempo en que muchos de estos trabajadores de confianza se han mostrado renuentes a abandonar sus trabajos debido a que conseguir trabajo por fuera del presupuesto está muy canijo, y si el político al que habían acompañado desde siempre se cayó del mecate, pues peor tantito y más, si ese político pasa a formar parte de las filas del ostracismo político. Así que mejor aferrarse al puesto encomendado o ya de perdis al menos seguir en la nómina con la finalidad de nada más estar planeando sus propios vuelos.

Pero no nada más los trabajadores de fábricas, empresas o cualquier tipo de negocio debe de estar sindicalizado so pena de perder su empleo, pues hasta para tener un puesto callejero se requiere estar afiliado a determinada organización sindical o central obrera y campesina. Porque no quien sea puede agarrar una canasta e irse por las calles de la ciudad a ofrecer dulces, chocolates, tamales, elotes o equis producto, ya que en cuanto es detectado, primeramente por los señores fiscales y después por algunos otros vendedores, así como por los explotadores sindicales, de inmediato paran al nuevo emprendedor de negocio ambulante impidiéndole que venda si no cuenta con el permiso correspondiente, y si no está afiliado a alguna asociación de vendedores y por ende, a alguno de los sindicatos correspondientes.

Si bien se dice que no es ético escribir sobre cosas personales en una columna de opinión, en ocasiones es necesario para tratar de ilustrar el comentario. Así que diré que al entrar a trabajar al Ferrocarril del Pacífico como oficinista extra, tenía poco más de un mes de haber asentado escalafón cuando tomé una vacante por 30 días como mensajero en el departamento de Ingresos-Fletes, todo bien el primer día; sin embargo, al día siguiente me dice el contador jefe de sección que me tenía que devolver a la tabla de extras porque otro compañero me había aplicado la cláusula sindical de no ser sindicalizado y tener más derecho a ocupar la vacante el sindicalizado que yo. En la tabla de extras me encontré a un individuo que no salía del sindicato y le pregunté qué pasaba en este caso, a lo que me respondió que así era la cosa, que tenían más derecho los sindicalizados para trabajar que los que aún no se sindicalizaban.

Se tenía uno que sindicalizar mínimo a los 30 días de haber asentado escalafón, y yo ya me había pasado dos días, pero de todos modos le dije a ese individuo que prácticamente ya estaba sindicalizado, pues había sido el mismo sindicato el que me había recomendado ante la empresa ferroviaria para entrar a trabajar, y además, mostrándole mi segunda lista de raya, le dije al individuo que si no era sindicalizado, entonces por qué ya se me había descontado la cuota sindical. Me dijo el individuo que de todos  modos tenía que ir a sindicalizarme levantando el brazo y protestar el juramento. Cosa que hice desde luego, porque a pesar de que no estaba obligado a sindicalizarme, de no hacerlo jamás podría trabajar porque iba a llegar un sindicalizado a quitarme de puesto en donde estuviera laborando.

Es obvio que la función principal de los sindicatos se perdió en la noche de los tiempos, ya que si su conformación fue para que los trabajadores se protegieran a sí mismos de los abusos patronales, ahora los sindicatos están al mande usted de la clase patronal.

Sea pues. Vale.