Aviesos fines y propósitos

Dos noticias marcaron esta semana que está por concluir: la puesta en libertad de la dizque profesora Elba Esther Gordillo Morales y el reconocimiento como presidente electo a Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

Desde luego que la liberación de la señora Gordillo Morales podría tener varias lecturas, ya que por una parte se pudo haber dado para opacar en cierta forma la nota sobre AMLO y para que algunas personas desubicadas, como las suele haber, se fueran con la finta de que el ahora presidente electo tuvo algo que ver con la exoneración de doña Elba Esther, a pesar de que lícitamente podrá tener de decisión hasta el primer minuto del 1 de diciembre próximo; sin embargo, en las redes sociales se ha desatado toda una gama de comentarios haciendo suponer que AMLO está envuelto en el ajo

También se podría suponer que de acuerdo a la mala leche con que ha actuado la actual administración federal, soltaron a la supuesta maestra  aventándole el bulto a AMLO para ver cómo se las arregla una vez que esté en el Poder para que demuestre si va a continuar la impunidad que ha marcado al gobierno de Peña Nieto o se hará algo al respecto; aunque ya se sabe que AMLO no es quien apresa, juzga y sentencia; y además, si ya no hay alguna denuncia que no sea por las que fue absuelta Gordillo Morales, pues ahí quedará todo, porque nadie puede ser juzgado dos veces por el mismo supuesto delito, pero sobre todo por la edad de doña Elba Esther que, según los que saben, ya no debe purgar ninguna sentencia dentro de un penal, y desde luego por su, según se dice, precario estado de salud.

Así que soltaron este petardo de la maestra para ver si tronaba, cosa que ha estado a punto de estallar aunque no con las dimensiones que se pretendían, porque hasta ahora del puro ruido no ha pasado.

Desde luego que hay quienes han dicho que el estatus de Elba Esther fue político y no debido a que se le haya apresado por todo lo que se le llegó a acusar. Y precisamente esto es lo que ha determinado que haya quedado en libertad la señora, porque tal y como se ha acostumbrado últimamente con las acusaciones de pesos pesados, resulta que los expedientes o carpetas de investigación no estuvieron bien armados, que tienen muchas fallas y que de acuerdo al Estado de Derecho y al nuevo sistema de justicia penal y oral, por eso no procede nada en contra de los acusados; claro que siempre y cuando sean personajes ligados al sistema, porque de un ciudadano que haya robado un mendrugo de pan para darlo de comer a su familia, basta con un dedo acusador y se hace merecedor del fresco bote.

No por nada, la posible próxima Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, ha señalado que cuando tuvo en sus manos el expediente sobre las acusaciones a Gordillo Morales, no le encontró un sustento sólido, lo vio “muy endeble”, según se informa en varios medios informativos a nivel nacional. Así que de esto nada más hay dos sopas: o se integró mal la carpeta de investigación a propósito o quienes la armaron no las tienen todas consigo en cuanto a conocimientos de Derecho.

Pero no debería de extrañar todo lo que se dice hizo doña Elba Esther, ya que es una mujer creada por el mismo sistema político que nos ha regido durante muchas décadas. No se debe de olvidar que a ella la impuso el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, al deshacerse del antiguo cacique magisterial don Carlos Jonguitud Barrios, quien posiblemente ya no le servía al régimen o a las intenciones del entonces Presidente de la República que ocupaba sangre nueva en la dirigencia magisterial para logra sus aviesos fines y propósitos.

Ahora bien: queda claro que hasta el día de hoy, ningún “líder” sindical se manda solo, y si doña Elba Esther hizo todo de lo que ahora se le acusa, fue con el beneplácito de todos los gobiernos por los que pasó su aparente liderazgo. ¿Que gastó dinero ajeno? Pues ni modo que no, porque con base al estilo de vida que ha llevado esta señora, es obvio que algo muy turbio hay detrás de ello. Y ni modo que las administraciones que protegieron a señora Gordillo Morales hayan estado ciegas y sordas y no hayan detectado todo el montón de anomalías que eran un secreto a voces. Así que si no se procedió en su momento en contra de Elba Esther, fue que contaba con el aval de quienes tenían la obligación de pararla e investigar su desproporcionado estilo de vida que no iba de acuerdo a estatus social anterior a ocupar su cargo como secretaria general del sindicato magisterial.

Sea pues. Vale.