Tepic, Nayarit, viernes 19 de abril de 2024

Priistas de Cota, en apuros

Oscar González Bonilla

10 de Julio de 2018

En reciente entrevista por mí realizada a Enrique Díaz López, presidente del comité directivo estatal del PRI, en los cuestionamientos advertí de supuesta sublevación de priistas inconformes no sólo con los resultados electorales que llevaron a estrepitosa derrota al tricolor, sino con la dirigencia partidista en Nayarit.

No existe el temor fundado de que pudieran pedir su cabeza, dejé entrever. Enrique Díaz soslayó, ni siquiera tocó el punto. Pero en otro apartado de la entrevista, muy dispuesto en sus razones, dijo no estar exento de responsabilidad en la caída del PRI hasta la clasificación de minoría.

Pero he aquí al grupo de priistas inconforme con el trabajo de Enrique Díaz y su equipo que aprovecha la coyuntura para, primero, hacer uso de su derecho de reunión y por consecuencia convocar a la congregación y, enseguida, manifestar su interés por destituir de la presidencia estatal a Díaz López.

Imaginé que el movimiento al interior del partido sería encabezado por otra calidad de priistas, no por los liberatistas y otros ejemplares que asumen ser priistas de cepa, de portar la camiseta bien puesta y con mucho amor a los colores. Más bien dan la impresión de ser oportunistas. En su deseo de mejorar el rumbo, quienes están en desacuerdo contra lo establecido en el orden político partidista, han amenazado incluso con tomar el edificio sede del comité directivo estatal como forma de presión para lograr objetivos.

Conspicuos priistas que se sintieron marginados a la hora de la toma de decisiones y que hoy se reúnen para reclamar, a través del diálogo y el respeto a los documentos básicos, la corrección del rumbo partidista son José Lucas Vallarta Robles, Rigoberto Ochoa Zaragoza, Liberato Montenegro Villa y Enrique Medina Lomelí y muchos subordinados a ellos.

Son viejos lobos de mar, con experiencia en las lides políticas y partidistas, ello ni quien lo dude. La estruendosa derrota electoral del PRI el anterior domingo 1 de julio los hizo caer en toda suerte de enfermedades nerviosas que afectan hasta el color de su pelo. Demandan la salida de Enrique Díaz López de la presidencia del comité directivo estatal y otras instancias partidistas que por consecuencia obliguen arrancar de las manos al equipo de Manuel Humberto Cota Jiménez el control del partido. Pero no crea usted que por la fuerza, propugnan por la razón de los estatutos hasta que su exigencia llegue al propio comité ejecutivo nacional.

En la reunión realizada el sábado 7 en el llamado Casino de los Cinematografistas de la colonia Los Fresnos en Tepic, edificio hoy propiedad del magisterio de la Sección 20, con la asistencia de casi 200 priistas, entre los que se contó a Gerardo Montenegro, Julio Mondragón Peña, Enrique Medina Cuevas, Roberto Lomelí “El Bachis”, Santos Navarro, Antonio Carrillo, Roberto Puentes, Adrián Avendaño, Efraín Arellano Núñez y hasta el Gianni Ramírez, acordaron llevar su pliego de peticiones ante la delegada nacional del PRI para Nayarit, María Rocío García Olmedo, que incluye elección de comités municipales de toda la entidad vía consulta a la base.

Sin duda desde el mando superior, hasta los mandos medios y bajos del partido se cometieron errores graves (la simulación, uno de ellos), aunado a la imposición de candidatos que lastimó a la militancia, pérdida de credibilidad social, pero lo que exacerbó al ciudadano de a pie fue la corrupción e impunidad de los gobiernos federal y estatal priistas, junto con la violencia que mata.

La irritación aumentó cuando Enrique Díaz hizo público el interés de castigar, casi con la aplicación de la cláusula de expulsión, a corruptos, traidores y desleales. Habría que hacer una depuración interna que conduzca a sólo militar en el PRI aquellos que en verdad se la partieron en el quehacer de campaña de proselitismo.

El senador Manuel Humberto Cota Jiménez, en 2017 candidato del PRI a gobernador de Nayarit, impuso como presidente estatal del partido a Juan Ramón Cervantes, actitud común en el tricolor desde hace años. Una vez nombrado, Cota el candidato se apodera del partido y en puestos clave coloca a personajes de su equipo. Luego el 7 de agosto del mismo año, sustituyó a Juan Ramón por Enrique Díaz López, quien dejará el cargo una vez que el comité ejecutivo nacional convoque a elecciones, lo cual se calcula podría ser en fecha reciente.

A propósito, Díaz López ha dicho:

En Nayarit ninguna dirigencia partidista existe en manos del equipo de (Manuel Humberto) Cota. En Nayarit trabajamos de manera integral con todos los grupos y las corrientes. Es más, este último proceso nos deja cosas positivas, la primera de ellas es que nosotros logramos, todos los priistas, trabajar en unidad y armonía, quienes así lo hicimos, pero además de manera plural, no distinguimos corrientes ni grupos.

Estoy a favor de la reestructuración del partido. Debemos de repensarlo, a la vez replantear lo que hemos hecho bien y lo que hemos hecho mal. Yo estoy completamente consciente que es el momento de la reflexión y también de la autocrítica, pero además es el momento de buscar mecanismos para rescatar primero el origen del partido, partido de luchas, causas y acuerdos, un partido que beneficie a la gente y no un instrumento de acceso al poder manejado así los últimos años, por tanto se alejó de la gente. Reestructurar el partido es asunto de todos, no de caudillos o mesías. Hasta aquí el dirigente.

Algunos de los priistas involucrados en este embrollo interno han reconocido que se encuentran frente a la oportunidad histórica de reconstruir al partido. Juntos a través del respeto y el diálogo, consensuar voces internas, sumar y reencontrar al PRI con su militancia y sus orígenes. En suma, aprovechar la crisis para cambiar a fondo esta institución sobre la que tanto de bueno como de malo se ha dicho.

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