Un reconocimiento muy precipitado

Se cuenta una anécdota de una parturienta que una vez que acaba de dar a luz, la mujer suspira diciendo que por fin se habían acabado sus problemas, a lo que una enfermera asistente al parto le dice: no señora, sus verdaderos problemas apenas acaban de empezar.

Esto es algo parecido a lo que señalan algunos analistas políticos al decir que por fin se acabaron las elecciones y con estas las campañas que ya tenían harta a gran parte de la población; sin embargo, para el candidato triunfador se podría decir que terminó todo esto, pero ahora comienza lo más duro que es primeramente la transición en el proceso de entrega recepción y a partir del uno de diciembre viene lo bueno en donde por fin se verá de qué madera está hecho el ahora candidato triunfador, aunque no oficialmente, pero por lo sucedido del reconocimiento tanto del mismo presidente Enrique Peña Nieto, así como los otros tres candidatos, se podría intuir que todo está consumado; y más, debido al reconocimiento y felicitación a Andrés Manuel López Obrador (AMLO) del presidente gringo Donald Trump.

Pero hay algo que es de llamar poderosamente la atención: ¿por qué esta precipitación de reconocer su derrota los otros tres contendientes y el reconocimiento del triunfo de AMLO del mismo presidente Peña Nieto prácticamente poco después de dos horas de concluidos los comicios electorales? Porque este adelanto de reconocer su derrota los otros tres candidatos y la felicitación del Presidente de la República, trajo a la memoria de mucha gente aquel 2 de julio del año 2000 en que poco después de las 23:00 horas, el entonces presidente Ernesto Zedillo Ponce de León, aparecía en televisión a nivel nacional reconociendo la derrota del PRI ante el candidato del PAN Vicente Fox Quesada, con base supuestamente en el conteo rápido, pero aún nada oficial tal y como se dice lo determina la ley electoral. Esta aparición de Zedillo en la televisión a nivel nacional se dio prácticamente cinco horas después de haber terminado la jornada electoral; sin embargo, ahora lo hizo el mismo candidato del PRI poco después de dos horas de terminadas las elecciones, para posteriormente salir ante los medios reconociendo el triunfo de AMLO los candidatos Jaime Rodríguez Calderón y Ricardo Anaya Cortés; y a las 23:00 horas aparece en los medios televisivos el presidente Peña Nieto felicitando a AMLO por su triunfo. Todo muy precipitado de acuerdo a la percepción de buena parte de la ciudadanía; ¿por qué la prisa? ¿Por qué no esperar un poco más y darle más color y veracidad esperando un poco de tiempo más para dar más credibilidad al asunto?

Todo esto debido a que se había dicho por parte del Instituto Nacional Electoral (INE), que no habría conteo rápido; pero cómo es que a las ocho de la noche ya sabían quién había ganado si en muchas casillas electorales pasaban de la una de la mañana del día siguiente y aún seguían contando votos, y si no estaban contando votos algo estaban haciendo, porque se veían personas en dichas casillas; además hay testimonios de que algunos funcionarios de casillas llegaron a sus casas a eso de las tres de la madrugada con mucha sed, hambre y casi deshidratados y anémicos por la falta del vital líquido y de alimentos, porque el INE no tuvo la amabilidad o el detalle de ofrecerles algún tipo de refrigerio ni nada por el estilo; no se sabe si en todas las casillas sucedió este abandono de los funcionarios de las mismas o en algunas nada más; pero el común denominador es que no se les ofreció ni agua a dichos funcionarios.

Esto del reconocimiento y felicitación por parte del presidente ameriyanqui sí que es muy raro. Porque si algún temor había entre parte del equipo de campaña y algunos seguidores de AMLO en caso de alzarse con la victoria, era la falta de reconocimiento por parte del gobierno gringo debido a que se tenía la percepción de que AMLO no era santo de su devoción por supuestamente tratarse de un candidato de izquierda, y de ahí la sospecha de que tal vez no fuera del agrado de Donald Trump el previsible triunfo del candidato que se dice ha sido incómodo para algunos sectores empresariales.

Así que con el reconocimiento gringo, que sería algo similar a la toma de nota de los líderes sindicales en la Secretaría del Trabajo, se intuye que a AMLO lo tienen bien monitoreado y saben de antemano que no es un peligro para ellos y que probablemente no genere conflictos internos que pudieran perjudicar sus intereses y ciudadanos, así que adelante AMLO.

Sea pues. Vale.