Violencia por cuestión de género
Sergio Mejia Cano
15 de Junio de 2018
Algo que ha caracterizado esta campaña política y que no debería de pasar desapercibido bajo ninguna circunstancia, son los asesinatos tanto de candidatos como servidores públicos en funciones. Cotidianamente aparecen noticias sobre candidatos de ambos sexos abatidos supuestamente por grupos criminales.
Algo parecido se dio en 1988 en donde la mayoría de los caídos se dice, pertenecían al Frente Democrático Nacional cuyo candidato fue Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, y posteriormente ya en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, se contabilizaron como 300 militantes del PRD caídos bajo la violencia a lo largo de todo ese sexenio; sin embargo, para tratar de tapar esta atrocidad, siempre se le dio al PRD una imagen de partido violento, así que mucha gente justificaba tal vez que por eso esos militantes de ese entonces nuevo partido político habían merecido lo suyo. Pero no, en muchos de los casos no se justificaba su ejecución, ejecución que por cierto no se le atribuyeron a ningún grupo criminal en sí.
Y hoy en día, no nada más son varones los ejecutados, sino también mujeres, ¿por qué? Obvio que no está nada bien que se atente contra nadie y menos contra mujeres.
Pero, ¿a quién está conviniendo que se estén asesinando a estos candidatos y candidatas y hasta funcionarios en servicio? ¿En qué beneficia a determinado grupo criminal matar a algún candidato? Ni modo que sea porque no acepte trabajar para algún grupo, porque se entiende que no se mandan solos, sino que están supeditados al dedo mayor y determinada línea a seguir. Estos asesinatos de candidatos y políticos en funciones, por el lado que se le quiere ver no tienen ningún sentido en sí.
Este jueves 14 del presente mes de junio se dio una convocatoria para que la gente asistiera a la Plaza Bicentenario, frente al Palacio de Gobierno, para que en forma pacífica se le diga “alto a la violencia política”, señalando que “no es el costo” y un contundente “ya basta”; y esto debido a que se ha incrementado el asesinato de candidatos a algún puesto de elección popular, porque se señala en esta convocatoria en donde destaca la presencia de la destacada periodista de Nayarit, la señora Mary Castro, entre otras destacadas personalidades del periodismo nayarita, así como de organizaciones no gubernamentales, que en menos de 24 horas fueron asesinadas cuatro candidatas que se suman a los más de 100 asesinatos de candidatos de ambos géneros, pero lo que destaca más es que sobresale el género femenino, pues se dice que ya suman 17 mujeres las asesinadas. ¿Será por cuestión de género y así disuadir a las mujeres y que comprendan que la política es cosa de hombres nada más? Claro que esto es poco probable, y si es así, entonces es por temor a la influencia femenina en la política que, en muchos casos han dado muestras de ser más centradas que los varones; y desde luego que en realidad podrían ser las que siempre están detrás de todo funcionario público asesorando y dando consejos a su político cónyuge.
Tienen razón quienes convocaron a esta concentración en la Plaza Bicentenario al hacer un llamado a los partidos políticos, a las autoridades, a los actores involucrados, así como a la ciudadanía en general, para que tomen conciencia de que la violencia política contra las mujeres por razón de género es real y es grave.
Los convocantes a esta protesta pacífica suman su esfuerzo manifestándose en contra de la violencia política hacia las mujeres y que el proceso electoral culmine pacíficamente, esperando que sea la ciudadanía quienes definan a los próximos varones y mujeres que integrarán las instituciones que forman parte de un Estado de Derecho y Democrático.
Y en verdad, no es consuelo ni mucho menos, pero afortunadamente Nayarit no se ha visto envuelto por este clima de violencia en contra de los candidatos, aunque no está exento. La única violencia que se ha estado dando es de saliva, señalamientos de unos candidatos en contra de otros y viceversa, pero felizmente hasta ahí, por ahora y ojalá y así siga el ambiente, porque las difamaciones, denuestos, perjurios y demás dimes y diretes que están a la orden del día, solamente le duelen a quienes se sienten aludidos y que los señalamientos en su contra les pisa un callo; pero la violencia hasta ahora es verbal y no ha llegado más allá favorablemente para todos los nayaritas, incluidos desde luego todos los candidatos y candidatas.
Ojalá y el llamado de esta convocatoria abra los ojos de quienes los tienen que abrir.
Sea pues. Vale.
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