Fuego cruzado en el debate
Francisco Cruz Angulo
22 de Mayo de 2018
El segundo debate entre los 4 candidatos a la presidencia de México verificado el domingo pasado en la Universidad Autónoma de Baja California cambió de forma, no de contenido. Por lo que considero no cambiará mucho la ubicación de los candidatos en las preferencias electorales.
Por los temas a debatir de las relaciones comerciales con los Estados Unidos y Canadá, la política de Migración y su impacto en el desarrollo económico de nuestro país fue el Dr. José Antonio Meade, candidato de “Juntos por México”, el que tuvo mejor desempeño en términos institucionales con el buen manejo de la estadística macroeconómica, cual si fuera profesor de universidad explicó lo bien que le ha ido después del primer acuerdo del Tratado de Libre Comercio a partir del gobierno de Salinas de Gortari hasta el de Enrique Peña Nieto.
Sin embargo, el contenido de sus propuestas fue su talón de Aquiles, sobre todo la política de Enrique Peña Nieto en su relación con el actual presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, lo que provocó varios ganchos al hígado de parte de Ricardo Anaya y López Obrador.
En otras palabras el Sr. Meade ofreció lo mismo que vienen implementando a ultranza los gobiernos tecnócratas de Salinas de Gortari hasta Peña Nieto.
Lo que seguramente llamó la atención de los televidentes fueron los continuos encontronazos entre el candidato de Morena, Andrés Manuel López Obrador y el panista Ricardo Anaya.
En esta ocasión a diferencia del anterior debate el “peje” fue más beligerante su crítica, más mordaz y no le dejó pasar una a Ricardo Anaya. Golpeó parejo a los que según el “peje” han saqueado a México, esto es, a la mafia del poder encarnada en el PRIAN.
No obstante ya tranquilo ofertó la propuesta de que impulsará el desarrollo económico de nuestro país a partir de la inversión productiva en el campo y en la reactivación de las cadenas productivas en los cinturones industriales y así generar empleo, elevar salarios y acotar la pobreza de millones de mexicanos.
Por su parte, Ricardo Anaya en esta ocasión no mostró la contundencia del primer debate. Se mostró acartonado, sin nuevos argumentos que demostrarán sus dichos y optó por la retórica que divulga en sus spots publicitarios.
Gran parte del contenido de sus propuestas en política comercial con los Estados Unidos y Canadá fue la de dar continuidad a la política macroeconómica del actual modelo neoliberal, eso sí con algunos remiendos.
El que pasó sin pena ni gloria fue el candidato independiente Jaime Rodríguez “El Bronco” salvo las ocurrencias como la de expropiar el Banco de México y el de quitar todos los programas sociales, pasó desapercibido por los tres candidatos. Hasta se quejó que ninguno de ellos lo hubiese cuestionado. Creo que ni en Nuevo León lo quieren de regreso.
En resumen el priísta Meade fue un buen expositor académico de política comercial y migración.
En términos económicos; Ricardo Anaya se desenvolvió muy bien en el escenario histriónico. Sin embargo va en su contra la tan cuestionada biografía de su meteórico ascenso en la política nacional.
Al político tabasqueño, López Obrador esta vez emergió el líder social; ora el dedo flamígero que señala al político corrupto; ora al líder furibundo que clama justicia y al redentor de los millones de pobres a los que promete llevarlos casi al paraíso terrenal.
¿Cuál de los cuatros aspirantes a la silla presidencial posee atributos de ser en los próximos seis años un excelente jefe de estado?
En 40 días decidiremos con nuestro voto a quien depositaremos en sus manos el destino de nuestra Nación. Está claro que el tercer debate en poco cambiará la percepción de los electores.
Desde esta columna felicitamos a los miles de trabajadores al servicio del Estado y municipios los que merecidamente festejan su día…
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