Tepic, Nayarit, jueves 21 de noviembre de 2024

Nada se desintegra, todo se transforma

Sergio Mejia Cano

10 de Mayo de 2018

El mes pasado desaparecieron tres estudiantes de cinematografía en el municipio de Tonalá, Jalisco, que está dentro de la zona conurbada de Guadalajara; entre estos estudiantes al parecer estaba un nayarita. Y recientemente se llegó a la conclusión por parte de las autoridades jaliscienses que dichos estudiantes habían sido asesinados para posteriormente sus cuerpos ser diluidos en ácido clorhídrico.

Desde luego que los familiares no quedaron conformes con esta resolución y tampoco gran parte de la sociedad tapatía y desde luego personas versadas en estos casos; sin embargo, las autoridades afirman que así fue; y si bien no se ha cerrado el caso, todo indica que ya se le quiere dar carpetazo al asunto, pero que esto se detiene debido a las protestas de esos sectores de la sociedad que cada día se muestran más y más escépticos en cuanto a los resultados que presentan las autoridades ante algún caso similar. Como el suceso de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, en el estado de Guerrero a cuya conclusión se le denominó como una verdad histórica concluyendo que dichos normalistas habían sido quemados y sus cenizas arrojadas a un río; así que en el asunto de los estudiantes de cine desaparecidos en  el estado de Jalisco, mucha gente ha dado en llamar al caso como la conclusión histórica al afirmar las autoridades que los desaparecieron en ácido.

La duda de los familiares y versados en la materia en cuanto a la dilución en ácido de los cuerpos de los tres estudiantes de cine se debe a que en los depósitos en donde supuestamente fueron diluidos los muchachos no muestran rastros de los cuerpos, de  ahí que los familiares estén firmes en que se les presenten pruebas contundentes de que en verdad sí desaparecieron los cuerpos en dicho ácido, porque hasta hoy no se ha podido demostrar que haya rastros de algún tipo de ADN similar a la de los familiares de los chicos aparentemente asesinados y diluidos.

Se entiende que si algo se diluyó en un tipo de ácido, deben de quedar ciertos residuos de ese algo y más, si es un cuerpo orgánico como lo es el cuerpo humano; pero no, no se ha podido demostrar esto por parte de las autoridades que más bien le han estado dando vueltas al asunto con palabras rebuscadas y tratando de hacer ver que hacen falta varios estudios para llegar al fondo de esta transformación de los cuerpos.

Y precisamente esta última palabra es la que se debe de tener en cuenta de acuerdo a la frase atribuida a Lavoisier: “Nada se desintegra, todo se transforma”; frase que oí por primera vez en una clase en la secundaria a mediados de los años 60 del siglo pasado en donde una profesora nos explicó el porqué de dicha frase, haciendo hincapié en que la transformación deviene en el cambio de forma de algo que se trató de destruir, poniendo de ejemplo una hoja de papel que quemó en el salón de clases haciendo ver a sus alumnos que el papel blanco ahora eran cenizas oscuras, negras y grises, que la hoja de papel ya no existía como tal sino que ahora estaba convertida en cenizas pero no se había desintegrado hasta su desaparición, sino que la materia había sufrido su transformación.

Así que la duda surge entre los familiares debido a que no es posible que el ácido en donde aparentemente disolvieron a los estudiantes no muestre rastros de materia orgánica, ya que lo que se disuelva en algún ácido, este líquido no puede permanecer inmaculado como si nada hubiera pasado, porque de ser así se diluiría a sí mismo, como un líquido que todo lo desintegra y que por lo eso no puede ser almacenado en ningún recipiente porque también lo desintegraría.

Si bien la desaparición de un familiar es triste, más pesaroso aún es el no ver su cadáver, no tener la certeza de en dónde está, porque mientras no se mire su cuerpo inerte, siempre permanecerá la duda de si sigue con vida o no. Así que no es poca cosa el dolor de los familiares de todos los desaparecidos y que no se sabe nada de ellos, porque a pesar de que se les diga que ya están muertos, mientras no se vea el cuerpo, el dolor es más latente porque es posible que la resignación nunca llegue como cuando ya se sabe a ciencia cierta que el familiar que falleció ya reposa en santa paz ya sea en su tumba o en un nicho.

De ahí que se vea cierta indolencia de parte de las autoridades cuando informan únicamente que fueron quemados (los 43 de Ayotzinapa) o disueltos en ácido clorhídrico los tres estudiantes de cine. Los familiares quedarían más conformes viendo sus cuerpos.

Sea pues. Vale.

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