Mercadeo de ilusiones
Francisco Cruz Angulo
03 de Abril de 2018
El 30 de marzo pasado inició formalmente la competencia por la Presidencia de la República, la renovación en el Congreso de la Unión, 9 gubernaturas, congresos estatales y presidentes municipales.
Esta elección presidencial es única en la historia reciente del país no porque esté en juego proyectos ideológicos y programáticos de transformación de la Nación, sino por el más descarnado pragmatismo de las élites que han gobernado en las dos últimas décadas en donde la burocracia partidista usufrutua las instituciones del estado mexicano.
Quien piense que la competencia presidencial y el resto de las candidaturas a un puesto de elección popular será de propuestas factibles y concretas de cómo contener a la violencia del crimen organizado, castigar la corrupción y la impunidad, atemperamentar la creciente desigualdad social, eficientar los servicios de salud, educación y la innovación tecnológica, recuperar la credibilidad en las instituciones de la procuración y aplicación de la justicia y el respeto a los Derechos Humanos es tanto como soñar despierto.
En los próximos tres meses de campaña electoral seremos bombardeados a diario por millones de spots, discursos de los candidatos cargados de frases comunes, generalidades sobre los asuntos públicos, de promesas sin sustentos y, sobre todo, furibundas descalificaciones al adversario utilizando los medios más abominables con tal de desacreditar al adversario a los ojos del electorado.
El triunfo de alguno de los candidatos de los partidos aliancistas y de la candidata independiente, Margarita Zavala dependerá en gran parte de como logren conectar a los sentimientos más profundos y hasta los más ocultos resentimientos de los millones de personas con derecho a votar, es decir a sus afecciones, a sus miedos, a sus irritaciones cotidianas por el encarecimiento a diario de los bienes y servicios, y a su furia contenida por las injusticias sufridas por décadas.
Engañan quienes predicen que los electores deben ejercer un voto razonado. El voto que sufragarán millones de mexicanos sobre todo los más de 50 millones que viven en la pobreza será un voto de rabia, de castigo y apostará seguramente a quien les represente un porvenir esperanzador aun cuando a la mañana siguiente después del día de los comicios se despierten con la misma realidad: más de lo mismo; al fin y al cabo cada seis años reciclamos la ilusión del cambio…
RATIFICACIÓN O NO AL GOBIERNO ALIANCISTA
A seis meses de que la alianza PAN-PRD-PT y PRS ganara abrumadoramente la gubernatura de Nayarit, la mayoría en la XXXII Legislatura y la mitad de los ayuntamientos mediante la promesa de un gobierno de coalición veremos si el próximo primero de julio los electores nayaritas ratifican o no en las urnas su confianza al gobierno aliancista de Antonio Echevarría García.
La respuesta la conoceremos por los resultados que obtengan los candidatos a senadores de la república y diputados federales propuestos por la alianza “Por México al Frente” integrada ahora por los partidos Acción Nacional (PAN), de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Ciudadano.
La fórmula al senado de la república integrada por Guadalupe Acosta Naranjo y Gloria Núñez y del posicionamiento en Nayarit de su candidato presidencial Ricardo Anaya dependerá en gran parte los resultados de la elección.
Los nayaritas recordarán que Guadalupe Acosta Naranjo cuando compitió en las elecciones a gobernador en el 2012 no le fue nada bien al obtener el voto de menos de 55 mil votos. Su perfil a votación abierta no le alcanza para más. Su fuerte es la negociación política y el debate parlamentario.
Dado que el priísmo nayarita está disperso y desalentado ante la percepción de una probable derrota de su candidato presidencial José Antonio Meade, la disputa por los escaños al Congreso de la Unión será entre los candidatos de la alianza “Por México al Frente” y los de la alianza “Juntos haremos Historia”, Cora Cecilia Pinedo y el doctor Miguel Ángel Navarro Quintero y a su vez cobijados bajo el liderazgo de su candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador…
Así, pues durante los próximos tres meses veremos una competencia electoral intensa. Esperemos que sea un ejercicio de civilidad política y de gran participación ciudadana.
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