Ivideliza, de cerca
Ulises RodrÃguez
02 de Abril de 2018
Este no es un artículo imparcial. No podría serlo de ninguna manera cuando el que lo escribe conoce muy bien a quien es el objeto del análisis de dicho artículo. De tal manera que no mentirán quienes me acusen –después de leer el presente- de ser parcial a la hora de escribir sobre Ivideliza Reyes Hernández. Conviene aclarar, sin embargo, que mi parcialidad al tratarse de ella nace del respeto que siento por ella, un respeto que se ganó a pulso a los largo de los últimos años en que he tenido la oportunidad de trabajar de cerca con ella y sobre todo, de contar con su amistad.
AQUELLA GLOSA DEL V INFORME DE SANDOVAL
En 2014, cuando fue candidata a diputada local, Ivideliza hizo campaña bajo la premisa de ser “una voz con valor en el congreso”. No faltó a su compromiso. Para ejemplificar lo anterior, no se me ocurre mejor situación que lo que a continuación narro: con motivo de la glosa del V informe de labores del entonces gobernador Roberto Sandoval, Ivideliza decidió abordar los temas de Salud y Agricultura, dos rubros de suma importancia y muy sensibles para los nayaritas, mismos en los que desgraciadamente había fundadas sospechas de corrupción que ella quería evidenciar. Cuando nos dijo a su equipo de asesores el tema que quería abordar, pidió la mayor cantidad de pruebas y la más confiables para poder denunciar la corrupción que había existido tanto en SEDERMA como en la Secretaría de Salud, donde había personas que todos los días estaban en riesgo de morir hasta por la falta de los insumos más básicos, todo lo anterior mientras quien a la sazón se desempeñaba como secretario de salud subrogaba semanalmente y con complicidad de la dirección del seguro popular, decenas de pacientes a un hospital privado de su propiedad.
Pues bien, la mañana en la que daría su discurso sobre la situación que guardaba el Campo nayarita llegó temprano para afinar detalles técnicos después de haber atendido como era su costumbre, a todas las personas que llegaban a visitarla a su oficina del congreso del estado. El día anterior había evidenciado, incluso con fotografías el desabasto de medicamento en los hospitales de la secretaría de salud, que contrastaba con las cantidades millonarias que el gobierno de Roberto Sandoval decía haber invertido en la adquisición de medicamentos, un debate en el que venció con argumentos al diputado Benigno Ramírez, de Santiago Ixcuintla y Héctor Santana –torpe político que nació y murió políticamente con Roberto Sandoval y que hoy opera en el sur del estado para MORENA, junto con Hugo Villagrán y otras joyas del sexenio de Roberto Sandoval-, quienes hicieron las veces de defensores de oficio del entonces mandatario. Por ello quizá, para la sesión programada para ese día, los del gobierno de la gente no quisieron correr riesgos y decidieron evitar que Ivideliza subiera a tribuna con un tema que involucraba directamente a la familia de Roberto Sandoval.
Apenas unos minutos después de haber aprobado la última versión del discurso que pronunciaría y mientras yo lo imprimía, entró a la oficina con una expresión de sorpresa y cierta palidez mi amigo Luis Armando, asesor también de Ivideliza.
-¡No hay que darle el discurso a mi jefa por su propio bien!- me dijo parco Luis Armando.
-¿Por qué? ¿Qué pasó?-
- La están amenazando del gobierno del estado y de la fiscalía, no quieren que suba a tribuna, con esos locos no se sabe, más vale cuidarla y cambiarle el discurso- me insistió Luis Armando.
-¿Y qué dice ella?-
-¿Tú qué crees? Apagó el teléfono y pidió que te apuraras a imprimirlo-
Eran los días en los que el fiscal Veytia amedrentaba opositores al régimen con pistola en mano cuando no les funcionaba su tradicional método de comprarlos. Me encontré con Ivideliza en el pasillo y le entregué el discurso, no sin antes sugerir junto con Luis Armando que se analizara otra vez la viabilidad de decirlo. Una diputada priista se acercó entonces a donde platicábamos Luis Armando, Ivideliza y quien esto escribe. La legisladora, con teléfono en mano, tenía el propósito de comunicarle a alguien a quien Ivideliza no quiso atender y que seguramente escuchó la negativa por parte de ésta con un “Ah como friegan, no habían de ser tan corruptos si no les gusta que los señalen”.
Finalmente subió a tribuna y con voz firme dio un discurso en el que señaló el desvío de recursos del campo por parte de Roberto Sandoval y sus incondicionales. Señaló también el caso de las vacas suizas que en contubernio con el entonces también gobernador de Chihuahua, César Duarte, Sandoval entregó a ranchos que estaban a nombre de su propio hermano y de su sobrino, Hugo Sandoval, asesinado el mismo día en que Sandoval abandonó la gubernatura.
Santana, Sofía Bautista –hoy contrincante de Ivideliza al ser candidata del PRI a diputada federal por Tepic- y el folklórico diputado Arturo Elenes fueron los encargados de defender las espaldas de Roberto Sandoval y desestimar las acusaciones que hizo Ivideliza y otro diputados de la oposición. Tenían el poder de la mayoría entonces, también el de la impunidad que existía en la fiscalía y en gobierno del estado, un poder que nunca vi que amilanara a Ivideliza a quien jamás le tembló la voz para denunciar lo injusto, la corrupción y los abusos desde el poder.
Anécdotas como esas abundan y creo que ayudan a dejar en claro por qué es ella, la mejor opción que tenemos los tepicenses para que nos represente en el congreso de la Unión. Hace días escribí mis razones por las que no votaría en la elección presidencial, ni en la de senadores de la república, sea este artículo mi forma de dejar en claro por qué sí voy a votar en la elección de diputado federal y por qué mi voto será para Ivideliza Reyes Hernández.
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