Valoremos el agua
Sergio Mejía Cano
23 de Enero de 2018
Bueno, pues a pesar de la poca existencia de agua en las tuberías en muchas colonias de Tepic, la gente sigue acudiendo religiosamente a pagar sus recibos del agua, ya sea por mes o por todo el año, tal vez con la esperanza de que el suministro del vital líquido se regularice y ya no se interrumpa el mismo.
La mayoría de las especies que andamos cascareando en la canica (Gabriel Vargas dixit) necesitamos el agua forzosamente para nuestra existencia, y desde luego no nada más para beberla y renovar la que compone nuestro cuerpo, sino para casi todo si no es que para todo la ocupamos, de ahí que cuando falta sea de lo más drástico que nos pudiera suceder.
Se dice que en un tiempo no muy lejano, las guerras entre varias naciones no será ya por el petróleo, sino por el agua, líquido que muchas de las naciones industrializadas contaminan cada día más y más, no únicamente la que está a cielo abierto, sino la de los mantos freáticos que también se afirma, ya muchos de ellos están súper contaminados debido a filtraciones de los desperdicios que generan los humanos. Así que debido a esta contaminación, dichas naciones la están buscando cada día más abajo del subsuelo inmediato y precisamente para buscar gas y petróleo con el llamado sistema “fracking” o algo así, sistema que se afirma por parte de los enterados, si bien trae beneficios a quien lo utiliza, son más los maleficios al entorno en donde se lleva a la práctica causando deforestación y fragmentación del subsuelo y más abajo dando paso a que los mantos freáticos se destruyan irreversiblemente secándose todas las partes por donde antes nacían ojos de agua.
Pero no nada más para esto están acabando con el agua algunas de las naciones de primer mundo, sino que aprovechando la opacidad, corrupción e impunidad de infinidad de gobernantes del llamado tercer mundo, entre los que se encuentra Latinoamérica, muchas empresas con el pretexto de ser inversionistas y generar dizque empleos, se están apoderando de manantiales para su provecho y hasta para fabricar cerveza, tal y como está ocurriendo hoy en día en el estado de Baja California en donde según los enterados, se pretendía privatizar el agua de consumo humano; pero afortunadamente las protestas de la ciudadanía en dicha entidad hicieron que el gobernador Francisco Kiko Vega diera marcha atrás sobre la Ley del Agua, pues ha anunciado ante los medios de aquél lugar y de circulación nacional, que ha derogado dicha ley por lo que no entrará en vigor.
Sin embargo, esto se podría ver como la punta de lanza, el caldo de cultivo para posibles tiempos venideros en que escasee más el agua en todo el planeta, en donde entonces sí, serán las naciones más poderosas las que tratarán de acaparar el agua que quede o descubrir nueva tecnología que desalinice el agua de Mar más rápidamente y con mayor eficacia, porque de que se está acabando el agua para el consumo humano se dice que ya es un hecho y más por el cambio climático que está incrementando la temperatura del globo terráqueo. Y si bien al vaporizarse y regresar como lluvia o nieve, tal y como llega a caer casi no se puede aprovechar debido a que muchas naciones no cuentan con una cultura de captación de agua de lluvia o en forma de nieve o vapor; sin embargo, es probable que en un tiempo considerable, la necesidad hará a los humanos buscar la manera de aprovechar todo tipo de agua en la forma en que se encuentre.
Y a propósito de la cultura del agua, hay quienes sí la saben cuidar y otros que no, que tal vez seamos los más los que la desperdiciamos y por ende, que no sabemos cómo capearla cuando llueve. Pero lo más desastroso es cuando vemos a alguien regando la calle, incluso hasta a nuestros mismos familiares; pero lo peor es cuando oímos a una persona gritar cuando se le reclama que está tirando el agua, decir que “para eso la paga”. Y en verdad que da tristeza cuando no hay agua en el barrio y al ir caminando por alguna colonia vemos a gente tirándola o lavando su automóvil con el chorro de una manguera o dejando la llave abierta y la cubeta ya se llenó y no la cierran, etcétera.
Así que a muchos nos falta comprender que se debe de cuidar el agua. Porque solo el que carga el muerto sabe lo que pesa. Y esto pasa cuando llega el día en que no cae ni una gota en la casa, y es entonces cuando pensamos en aquella vez en que la dejábamos tirar o la echábamos a la calle dizque para barrer y así no levantar polvo. Valoramos más el agua cuando nos falta, pero debemos valorarla siempre.
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