Marichuy por un mundo diferente

María de Jesús Patricio Martínez nació en la comunidad nahua de Tuxpan, al sur del Estado de Jalisco, cuenta Juan Villoro en su crónica de la revista Proceso que publicó con el título La hora de los pueblos.

Es la tercera de once hermanos. Era una niña de trece años cuando Marichuy vendía semillas de calabaza en Ciudad Guzmán. La cena de la familia depende de que la niña venda una (gran) bolsa de semillas, continúa Villoro.

Hoy, con 54 años de edad, esta mujer llegó a Tepic en campaña de proselitismo político porque tiene la férrea intención de ser candidata independiente para entrar a la disputa por la presidencia de México en las elecciones que se realizarán el domingo 1 de julio venidero.

Cobijada por el Partido de los Comunistas de Nayarit y otras organizaciones de izquierda, María de Jesús Patricio Martínez presidió, como vocera del Congreso Nacional Indigenista, un nutrido encuentro con ciudadanos libres en la plaza principal de Tepic la tarde de este miércoles 17.

Durante el desarrollo del acercamiento, la mujer indígena que fungió como maestra de ceremonia insistió en la petición de que los ciudadanos nayaritas concedieran su firma de apoyo a Marichuy para alcanzar la pretendida candidatura independiente. Para tal fin varias mesas se instalaron desde hace días sobre la plaza principal de Tepic.

De Nayarit pretende llevarse 10 mil firmas. Mas el Instituto Nacional Electoral, con base en la ley de la materia, impuso como condición reunir 867 mil firmas cuando menos en 17 estados de la república y en cada uno de ellos debe rebasar el 1% del padrón electoral, condición harto difícil. Para cumplir tiene como plazo el 8 de febrero.

En el recorrido de Marichuy por varios sitios de la geografía nacional es común que en los mítines sólo hablan mujeres, sin embargo en la capital nayarita fueron tres los hombres que participaron -un indígena de Sonora, entre ellos-. En contraparte, cuatro mujeres, todas indígenas, las que intervinieron.

María de Jesús Patricio Martínez, “docente de la Universidad de Guadalajara, donde pidió licencia por un semestre para luchar por su registro como candidata independiente” (consigna Juan Villoro), dio un discurso de casi nueve minutos para pronunciarse por la reivindicación y la defensa de la vida de los pueblos originarios, contra la injusticia y el sistema arcaico de explotación. Dijo que es la hora de las mujeres de organizarse para la protección de sus derechos. Somos explotadas y violentadas en nuestros hogares, en nuestros trabajos, en todos los espacios de la sociedad; el actual sistema nos somete a la más cruda explotación. Marichuy conminó a luchar por un mundo diferente donde estaremos sobre todo los de abajo.

Con base en el testimonio de Juan Villoro señalaré que “Marichuy soñaba con ser maestra o doctora. El padre la destinaba al matrimonio y le prohibió estudiar más allá de la primaria. Marichuy cursó la secundaria abierta y la preparatoria a escondidas, con ayuda de su madre. Fue la única entre sus 11 hermanos que concluyó la preparatoria y se adiestró en la herbolaria” (materia que imparte en la UdeG).

“Por primera vez una mujer indígena recorre el país para cambiarlo por entero, apoyada por 153 concejales de 52 pueblos originarios. “Antes no existía el discurso indígena; nosotros sólo éramos vistos como campesinos, dice Marichuy: El levantamiento del EZLN de 1994 y el Congreso Nacional Indígena de 1996 cambió eso por completo”.

María de Jesús Patricio Martínez ha recibido el respaldo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional:

“Los zapatistas son enemigos de una lucha electoral donde el dinero decide la contienda y la democracia es meramente representativa. Nuestro voto vale el domingo de elección y caduca el lunes. El apoyo a Marichuy Patricio no tiene que ver con el deseo de participar en la farsa, sino de lograr que, en medio del carnaval de la autopromoción, se escuche la ignorada voz indígena”.

Por tanto, Patricio Martínez sustenta que “el movimiento indígena propone que la fuerza surja de la suma de debilidades”.