Don Justino Ávila Arce
Sergio Mejía Cano
20 de Noviembre de 2017
Este pasado lunes 13 del presente mes al pasar por el Palacio Municipal de Tepic vi que había movimiento, por lo que me asomé a ver qué era lo que había porque estaba hablando una chica de muy buen ver vestida de negro. Era un evento en donde se conmemoraba el aniversario luctuoso de don Justino Ávila Arce, y en el pódium miré que entre otras personas estaba la siempre grata señora María Eugenia Jiménez Valenzuela, obviamente porque ella fue la que suplió a don Justino concluyendo el mandato.
Desde luego que quien estaba al frente del festejo era precisamente el actual presidente municipal, don Francisco Javier Castellón Fonseca, quien se hizo de este cargo casi en forma parecida a don Justino: gracias a una alianza partidista que fue la que en 1999 llevó al señor Ávila Arce a hacerse cargo de la presidencia municipal de Tepic.
Bien por este festejo para recordar a uno de los presidentes municipales que más gratos recuerdos ha dejado entre los tepiqueños, ya que en el breve tiempo que duró en el cargo dejó buena impresión de trabajo y qué mejor que cuando su fatal enfermedad su obra no quedó inconclusa gracias a la buena disposición de la señora María Eugenia Jiménez, quien continuó con lo emprendido del señor Ávila Arce.
En el evento de este aniversario luctuoso de don Justino Ávila, encontré a varias personas que al igual que un servidor, no se enteraron del mismo sino por pura casualidad al pasar por el Palacio Municipal, porque de no haber pasado por ahí ni cuenta nos damos; aunque eso sí, el patio central de Palacio se vio con buena presencia de asistentes, tal vez invitados personales porque al preguntar a varias personas coincidieron en afirmar que fue de pura chiripa que ahí se encontraran, ya que si bien don Justino es una persona que se recuerda bien, en sí mucha gente no tiene presente el día preciso de su fallecimiento.
Gracias a don Justino Ávila hoy en día algunas calles del centro de la ciudad no lucen las telarañas de alambres debido a que hizo posible el cableado subterráneo, cosa que desde luego molestó a varias personas, pero alguien lo tenía qué hacer. Obviamente que se tuvieron que afectar algunos negocios, pero ahora se ven los frutos de ese malestar que se ocasionó a esas personas, muchas de las que en su momento despotricaron en contra de las obras emprendidas por la administración de don Justino; sin embargo, hoy en día por más que se haya criticado en su momento al señor Ávila Arce, se ve claramente que sí tenía razón al hacer lo que hizo, que fue nada más una pequeña parte del centro de la ciudad, pero de haber concluido su mandato, tal vez se haya hecho aún más con los alambres que siguen haciendo y formando grandes telarañas que afean las céntricas calles.
Al recordar esto, vino a la memoria cómo un diario impreso de circulación local lo denostaba a don Justino casi a diario, nombrándolo como “el hombre más feo de Tepic”, epíteto que no lo merecía el señor Ávila Arce debido a su don de gentes y que lo único que sí hizo durante el tiempo que duró en su encargo, fue servir a la ciudadanía, cosa que hoy en día mucha gente reconoce, incluso hasta ese diario que con frecuencia lo denostaba.
Esto del cableado subterráneo en el centro de la ciudad es una obra que debería de continuar, aunque haya gente que le moleste porque con lo poco que se hizo en su momento, se ve claramente que sacrificio es beneficio y al menos en la parte en donde se hicieron estas obras ya no se observan las telarañas de cables que se cruzan unos con otros dando un feo aspecto a las calles del centro; y no nada más de las calles del centro de la capital nayarita, sino que sería bueno que en toda la ciudad se instalaran subterráneamente todas las conexiones de luz, teléfono y demás conexiones que lo ameriten. El problema sería en quién de los presidentes municipales se va a aventar ese trompo a la uña.
Don Justino se arriesgó a ser criticado y hasta denostado, pero el tiempo demostró que lo que hizo estaba bien, y si pisó algunos callos, los mismos pisados con el tiempo han reconocido que tenía razón el señor Ávila Arce, aunque hayan tenido que cerrar durante un tiempo sus negocios debido a las obras del cableado subterráneo.
Pero no nada más por esto debe de ser recordado don Justino, sino porque se caracterizó por ser un verdadero servidor público y desde luego por su don de gentes y su amable trato con quien se lo encontrara en donde sea. Que en paz descanse el bien recordado don Justino Ávila Arce.
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