La base del fuero político

Todo funcionario público tiene que protestar al momento de asumir su cargo guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y las leyes que de ella emanan, y si así no lo hicieren que la Nación se los demande. Se supone que en todo momento tienen o tendrían que tener esto en cuenta; sin embargo, al parecer todo esto no pasa de ser nada más un juego de palabras, porque en la práctica no se cumple en absoluto.

El artículo 61 de nuestra Carta Magna, señala que “Los diputados y senadores son inviolables por las opiniones que manifiesten en el desempeño de sus cargos y jamás podrán ser reconvenidos por ellas.

El presidente de cada Cámara velará por el respeto al fuero constitucional de los miembros de la misma y por la inviolabilidad del recinto donde se reúnan a sesionar”.

Con esto queda muy claro que el dichoso fuero que tanto pregonan muchos de nuestros legisladores es única y exclusivamente para no ser reconvenidos por lo que hagan o digan en tribuna y no para pasarse las demás leyes por el arco de triunfo tal y como se acostumbra hoy en día que hasta creen que pueden orinarse en la calle y no ser reconvenidos por ello.

Y este fuero es el que se debe de respetar en todo momento, ya que así quedó establecido debido a la intolerancia que demostró en su momento el usurpador Victoriano Huerta en contra del senador Belisario Domínguez, quien fuera silenciado precisamente por sus declaraciones en tribuna; sin embargo, hoy en día hemos visto cómo varios legisladores, sobre todo los de oposición son o tratan de ser callados mediante gritos o abandonando el recinto respectivo para no tener que oír lo que declaran en su momento dichos legisladores, y más si se trata de hacer ver los errores del Presidente de la República en turno o de alguno de sus miembros de su Gabinete.

Ahora ha salido a la luz cómo varios legisladores le gritaron a un legislador del Partido de Regeneración Nacional (Morena), tratando de callarlo espetándole un grito similar al que se utiliza en los partidos de fútbol, en donde precisamente se involucra a una legisladora nayarita entre las que gritaban a voz de cuello esa expresión tan cuestionable ya hasta a nivel mundial.

Se supone que precisamente debido al artículo 61 constitucional, todo legislador de cualquiera de las Cámaras debe de ser escuchado y respetado en sus dichos al estar en tribuna, pero está visto que al parecer esto no les llama la atención en lo absoluto a los legisladores que deberían guardar silencio cuando alguno de sus congéneres se está expresando en la tribuna máxima del país que es desde luego el Palacio Legislativo o el Senado de la República.

Hoy en día ya se televisan las sesiones del H. Congreso de la Unión, pero si no es a través del canal televisivo del Congreso, a través de las redes sociales es en donde se dan a conocer las participaciones de los legisladores más controversiales en su momento, pues es por medio de las redes sociales en donde más se difunde cuando un diputado o senador (se engloban ambos géneros) hace señalamientos hacia los miembros del Poder Ejecutivo, sobre todo al Presidente de la República en turno sobre su actuar que por lo regular, ya tiene tiempo que actúa más en contra de la población protegiendo más los intereses de la clase empresarial, sobre todo del extranjero.

¿Por qué los legisladores, principalmente del PRI no quieres dejar oír la voz de los diputados y senadores de la oposición? Porque de todos modos, así traten de callar o no dejar oír la perorata del legislador de oposición, aun así en el rumor popular se llega a saber claramente aquello que no querían que se llegara a oír y saber, pues todo eso que pretenden los legisladores que no se sepa, ya se sabe de antemano de todos modos entre la población, y más cuando se sabe que pretendieron hacer callar a un legislador de oposición, con más razón se corre el rumor como reguero de pólvora.

Se ha visto a través del canal del Congreso y desde luego en las redes sociales que hasta el Presidente de la Cámara en turno se muestra intolerante e incómodo cuando alguno de los legisladores hace algún señalamiento en contra del mismo Presidente de la República o alguno de sus miembros de su Gabinete, y lo malo es que se prestan para tratar de callar la voz del legislador que con mucha razón se muestra molesto por el actuar precisamente en contra de la Constitución y de la Patria misma, de ahí que se debería de tener en cuenta este artículo 61 constitucional tan claro.