El gobierno federal reprime al PT por ser lopezobradorista

El Gobierno Federal no alcanza a asimilar la decisión partidista del P T de ir con AMLO en el 2018 por la presidencia de la República, y, a través de la PGR, ha iniciado una persecución política en contra de los dirigentes nacionales del Partido del Trabajo vinculándolos con delitos de lavado de dinero. Primero mandó congelar las cuentas con que operan los Centros de Desarrollo Infantil, CENDIS, en Nuevo León argumentando que son un lavadero de dinero. Seguramente que ignoraban que en dicha entidad operan desde hace bastante tiempo alrededor de 27 CENDIS que dirige la Dra. Guadalupe Rodríguez, esposa de Alberto Anaya, líder nacional del PT, y que benefician a madres solteras al atender aproximadamente 5 mil menores que van desde los 45 días de nacidos hasta los 5 años de edad. También congeló los apoyos económicos que el Gobierno Federal entregaba, vía Gobierno del Estado, a la Universidad Emiliano Zapata y a la Preparatoria del mismo nombre, que atienden a poco más de 17 mil jóvenes en Nuevo León. Todas estas instituciones educativas ofrecen servicios de alta calidad y han sido creadas y sostenidas por el Partido del Trabajo. Se percibe un “importamadrismo oficial” por la afectación a cientos de trabajadores, a miles de madres solteras y a miles de alumnos. Y por si esto fuera poco, la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada, SEIDO, detiene a uno de los dirigentes del P T en Aguascalientes, a Héctor Quiroz, y se lo llevan a la Ciudad de México argumentando que hay lavado de dinero en las cuentas del Partido del Trabajo.

A todas luces se trata de una represión política motivada por la alianza con Andrés Manuel López Obrador para la contienda electoral federal del 2018, y en donde se presume a AMLO como triunfador en la elección presidencial. Pero a la vez, estos golpes políticos al P T muestran y demuestran el grado del miedo que los políticos que gobiernan le tienen a López Obrador. Se antoja decir que no es simple miedo, sino pánico. Empero, ¿A qué se le tiene temor? ¿A la marcha atrás de las Reformas Estructurales? ¿Al retorno de la economía mixta? ¿A la caída del capitalismo mexicano? ¿A la vuelta de la economía cerrada? Etc. Nada de estas cosas pueden ocurrir con la llegada de AMLO a la presidencia de la República porque representarían un retroceso en el nivel de desarrollo del capitalismo transnacional dentro del cual se localiza a la economía mexicana. Lo que si se vería venir sería una moralización del ejercicio del poder público y una adecuación de las instituciones a una política de nueva moral. Y en realidad este sería el gran temor, el pánico a la anticorrupción, al despilfarro y al dispendio, el miedo a la pérdida de la impunidad, el espanto a dejar de ser o a ser un simple mortal.

Por eso, además de la represión política del gobierno federal a través de la PGR, los tribunales electorales han buscado influir en las determinaciones internas del P T respecto a la conformación de sus órganos de dirigencia, situación que se ha cumplido a cabalidad, como es la pretensión de la elección con equidad de género de la Comisión Ejecutiva y de la Coordinadora Nacional, así como de las diferentes comisiones partidistas. En fin.