No hay a quien irle ya

Con el movimiento que ya inició respecto a los comicios que vendrán el próximo año, se comienzan a ver auto enroques de los militantes de los partidos políticos en los que únicamente ya nada más creen precisamente los que están afiliados a ellos para ver si son favorecidos por el dedo mayor, y los de abajo se mueven con la esperanza de que los favorecidos volteen a mirarlos para ser tomados en cuenta.

Sin embargo, también hay militantes de los diversos partidos existentes, que sopesan la posibilidad de brincar a otro lado en caso de que en su propio partido no figuren en el pensamiento de sus dirigencias, así que es probable que por debajo del agua estén haciendo méritos en otras asociaciones políticas por si acaso.

Y ya nada más son los mismos militantes que tienen la plena convicción de que sus partidos todavía podrían figurar en el pensamiento del público elector en donde se ha marcado una clara aversión hacia todos los partidos políticos sin excepción, de ahí que se hayan registrado muchas personas para las candidaturas independientes, sobre todo para la grande, por la posibilidad de que la mayor parte de la ciudadanía en su calidad de votante decida probar a ver qué pasa eligiendo a uno de estos tantos independientes; y más porque ya están probadas la mayoría de las asociaciones políticas que sean del color que sean, en realidad vienen a ser los mismos de siempre nada más con otra camiseta puesta. Porque ¿en cuál partido político no hay priistas? Y lo malo es que hasta en los llamados independientes también los hay. Claro que no nada más priistas sino de los demás partidos que, es posible que sean todos una misma creación de los mismos priistas; incluso hasta el Partido Acción Nacional (PAN) actual, pues con su actuación de los últimos años deja mucho que desear respecto al pensamiento de sus originales fundadores, porque ahora el PAN no es ni la sombra de los ideales de esos fundadores que tal vez se estén dando vueltas en su tumba al ver en lo que ha caído su partido por el que tanto empeño pusieron para contrarrestar una Revolución que afectaba sus intereses; y si bien ahora el Partido Revolucionario Institucional (PRI) se parece más en su comportamiento con el PAN, aun así distan mucho ambos partidos de ser para lo que fueron creados.

Pero si hay en verdad un partido todavía más desfigurado, este es el Partido de la Revolución Democrática (PRD), que este sí se volteó feamente en cuanto a sus propios estatutos a los que ha hecho a un lado para conseguir mejores intereses para quienes se apoderaron de su dirigencia, pues está visto que esa dichosa alianza que han tenido tanto el PAN como el PRD no es por el bien de la población en sí, sino nada más para hacer la mosca chillar aparentando que están como oposición en contra del PRI, pero ¿en qué se ha progresado en el país? Las pruebas saltan a la vista de que nuestro país ha retrocedido feamente tanto económicamente, con en generación de empleos de los que han desaparecido los de forma permanente pues hoy en día es poco probable que algún trabajador se quede en un solo empleo durante toda su vida productiva.

De ahí que quede claro que ninguno de los tres partidos dizque más fuertes y representativos en nuestro país haya hecho nada por el bienestar de la población, sino que han trabajado nada más para sus propios intereses tanto individuales como de grupo.

He ahí las famosas reformas supuestamente estructurales que les han quitado muchos derechos a la clase trabajadora, a los maestros, a los médicos y enfermeras. También cómo se ha visto el desmantelamiento paulatino y acelerado a la vez de la energía del país de la que ya queda muy poca en beneficio de la Nación; pero lo peor es que la aparente democracia ha casi desaparecido por lo que ya no se sabe en qué régimen estamos, porque no se dice claramente si ya estamos en una dictadura, en una autocracia o en un estado militarizado en donde la voz del pueblo ya no cuenta para nada y que el artículo 39 constitucional no significa nada para la clase gobernante.

Entonces, queda claro que tendrán que batallar mucho los militantes de los partidos políticos en el país para tratar de convencer al público elector de que ahora sí son los buenos. Porque queda claro que no hay a quién irle ya, y mucha gente ya no confía y mucho menos cree en estas asociaciones políticas, y menos en los partidos rémoras, las lapas de siempre que se unen en coalición nada más para sobrevivir y no quedar fuera del presupuesto.