Con la revolución rusa de febrero de 1917 cae el zarismo ruso
Octavio Camelo Romero
12 de Octubre de 2017
La Revolución rusa de Febrero según el calendario juliano, o de marzo según el gregoriano, de 1917, representa la primera etapa de la Revolución bolchevique de 1917. Con esta revolución se realiza la abdicación del zar Nicolás II, se pone fin a la monarquía rusa y se lleva a cabo la formación de un Gobierno provisional. Además, esta revolución nace como reacción a la política realizada por el zar, su negación a otorgar reformas políticas liberalizadoras y a la participación de Rusia en la Primera Guerra Mundial, la cual había condenado a la población a sufrir grandes penurias. Por su parte el régimen naciente resultó de una alianza entre liberales y socialistas que debía dar paso a un ejecutivo elegido democráticamente y a una asamblea constituyente.
Al comienzo del año de 1917, la incompetencia gubernamental, el descrédito y oposición a cualquier cambio político del monarca, las divisiones entre los políticos, el desapego de la sociedad educada con la autocracia, la crisis económica, la reaparición de anteriores tensiones sociales y económicas, el hartazgo de la guerra y el resurgimiento de los partidos revolucionarios favorecían un cambio.
Al parecer son dos factores los causantes de la revolución: 1.- las manifestaciones populares espontáneas por las malas condiciones de vida y 2.- las actividades de la oposición liberal y los mandos militares contra el gobierno imperial. Por otra parte, cinco días de comienzos de marzo según el calendario gregoriano, son el periodo de la revolución, aunque los acontecimientos políticos desencadenados por las protestas duraron alrededor de una semana. Estos días son 8, 9, 10, 11 y 12 de marzo correspondientes a los días 23, 24, 25, 26 y 27 de febrero en el calendario juliano.
Las protestas comenzaron el jueves 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, a causa de las privaciones y pronto, el viernes 9, se extendieron entre los obreros de la capital. La pasividad de las fuerzas de seguridad de la ciudad, especialmente de los destacamentos de cosacos y de los regimientos de la guarnición de la ciudad, facilitó su expansión. Los días siguientes, sábado, domingo y lunes, correspondiente a los días10, 11 y 12 de marzo, las manifestaciones crecieron y siguieron un mismo patrón: a) confraternización creciente entre los manifestantes y las tropas, b) enfrentamientos con la policía y c) calma nocturna. El 10 de marzo de 1917 los manifestantes alcanzaban ya la cifra de doscientas mil personas que habían convertido las fábricas en centros de reunión y agitación. A pesar de que Lenin se encontraba exiliado en Suiza, los bolcheviques tuvieron un destacado papel en la organización de las huelgas y manifestaciones del día. Y, sin embargo, la noche del sábado 10 de marzo la situación cambió con la orden del zar de acabar con las protestas por la fuerza, que obligó a las tropas de la guarnición a tomar partido, y la decisión del Gobierno de disolver la Duma hasta abril. El domingo 11 el número de víctimas creció notablemente y el ánimo de la guarnición, obligada a aplastar los desórdenes con las armas, se volvió revoltoso; rápidamente el Gobierno perdió el control de la mayoría de las unidades militares de la ciudad y quedó impotente para acabar con la revuelta. Por su parte, la Duma, reacia hasta entonces a enfrentarse abiertamente con el Gobierno porque buscaba un acuerdo de reformas con el soberano, decidió apoyar las protestas para tratar de controlarlas.
El zar reaccionó 1) negándose a otorgar reformas políticas y 2) ordenando la marcha de tropas contra la capital. Empero, a) la renuencia de los altos mandos militares a enfrascarse en grandes operaciones militares en la retaguardia, b) su convencimiento de la necesidad de realizar concesiones y llegar a un acuerdo con la Duma, c) el control de las comunicaciones por los rebeldes y d) la falta de confianza en las tropas, frustraron este intento de sofocar la revolución en la capital.
El 27 de febrero del calendario juliano o12 de marzo de 1917 según el gregoriano, los diputados se negaron a disolver el Parlamento y formaron un Comité Provisional de once miembros constituido por los partidos burgueses liberales del Bloque Progresista, por Kérenski y por el dirigente menchevique Nikolái Chjeidze, para tratar de restablecer el orden. La propia Duma se disolvió a continuación, privándose así de participar en los siguientes acontecimientos. El Comité envió comisarios para supervisar los distintos departamentos gubernamentales, anunció la toma del poder en la capital y su intención de formar un nuevo Gobierno provisional y llamó a la calma.
Cabe destacar que algunos dirigentes sindicales y de las cooperativas, diputados socialistas y miembros del Comité Central para las Industrias de Guerra recién liberados, entre treinta y cuarenta personas en total, se reunieron en el Palacio Táuride para tratar de formar un sóviet como el Sóviet de San Petersburgo de 1905. Allí nombraron un comité ejecutivo y convocaron a los delegados de los trabajadores a una sesión esa misma noche. El Sóviet de Petrogrado fue el primero de este tipo de órgano que a lo largo de los meses siguientes se fue extendiendo por todo el país. El rápido y decidido apoyo popular al Sóviet de Petrogrado le confirió pronto un gran poder político. En el edificio de la Duma, sin embargo, reinaba la tensión: cada vez un mayor número de trabajadores y soldados, armados, acudían a la Duma para solicitar instrucciones y a pesar de la bienvenida dispensada por Kérenski y Nikolái Chjeidze, otros diputados más conservadores observaban con inquietud a los recién llegados. A pesar de su oposición a la disolución de la Cámara, la mayoría de los diputados era monárquica y se oponía a enfrentarse abiertamente al zar, a pesar de la creciente presión en las calles para que la Duma pasase a dirigir la revolución.
El martes 13 de marzo las últimas tropas leales al Gobierno se acuartelaban al no llegar los refuerzos esperados del frente. Algunas importantes ciudades se habían unido al alzamiento. Y el jueves 15 de marzo según el calendario gregoriano, el zar, privado del apoyo de sus generales, abdicaba en su hermano el gran duque Miguel que, sin embargo, no aceptó el trono, lo que facilitó la formación de un nuevo Gobierno provisional acordado por los recién formados Comité Provisional de la Duma y Comité ejecutivo del Sóviet de Petrogrado. Las principales consecuencias de la revolución de febrero de 1917, según el calendario juliano, fueron la desaparición del régimen autocrático zarista y la formación de un poder de gobierno dual, compartido de manera inestable entre el Gobierno provisional y el Sóviet de Petrogrado. En fin.
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