Sigue vivo y no se olvida el 2 de Octubre

En varias partes de nuestro país se volvieron a conmemorar una vez más los fatídicos hechos del 2 de Octubre (no se olvida) de 1968; y desde luego, Tepic no fue la excepción, pues también se llevó a cabo la celebración por tal fecha. Y en verdad que este día es ya inolvidable, y si para algunos sectores de las nuevas generaciones esto no les llama nada, afortunadamente sigue el recuerdo trasmitido por los mayores a otra parte de estas nuevas generaciones.

La década de los años 60 del siglo pasado fue muy convulsa en varios aspectos, porque en Sudamérica los golpes de estado estaban a la orden del día y en otras partes del mundo había represión contra varios sectores de la población, quizás por el temor que había generado entre los jóvenes de aquella época el casi reciente triunfo de la Revolución Cubana en donde resaltaban los nombres de quienes la había hecho como Fidel Castro Ruz y su hermano Raúl, Ernesto el Che Guevara, Camilo Cienfuegos, etcétera e igualmente el crecimiento de las protestas en contra de la invasión por parte de los gringos a Vietnam en donde el personaje del luchador y revolucionario vietnamita Ho Chí Minh estaba en la mente de gran parte de la juventud de aquellos años, por lo que muchos jóvenes y adolecentes de los Estados Unidos de Norteamérica en señal de disidencia se convirtieron en los “niños flor”, los mentados “hippies” que, si bien los detractores de este movimiento aducían que a los hippies los habían creado el mismo gobierno gringo para proteger a los hijos de los magnates y grandes empresarios estadounidenses, al parecer no fue así, y si lo fue, el movimiento se le salió de control al gobierno gringo de aquél entonces, porque comenzaron a darse infinidad de manifestaciones culturales de gran magnitud, a tal grado, que el mismo gobierno gringo se asustó y más, porque vio quizás con horror que ese movimiento de los hippies cada día crecía más y más.

Todo iba bien, pues el arte y la cultura avanzaba a pasos agigantados empujados por la onda sicodélica que había provocado que el arte y la cultura tuviera otro enfoque mucho más profundo entre la juventud y obviamente en personas de más edad con la mente abierta y libre pensadores que apoyaban estas manifestaciones en donde la pintura estaba tomando otro matiz y desde luego también la literatura que estaba siendo absorbida por las nuevas mentes que de pronto se interesaron en leer a Carlos Marx, a Federico Engels, a Mao Zedong, Carlos Castaneda, Zaratustra; se pusieron también de moda el vegetarianismo, se hablaba de los hongos alucinógenos de María Sabina a la que hasta los Beatles habían visitado y que por lo mismo su música había evolucionado de tal manera que por eso podía llegar a la mente de casi todo ser humano, así como la música de los Doors con su vocalista el Rey Lagarto Jim Morrison, Janis Joplin, Jimi Hendrix y músicos, pintores y artistas de otras partes del mundo que estaban haciendo una revolución cultural de grandes proporciones, cosa que obviamente alarmó de tal manera no nada más al gobierno gringo, sino a todos los demás que tal vez se asustaron de la gran evolución que estaban alcanzando los jóvenes con la también llamada “contracultura”, que posiblemente mejor optaron por apagar todo cortando de raíz esos avances en el arte y la cultura porque les estaba abriendo la mente a la juventud haciéndolos más pensantes y desde luego, más preguntones.

Y por supuesto que la juventud mexicana estaba influenciada por todos estos actos que sucedían no nada más en nuestro país vecino del norte, sino en otras partes del mundo en donde ya se sentía que las nuevas generaciones estaban despertando y ya trataban de quitarse las cadenas y el yugo que los mayores les habían impuesto desde su nacimiento.

Se entiende que los jóvenes mexicanos que comenzaron a protestar aquel nefasto año de 1968, lo hacían no influenciados y comandados por brigadas comunistas y el ejército rojo como se trataba de hacer creer a la opinión pública, sino inspirados en la justicia social y la no represión a los estudiantes; protestas que fueron apoyadas de inmediato por obreros y desde luego los ferrocarrileros que apenas casi diez años antes habían sido las víctimas de una feroz represión gubernamental tal y como parecía se comenzaba a dar en contra del estudiantado y nada más; nada de que hubiese un movimiento orquestado por el comunismo mundial, algo que más bien era el petate del muerto con el que quiso justificarse la clase gobernante de aquel entonces.