La política es muy difícil, pagué mi novatez en la materia
Oscar González Bonilla
01 de Octubre de 2017
*Luis Bravo fue desplazado del Instituto de Arte y Cultura por presión de haraganes del SUTSEM
Luis Alberto Bravo Mora no renunció, más bien lo desplazaron, como director del Instituto de Arte y Cultura del Ayuntamiento de Tepic. Ello ocurrió durante mayo de 2016, aunque hasta diciembre de ese mismo año se retiró en definitiva de la entidad administrativa.
El director de escena santiaguense arribó al cargo el 22 de septiembre de 2014, invitado por el doctor Leopoldo Domínguez González, quien presidía el gobierno municipal.
Siempre mostré interés por saber las causas que motivaron la separación de Bravo, mientras que él todo tiempo se negó a hacerlas públicas a través del reportero de la gente. Su actitud era de respeto institucional. En mí causó sorpresa la salida, porque, para mi gusto, hacía muy bien el trabajo que le correspondía.
En días recientes en entrevista sobre otro tema, aproveché para preguntar a Luis Bravo precisamente las razones de su salida del Ayuntamiento de Tepic el año pasado. Esta vez no opuso resistencia, a lo mejor se dejó guiar por el entusiasmo de la conversación.
Quitar a Bravo del cargo lo provocaron factores internos y externos, por tanto el alcalde Polo Domínguez, junto con el SUTSEM, determinó el cambio. Se iría a coordinar la fallida Comisión del Centenario, encargada de los festejos de los 100 años de la erección de Nayarit como Estado libre y soberano.
En diciembre de 2016, cuando el doctor Polo Domínguez pidió licencia para separarse del cargo de presidente municipal de Tepic, se desdibujó la Comisión del Centenario, tal solo alcanzó a efectuar un acto cultural.
Según su propio dicho, Luis Bravo fue acusado de todo a la salida del cargo. ¿”Qué probaron? Nada. Yo no tomé un solo peso del instituto. Es más, el recurso ni lo manejaba yo”.
Es larga su reflexión: “Así como en el Instituto de Arte y Cultura del municipio de Tepic hay personal muy trabajador, vale la pena mantenerla allí o rescatarlo, existen personas nocivas, mucho muy nocivas, que se hace necesario cambiar al igual que en el CECAN. Estas instituciones requieren cambio interno, mover esta gente con muchísimos años donde mismo, programados para no hacer nada. Con todo, ellos defenderán su holgazanería, porque creen que están en lo correcto, pues en todos estos años nadie les ha enseñado que eso es incorrecto, que le hacen daño a la institución, al ayuntamiento, a la ciudad, al Estado y en lo personal a ellos mismos. La sociedad paga el sueldo de estos empleados, pero ellos nada le retribuyen a la sociedad”.
Luis Alberto Bravo Mora es contundente al indicar el elevado número de actividades sobre arte y cultura que salieron al exterior desde el instituto a su cargo: conciertos, talleres, diplomados, publicación de libros, creación del festival de letras, concurso nacional de pastorelas, feria del teatro y los juegos florales, se le dio movilidad a la casa de la cultura, el taller de la plástica y la cineteca municipal. Al año tuvieron contacto directo con más de 400 mil personas a través de la presencia de actividades de arte en las colonias, mercados, en centros comerciales, así como con exposiciones, conciertos, murales y “con todo lo que se pudiera”.
“Traté de demostrar que si se pueden hacer las cosas. Y lo más interesante, sin el apoyo financiero del gobierno del Estado, al contrario con bloqueo a la administración municipal de Polo Domínguez. Logramos bajar recursos por otras vías para realizar un trabajo que no tiene parangón, pues en anteriores ayuntamientos las actividades culturas fueron invisibles. El instituto de cultura fue gris, nulo su quehacer”.
“Nooo”, manifiesta Bravo cuando le pregunto si su salida causó rompimiento entre él y el doctor Polo Domínguez. Y agrega: “El doctor sigue siendo mi amigo, yo así lo considero. Lo respeto. Para mí es el mejor político que tenemos en la actualidad. El error del doctor como presidente del Ayuntamiento de Tepic estuvo en su equipo cercano, sus integrantes se vieron, actuaron, como si ya estuvieran en el Gobierno del Estado. Primero hay que trabajar para llegar.
“En una ocasión les dije: tenemos que dar resultados. La mejor campaña para el doctor Polo Domínguez es nuestro trabajo, si nosotros damos resultados en nuestras direcciones lo vamos a promover y llevaremos al siguiente objetivo (gubernatura del Estado). Pero no dábamos los resultados que la ciudadanía esperaba, pero hubo funcionarios que estaban en otra cosa. Había gente que se entregaba al trabajo, gente muy leal, pero había otros que no estaban en la misma sintonía. No se llegó a donde se tenía planeado”.
A manera de colofón sobre su defenestración como funcionario municipal, Luis Alberto Bravo Mora sentenció:
“La política es difícil, mucho muy difícil; pagué mi novatez política, y la pagué muy duro, mucho muy duro. Pero no me arrepiento de haber estado en el lugar apropiado, me entregué al trabajo no solo con el corazón por delante, sino en cuerpo y alma”.
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