Lo más sagrado del mundo: la Mujer
Sergio Mejía Cano
14 de Septiembre de 2017
A nivel popular se conoce comúnmente que la frase de “las mujeres y los niños primero” se aplicó con todo rigor en el hundimiento del Titanic; y que el comentario de “ni mujeres ni niños” se le atribuye a las mafias estadunidenses, porque se dice que la luche era entre puros varones quedando fuera de esto las familias de los propios mafiosos.
Sin embargo, al parecer hoy en día estas máximas han quedado en desuso porque ya no hay respeto para mujeres ni niños en todos los sentidos habidos y por haber.
Es triste y doloroso enterarse cómo ha caído abatida bajo las balas y otros tipos de violencia gente que no tenía por qué ser sacrificada de ese modo, y menos por pura venganza en contra del progenitor de una familia que anduviera en malos pasos, aunque fuera de lo peor y debiera muchas vidas, la familia siempre debió haber quedado fuera de esa venganza; pero al parecer hoy en día esto ya no le importa a los asesinos que con saña inaudita han sacrificado mujeres y niños cobardemente; sí, cobardemente porque si hay un ser de lo más inocente en el planeta es un niño; y la mujer por ser la que ha perpetuado la existencia de la humanidad hasta nuestros días, debe, debería, ser respetada y dignificada siempre porque gracias la mujer es por lo que la humanidad persiste en el mundo. ¿Quién se hace cargo de los críos hasta que se pueden valer por sí mismos y más allá? Pues la mujer obviamente, porque el varón por lo regular al igual que los machos de otras especies nada más engendra y le dejan todo el paquete a la hembra, así que en los humanos no tiene por qué ser diferente, pues pertenecemos al reino animal y por lo tanto seguimos reglas genéticas heredades desde tiempos ancestrales e inmemoriales.
Pero las mentes siniestras también han estado presentes y que, al ver y notar la superioridad de la mujer sobre el varón, igualmente desde esos tiempos que se han perdido en la noche de los tiempos, han tratado de sobajar a la mujer en todo momento no permitiendo que todo su potencial nos haga ver que ellas son las que nos gobiernan en realidad. He ahí algunas culturas que hasta consideraban a la mujer como un ser inferior, sin alma; y otras culturas que aún las consideran como seres inferiores en pleno siglo XXI.
Sin embargo, para no ir tan lejos en el mundo, aquí mismo en nuestro país existe todavía un arraigado machismo que a veces raya hasta en lo ridículo, pues como en las películas, hay varones que se consideran “el rey de la casa” y su palabra es ley, y si bien en cierta forma ya adultos siguen respetando a su progenitora, en el fondo la odian y ese odio lo cargan hacia su compañera sentimental con quien se desquitan por todo lo que les hizo su mamá cuando niños sin ponerse a pensar en que de no haber sido por esos regaños peor estaría en la vida.
¿Por qué se ha acrecentado el asesinato de mujeres en nuestro país? Desde luego que no es porque hay más habitantes en nuestra nación que hace 50 años o menos, porque en proporción sí es alarmante el número de féminas asesinadas, desaparecidas, vejadas, torturadas, violadas, esclavizadas tanto en el agro, industria y lo peor: sexualmente. ¿Por qué? La mujer debe ser intocable por el varón. Que una mujer agreda a otra, eso es otro cantar, aunque tampoco debería ser esto; pero que un varón maltrate a una mujer, eso sí que no debería pasar. Pero como quedó dicho líneas arriba: el odio que un varón muestra hacia las mujeres es porque odia a su propia mamá, pero como cobarde que es, no se atreve –salvo sus excepciones- a hacérselo ver a su propia madre, por lo que busca a otra en quien descargar ese odio contra quien lo trajo al mundo, lo amamantó –con sus excepciones- lo alimentó, cuidó de sus enfermedades, etcétera; es entonces, que cuando un varón hace daño a una mujer se lo está haciendo a todas, incluso a su propia mamá.
Ha habido asesinatos de mujeres que se le atribuyen a supuestos grupos criminales, pero ¿por qué esos aparentes grupos asesinan mujeres? Se dice que debido precisamente a la crisis económica en la que está inmerso nuestro país, ha hecho que también ahora las mujeres se involucren en el llamado crimen organizado; podría ser, pero de ser así, de todos modos no se les debe de tocar, no hacer daño en lo absoluto; si acaso apresarlas juzgarlas y sentenciarlas en caso de ser culpables, pero no dañarlas, porque si hay algo sagrado en este mundo para la humanidad, es precisamente la mujer, porque es la dadora de vida y por lo mismo ningún humano tiene derecho a quitársela.
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