Las TIC al servicio de la enajenación capitalista
Octavio Camelo Romero
08 de Septiembre de 2017
El desarrollo de las Tecnologías de la Información y Comunicación, TIC, no solamente ha permitido el desarrollo del capitalismo o, mejor dicho, la implementación de la reproducción ampliada de los capitales, incorporando nuevos espacios a su servicio y disminuyendo los tiempos en los procesos o ciclos productivos, sino también, tal desarrollo de las TIC ha servido de instrumento efectivo y eficaz para la enajenación capitalista a nivel planetario, no únicamente a nivel nacional.
Entendemos por enajenación, el despojo, la “pérdida” de saber científico, del valor producido, del pensamiento propio, de los valores de uso producidos, del bienestar social, etc., esto es, entendemos por enajenación todo aquello que el capitalismo ha arrancado a los asalariados y sus familias. Por eso, la recuperación o superación de la enajenación no es otra cosa que la emancipación social, que la destrucción del capitalismo. Quien no ve así el asunto, no está abordando científicamente la cuestión y está tratando de soslayar los problemas nodales del sistema capitalista de producción. En otras palabras, es un reformista del capitalismo.
Empero, ¿Cómo es que las TIC les sirven a los capitalistas para enajenar masivamente a la sociedad? ¿Cómo es que se masifican las creencias falsas y prosperan los rumores? Algunos estudiosos de esta cuestión dicen que la mentira debe tener un alto porcentaje de verdad para resultar más creíble, y que la eficacia está en razón directa al contenido de la verdad. Dicen que esta aparente contradicción en realidad no existe.
Con el desarrollo de las TIC todo es casi simultáneamente verificable y por lo tanto, aparentemente resulta difícil de mentir. Sin embargo, la dificultad es superable con la insistencia en la mentira y con la descalificación de quienes se oponen a ella. Por eso se vinieron y vienen las campañas de descalificación y desprestigio de los medios de comunicación medianamente rigurosos y honestos. Estos procedimientos los vemos todos los días en los canales televisivos, en algunos medios de comunicación impresos, en los gobiernos, en varios países, etc.
Otro de los procedimientos consiste en emitir una cierta información comprobable y omitir otra igualmente verdadera para generar una “insinuación”, una “sugerencia” de una falsedad. En esta técnica se yuxtaponen, se ponen dos ideas, una al lado de la otra sin explicitar relación sintáctica o semántica entre ambas, para obligar al oyente o lector a deducir una vinculación por su contigüidad. El efecto de llegar por conclusión a una falsedad y catalogarla como verdadera crea en la persona una convicción difícilmente susceptible de modificación. Y lo peor, es que deja de creer en la información científica.
El otro problema es el relacionado con la “Censura Popular” la cual puede llegar hasta el “linchamiento social” e incluso físico. A través de las TIC se conforma una cierta “verdad digital” socialmente compartida, y no necesariamente científica u objetiva. Si alguien difiere de ella, se expone a la agresión digital, a la descalificación social y al desprestigio dentro de la comunidad. Una actitud explicable de los agredidos, es auto limitarse a participar en dichos debates y, por tanto, a morir socialmente para tal sociedad de la comunicación. Y con ello, el proceso de enajenación capitalista se convierte en autoenajenación de la sociedad. La sociedad misma se retroalimenta en su enajenación. Para eso sirvieron las TIC. En fin.
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