Nada del otro mundo

Vaya, pues al parecer el dichoso eclipse sí afectó en algo la vida cotidiana al menos en parte del continente americano, ya que no hubo internet, en lo que respecta a la señal que manda una línea telefónica a partir de las 16:40 a las 19:05 horas; y al llamar al soporte técnico sonaba ocupado y ya para las 19:00 horas se oía una voz (después de oír “espere por favor, en un momento será atendido”) que decía que debido a una falla en los estados unidos se había interrumpido el servicio de internet momentáneamente, pero que ya estaban trabajando para restablecerlo lo más pronto posible.

Pues bien, ya ni modo. Y a todo esto, mucha gente se vio defraudada en cuanto a que no se oscureció el día tal y como habían imaginado o como les habían hecho creer otras personas, y esto más entre las nuevas generaciones, porque quienes tuvimos la dicha de haber observado el eclipse de 1991, pues en realidad este eclipse del 21 de agosto no fue nada; y aparte porque una nube personal de la capital nayarita ocultó el Sol y todo fue como si nada haya pasado.

Lo que extraña en verdad es que haya gente que aproveche esta clases de acontecimientos para tratar de engañar ingenuos  haciéndoles creer que son señales ya sea divinas o malignas que marcarán el fin de los tiempos y un largo etcétera de tarugadas que por desgracia, sí hay quienes se las creen. Ahora anda circulando en las redes sociales un video que dice que después de este eclipse vendrán cuatro días de oscuridad, y lo curioso es que hasta se dice en dicho video que la NASA ya ha explicado dicho fenómeno y que es un suceso que acontece cada 26 mil años y que quien sabe qué. Y ya ha habido familiares y conocidos que al parecer ya están alarmados.

Recuerdo que cuando se empezó a anunciar sobre el eclipse de julio de 1991, un compañero ferrocarrilero con residencia en Guadalajara, Jalisco, a quien se encontrara ya sea en el trabajo o en la calle, le decía que había que tapiar puertas y ventanas porque la tierra se iba a oscurecer durante varios días, en esa ocasión al parecer no iban a ser cuatro, porque el maligno podía entrar a nuestras casas y maldecirnos por siempre y que incluso no abriéramos las llaves del agua porque hasta por ahí se podría colar Satán y bañarnos con su maldad. De principio quienes lo llegamos a oír pensamos que era una broma, pero no, lo decía en serio, pues su mirada  comportamiento lo indicaba, y todo debido a sus creencias respecto a una de las tantas religiones que se desprenden del judaísmo.

Total que al tiempo le dijimos varios compañeros a ese ferrocarrilero que si ya había comprobado que nada de lo que le habían dicho era cierto, pero nomás contestó que por si las dudas, él y su familia sí habían permanecido encerrados durante esos cuatro días. Así que cada quien.

Cuando se anunció que la sombra generada por la Luna en la cara del Sol sería máximo del 27 y hasta el 30 por ciento en nuestra zona, obvio era pensar que no se iba a oscurecer el día para nada, si acaso como cuando se nubla parcialmente, cosa que así ocurrió; y quienes tuvieron la dicha de voltear hacia el Sol antes de que fuera cubierto por una gruesa nube, se sintieron muy decepcionados al ver que nada más era “una uñita” lo que se veía que semi tapaba el Sol.

Pero ya vendrán otros más eclipses, pues según los entendidos suceden prácticamente dos por año, aunque la sombra da en diferentes partes del planeta, y ahora le tocó a la zona norte de nuestro continente en donde se pudo apreciar el eclipse total, y que ya nos tocará al parecer en el 2024 año en que el cuerpo de la Luna tapará buena parte del Sol.

Es inaudito que en pleno siglo XXI haya gente que se deje engatusar por otra y que se llegue a atemorizar por un eclipse nada más por lo que le dicen u oyen que se está diciendo y que no se ponga a investigar sobre todo eso que le asusta.

Para quienes nacimos en la mitad del siglo XX, quizás recuerden cómo se nos decía que para el año 2000 el mundo se acabaría, y al llegar a dicho año, como no se veían trazas de que el mundo se fuera a acabar, se nos trató de engañar con aquel cuento de que las computadoras de los bancos enloquecerían porque dizque confundirían el doble cero con 1900 y que muchas cuentas estaban en riesgo de desaparecer y que quién sabe qué. En fin, puras patrañas que aprovechan muchas personas para asustar a otras que no les da por enterarse por mutuo propio y mandar al diablo a quien trata de burlarse de ellas; sin embargo, de que los hay, los hay. Pero en fin. Sea pues. Vale.