Un fenómeno natural más

Gran alharaca se hizo en torno al dichoso eclipse –parcial por cierto- de este lunes 21 de agosto, tal  como si fuera el primero y el último, y desde luego que no faltaron las recomendaciones sobre cómo mirarlo sin peligro para los ojos, algo que es encomiable por donde quiera que se le vea; sin embargo, lo malo es que este eclipse se dio en un día que es principio del ciclo escolar 2017-2018, y la Secretaría de Educación Pública (SEP), al menos a nivel estatal ha justificado la ausencia de los alumnos, precisamente por causa de este fenómeno astronómico.

Si bien el inicio de clases no se suspende en sí, la SEP sí está permitiendo que los padres de familia que a bien lo tengan el que sus hijos no acudan a clases por este suceso se queden en sus casas, tal vez por aquello del posible riesgo de que si no permanecen dentro de las aulas y anden en el patio de la escuela les dé por voltear hacia el cielo y afectar su vista al tratar de ver cómo la Luna opaca parte del Sol. Aunque esto también podría ocurrir y posiblemente con más ganas al estar en su domicilio los escolares, porque ni modo que sus papás los mantengan encerrados en sus habitaciones mientras pasa el acontecimiento del famoso eclipse.

Pero como dicen los estudiosos del caso: el peligro de dañarse la vista ocurre con eclipses y sin ellos, porque salvo al amanecer, al atardecer o que esté nublado o con bruma, el Sol no se puede observar por más de dos segundos so pena de sufrir una buena encandilada y tal vez daños irreversibles en la retina, que por cierto, se dice que es insensible al dolor, por lo que un daño en la retina no se manifiesta de inmediato o por la reacción natural del cerebro, sino lo único que se siente es el encandilamiento, pero el posible daño a la retina pudo haber sucedido, pero en caso de que se fije la vista directamente en el Sol, aunque no haya eclipse.

Sin embargo, ¿cuántas veces no nos hemos encandilado tanto al ir caminando o conduciendo algún vehículo ya sea por las calles de la ciudad pero sobre todo en carretera en que un parabrisas de otro carro en contra o uno que esté estacionado en las calles le pega el reflejo del Sol y nos llega directamente a los ojos y aunque sea una fracción de segundo, la luz del reflejo nos llega prácticamente de lleno; y si no, también de niños o no tan niños por pura vagancia volteamos a mirar al Sol a ver que tanto aguantamos viéndolo. Por supuesto que quienes hemos hecho esto por vagancia es por falta de información de nuestros mayores quizá porque la advertencia la da el mismo Sol que no nos permite verlo de frente cuando está en todo su esplendor; así que a la mejor por eso muchos de nuestros mayores no nos advierten del riesgo que podría pasar en caso de ver al Sol directamente. Y cuando lo vemos por accidente o por reflejo de un vidrio, al cerrar los ojos seguimos viendo el Sol aunque en forma más difuminada.

En un libro de lectura, no recuerdo bien si de primaria o secundaria, venía una recomendación de no leer bajo la luz del Sol, sino con luz de foco o lámpara para lectura, porque según esta recomendación, al leer bajo la luz del Sol, los rayos rebotan y van directo a los ojos, y la luz de un foco o lámpara rebota en el papel y se esparce hacia los lados. Y sin embargo, mucha gente que está en la calle leyendo el periódico o algún otro escrito, se hacen hacia donde está pegando el Sol dizque para ver mejor, y mucha de esta gente ya es mayor de edad y así siguen.

Aquí en Nayarit se dio el acontecimiento de un eclipse total de sol el 11 de julio de 1991, hecho que ayudó en mucho al entonces gobernador del estado don Celso Humberto Delgado Ramírez a realzar su visión de que la isla de Mexcaltitán era la Cuna de la Mexicanidad, porque se organizó en dicha isla el evento para observar en toda su plenitud dicho eclipse, y también en ese tiempo se le dio mucha difusión y desde luego no faltaron las advertencias como ahora de protegerse la vista en forma adecuada para evitar riesgos innecesarios; y obviamente hay quien recuerda que se suspendieron las clases y también las labores en algunas dependencias de la burocracia tanto municipal como estatal para que pudieran apreciar este eclipse total de Sol a toda su capacidad.

Y entonces como hoy, tampoco faltaron quienes tratan de meter temor entre la población de que a causa del eclipse vendrán infortunios y calamidades, siendo que es un fenómeno natural que por lo mismo, no daña en lo absoluto excepto la vista directa. Pero en fin. Sea pues. Vale.