Un mal servicio cuando llueve
Sergio Mejía Cano
07 de Agosto de 2017
Pues al parecer que por más que digan los dirigentes de los taxistas tradicionales y algunos choferes que mejorarán el servicio para lograr que se les aumenten las tarifas que de por sí, aquí en Tepic son de las más baratas en comparación de otras grandes ciudades del país; y además por la competencia que ya están recibiendo por parte del servicio de UBER, en la práctica se ve todo lo contrario. Claro que sin generalizar, pero el común denominador es que en temporada de lluvias muchos taxistas no quieren prestar el servicio para ir a la periferia de la ciudad.
Todo es cuestión de que comience a llover, ya sea con intensidad o acaso una mediana llovizna y muchos taxistas no se detienen cuando algún usuario les hace la parada o preguntan a dónde van y posiblemente por no convenir a los intereses de algunos taxistas, estos se niegan a dar el servicio. Y por si fuera poco, ya es una tónica constante que al estar lloviendo, el público usuario que llama a las centrales de taxis, como una maldición en ninguna de ellas contestas, porque a través de la línea se oye “línea ocupada” o nada más se escucha el clásico sonido de cuando está ocupada la línea; y sea de la corporación de taxis que sean, amarillos, verdes, rojos, blancos, etcétera, en ninguna de las centrales de radio taxis responden a la llamada de teléfono, tal y como si se hubiesen puesto de acuerdo en descolgar los teléfonos. Desde luego que esto no es un buen servicio.
Son aproximadamente alrededor de las 19:05 horas. Antes de llegar a la Plaza Antigua, comienza una llovizna pertinaz, y poco a poco va arreciendo por lo que al llegar un servidor a la esquina de la avenida México y Lerdo, me detengo a resguardarme de la lluvia que ya arreció y considero que con tan solo atravesar la México para llegar a los portales de enfrente me mojaría completamente. Ahí en esa esquina veo que hay mucha gente también que no se quiere mojar; pero veo que algunas personas les hacen la parada a los taxis que pasan tanto por la México como por la Lerdo; algunos de los taxis traen la cachimba encendida, danto a entender que van vacíos, pero no, van ocupados, por lo que una persona que está apostada ahí les grita a varios de los taxis que traen la cachimba encendida que la apaguen.
Se pone el semáforo en alto para los vehículos que circulan por la avenida México y los vehículos que circulan de norte a sur comienzan a dar vuelta a la izquierda, entre estos varios taxis, unos con la cachimba encendida y otros la traen apagada, señal de que van ocupados. Por fin un taxi hace la parada a una familia compuesta de una señora, dos muchachas adolescentes y un menor como de ocho o nueve años. Las mujeres se suben en el asiento de atrás y el menor al lado del chofer; pero veo que el taxi no avanza, está detenido y a través de la lluvia alcanzo a mirar que el taxista está manoteando y moviendo la cabeza en forma negativa, en eso se abren las puertas del vehículo y se apea la familia, el niño se ve triste. Ahí mismo está un varón joven que le pregunta a ese mismo taxista que es de color amarillo y con el número 355 que si lo lleva, y más tardó el joven en subirse que en bajarse. Y otra vez a resguardarse de la lluvia, y mientras esto pasaba, un matrimonio ya mayor de edad con una maleta de mano para un taxi de color blanco, el adulto mayor le dice al conductor que si abre la cajuela para poner ahí su maleta, y el taxista se niega y se va; por lo rápido de la acción no alcancé a tomar el número del taxi de color blanco y porque vi que el muchacho joven había detenido otro taxi amarillo, ahora con el número 619, se sube el muchacho y al avanzar algo así como diez metros, veo que se baja el muchacho del taxi, así que voy y le pregunto que hasta dónde va que no lo quieren llevar y me responde el joven que a Villas del Parque, y le vuelvo a preguntar al joven cuál fue el pretexto que había puesto el chofer para no llevarlo, y contesta el joven que dizque porque estaba inundado por allá y abunda diciendo que ahí no estaba inundado, pero ni modo.
Se calma la lluvia y antes de atravesar la avenida México, observo que la pareja de adultos en plenitud sigue tratando de parar un taxi y que se quedan con la mano extendida, me acerco a ellos y les digo que se arrimen más a la avenida porque por lo regular los que dan vuelta a la izquierda en la Lerdo ya van ocupados.
Dejó de llover, sigo mi camino y cuando llego a la acera poniente de la avenida México, veo que el matrimonio mayor ya se está subiendo a un taxi.
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