Chisgarabís
Oscar González Bonilla
04 de Agosto de 2017
CONSEJO CIUDADANO
Participé como integrante del Órgano Colegiado junto con Jorge Armando Gómez Arias (Secretario general de gobierno), Ignacio Peña (rector UAN), Guillermo Huicot Rivas (Presidente CEDH) y Jesús Ramón Velázquez (Titular ITAI), encargado de designar a nueve integrantes del Consejo Ciudadano de la Dirección General de Radio y Televisión de Nayarit.
Con base en la convocatoria para tal fin se registraron 11 solicitudes de personajes interesados en conformar el Consejo Ciudadano, quienes debieron acreditar destacada experiencia en el ámbito de las comunicaciones, radiodifusión, telecomunicaciones y derechos humanos. De ellas, dos se rechazaron por no cumplir requisitos de convocatoria.
Quedaron exactamente los nueve requeridos. Y ante representantes de los diferentes medios de comunicación se realizó este jueves 3 la sesión de designación de aspirantes. Con base en propuestas, el Órgano Colegiado por unanimidad en votación de sus integrantes se decidió que el presidente del Consejo Ciudadano sea Arturo Mondragón Velázquez y secretaria María de Jesús Castro Gil. Los vocales son: Julio Casillas Barajas, Oscar D. González Fregoso, Eduardo Garzón Estrada, Oscar Casillas Parra, Marco A. Beltrán Caldera, Jesús Carrillo Velasco y Javier Ayala Fernández.
Fungirán por periodo de tres años prorrogables por una sola ocasión, mientras que la protesta de ley será a más tardar el 11 de agosto. El cargo de consejero es honorífico.
Presente en el salón de juntas de la Secretaría General de Gobierno Antonio Romero, director de Tele 10, órgano de difusión del gobierno de Nayarit, al término del merequetengue se acercó a mí para en buenos términos expresar las bondades del Consejo Ciudadano, que yo interpreto como la figura de defensor de la audiencia.
Le dije que me parece excelente que la defensoría participe directamente en la construcción de audiencias críticas, identifique y procese quejas, reclamaciones, demandas, sugerencias y opiniones motivadas por la audiencia sobre contenidos, programación, aspectos técnicos y servicios de información. Pero además me parece muy moral y muy decente que pongan en práctica mecanismos para que las audiencias con discapacidad tengan accesibilidad.
Además de enseñar y concientizar a la audiencia sobre la manera de presentar sus inconformidades a través de charlas, conferencias o espacios en radio sobre ese tema, el Consejo Ciudadano deberá abrir modernos canales de comunicación como buzón de voz, correo electrónico, página web o redes sociales para recibir del público oyente sus diferencias.
Todo ello me parece correcto.
Pero para protección de mi siguiente comentario, a Toño Romero pregunté:
-¿Seguirás como director de Tele 10 en el próximo gobierno?
-No lo sé, me contestó.
Porque, mira, a mí me parece que el Consejo Ciudadano una cosa es en el papel y otra en la práctica. Los nuevos funcionarios que en la Dirección General de Radio y Televisión de Nayarit designe el gobernador Toñito Echevarría traerán sus propias ideas sobre la programación en esos medios de difusión públicos. Y es posible que con carga de soberbia.
Entonces, habrá que pensar hasta dónde el Consejo Ciudadano surgido del propio gobierno tendrá capacidad de influir para cambiar contenidos con base en reclamos de la audiencia nayarita.
-Tendrá el aval de la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión, me dijo.
Bueno, entonces tendremos que estar muy al pendiente para evitar que sea solo un membrete. Y tan tan.
ANÉCDOTA
Presente estaba en esa ocasión en el café Diligencias de Tepic (de la avenida México al sur, hay que especificar porque tiene sucursales en la ciudad), solitario a la mesa.
A la entrada llegó un cantante que se hacía acompañar de guitarra. Son en cantidad solistas y conjuntos los que desfilan por el centro de reunión de muchos tepicenses y visitantes de otras latitudes. Estos últimos, sobre todo, van a gozar de la buena cocina del restaurante.
Una vez terminada su participación, el artista callejero se introdujo al local para pedir cooperación voluntaria. Llegó conmigo y le aflojé diez varos, misma acción que observó una mesera con años de trabajo en el sitio y que se hallaba cerca.
Luego, dirigiéndose a los cafeinómanos presentes, a voz en cuello, expresó: “Miren cuanto le dio, diez pesos, y a nosotras de propina no nos da ni un méndigo cinco”.
Chin. Me incomodó el comentario hecho público. Y le dije: Ah, pero existe una gran diferencia. Me aventé al ruedo.
En mi defensa alegué que yo nací, crecí, me formé y me hice hombre de bien gracias a la música. Mi padre, Donaciano González “Shangahi” fue músico, baterista de los buenos. Mi madre, Hilda Bonilla, decía que en aquella época hasta dormido tocaba Mambo. Él siempre trabajó en la música para llevar qué comer a su familia. Por esa razón he dicho que al músico siempre lo apoyaré como pueda.
A la mesera señalé: Tú, ni música eres. No tiene derecho a reclamar.
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