Puede que no haya muchas expectativas
Sergio Mejía Cano
18 de Julio de 2017
Es probable que el traslado del exgobernador de Veracruz Javier Duarte de Ochoa no despierte las expectativas de distracción que se espera que levanten, debido a la posibilidad de que salga absuelto precisamente por como se la está gastando el gobierno federal en cuanto a la impartición de justicia, pues la impunidad es la que ha imperado más en esta actual administración federal.
A la “maestra” Elba Esther Gordillo Morales también se le acusó de lavado de dinero y al parecer esa acusación ya se desechó porque se dice, no se lo pudieron comprobar, así que tal vez ahí esté una posible puerta de escape para Duarte de Ochoa, al menos para esa acusación, y que por eso se ha mostrado feliz con su extradición de Guatemala a nuestro país, en donde se informa, tendrá que responder también de la acusación de delincuencia organizada, cosa que podría alegar que la organización siempre estuvo creada por quienes integraron su Gabinete gubernamental y ahí están, sin que hayan sido molestados.
Y si bien se dice que también pesan sobre el exgobernador veracruzano por lo menos otras 145 acusaciones del orden penal, posiblemente estas se vayan diluyendo hasta dejar inmaculado a don Javier Duarte y al último le digan las palabras tan comunes en las autoridades mexicanas: usted disculpe.
Por lo pronto se informa que Javier Duarte va a ir a parar con sus huesos al Reclusorio Norte de la hoy Ciudad de México; pero la gran pregunta es: ¿lo pondrán en una celda común junto con otros presos tal y como acontece con la mayoría de los ciudadanos comunes y corrientes? ¿O tendrá una celda particular con sus comodidades necesarias? Porque esto se documentó en su momento con Raúl Salinas de Gortari en cierta ocasión en que fue entrevistado por un medio periodístico y mostraron que ocupaba una celda para él solo amueblada al menos con un escritorio aparte de una cómoda cama.
Y a propósito del señor Raúl Salinas, ¿qué no acaso le fueron reintegrados los bienes que se especulaba fue el motivo de la congelación de los mismos en los bancos suizos? Y precisamente esta liberación del señor Salinas de Gortari, así como la devolución de los millones de pesos que en su momento se dijo que eran mal habidos y hasta se demostró en los medios que tenía identificaciones con otro nombre pero sí con su fotografía y un largo etcétera de anomalías que al final no contaron para nada y salió libre y con esos bienes intactos. Así que ahora con Javier Duarte podría presentarse un caso parecido y fin de la historia y distracción que en su momento ocupó a la opinión pública, y que pasado algún tiempo se tendrá que olvidar para dar paso a otros mitotes que acaparen la atención pública.
Ya se hizo cotidiano apostarle a ese olvido colectivo porque sí ha dado resultado, pues ¿alguien recuerda ya los casos de Carlos Cabal Peniche, Jorge Lankenau, Isidoro Rodríguez (el divino) y la mayoría de los probables delitos atribuidos a gente llamada de cuello blanco? Muchos de los casos de estos personajes, así como de la política, de constructoras e inversionistas envueltos en escándalos fraudulentos y de fuga de divisas y de otros rubros que especulan con capitales golondrinos y que ninguna ganancia dejan en sí para la nación mexicana más que para quienes ayudaron a esos inversionistas que ya no están en nuestro país después de hacerse de su roncha de capital y adiós México y mexicanos, hay nos hablan cuando nos necesiten para quitarles más dinero; ¿alguien se acuerda de todo esto? Son cosas que han pasado, que pasan y que posiblemente volverán a pasar y que ya muchas de ellas están olvidadas o que si se recuerdan, nadie quiere volver a encender la mecha de algo que podría en dado caso destapar una cloaca aún más maloliente.
Así que ahora con Javier Duarte de Ochoa se especulan varias cosas que se dieron desde que estuvo preso en Guatemala, ya que autoridades de aquél país sudamericano corrieron el rumor de que probablemente la vida de Duarte de Ochoa estuviera corriendo peligro; y hasta hubo mexicanos que dijeron que en caso de su extradición a nuestro país, mejor fuera internado de inmediato en un penal de alta seguridad, ¿con qué fin todo esto? Pues tal vez para desaparecerlo y darle otra identidad en algún rincón del mundo y el penal de alta seguridad para que en realidad no estuviera ahí por aquello de que en dichos penales no se ven los presos unos con otros, así que ¿quién sabría en realidad si Javier Duarte en verdad estaría en un penal de alta seguridad si nadie lo podría ver?
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