Una tontería más
Sergio Mejía Cano
17 de Julio de 2017
El humorista gráfico de nacionalidad argentina, Joaquín Salvador Lavado Tejón, más conocido como “Quino”, creador de Mafalda, en una de sus tantas tiras cómicas de su gran variedad de libros, se ve cómo un joven político va ascendiendo en ese mundo con el pensamiento fijo de llegar a la Presidencia de la República; y ya al último por fin lo logra recibiendo los vítores a su investidura por la que siempre había luchado. Y ya después se le ve muy anciano postrado en una silla de ruedas y un globo encima de su cabeza que da a entender que sigue obsesionado con el cargo de primer mandatario.
Y esto es posible que le esté pasando al expresidente mexicano Vicente Fox Quesada que extraña los reflectores, los vítores y alabanzas que se les suele dar a los presidentes mexicanos en turno aunque no las merezcan. Y con esta obsesión de seguir apareciendo en los medios y dando de qué hablar, ahora éste señor que nunca se enteró de lo que es en realidad la investidura presidencial en nuestro país, se entromete en un asunto en donde nada tiene que hacer: ir a “salvar” a la hermana República de Venezuela.
Desde luego que a lo único que se expone don Vicente Fox con esta actitud es obviamente al ridículo al estarle haciendo, al igual que a otros sumisos y entreguistas expresidentes latinos, el caldo gordo al gobierno imperialista yanqui.
Bien podría alegar Fox Quesada que su actuación en este caso es a título personal, pero no involucrar al pueblo mexicano diciendo que lo está apoyando en esta aventura, cosa que para nada es cierta. Y si bien ahora ya se puede considerar un ciudadano común y corriente y que está en todo su derecho a manifestarse de la manera que le dé la gana, lo que lo perjudica y a nosotros como mexicanos es su estatus como expresidente de nuestra nación, ya que por lo mismo debería abstenerse a inmiscuirse en asuntos que solo atañen a los propios venezolanos. Así que por lo mismo, el gobierno mexicano a través de su Secretaría de Relaciones Exteriores debería emitir un boletín desligándose de las acciones de Vicente Fox en aquél país sudamericano, porque de no hacerlo, se podría tomar esta actitud del expresidente mexicano como una embajada del propio gobierno de nuestra nación, por lo que urge que Relaciones Exteriores mande una nota de aclaración que todo lo que diga y haga Vicente Fox respecto a Venezuela no lo reconoce el gobierno mexicano, ya que de no hacerlo así, se podría tomar como una intromisión más de nuestro ya de por sí muy cuestionado gobierno federal.
Se dice y se dice bien que las comparaciones son odiosas; sin embargo, hay ocasiones en que son necesarias para tomar como un parámetro determinadas situaciones. En cuanto Vicente Fox anunció en las redes sociales su intención de ir a Venezuela, el gobierno mexicano debió impedirlo debido a su anterior investidura, puesto a que este estatus en cierta forma le impide actuar como un ciudadano común por aquello de lo influenciable que pudiera ser para algunas personas el que haya sido presidente de la República Mexicana.
Y la comparación vendría a ser con el Tata don Lázaro Cárdenas del Río, quien en cuanto se enteró de la invasión a Bahía de Cochinos, en las costas sureñas de Cuba, de inmediato el Tata quiso ir a defender a la patria cubana, cosa que sucedió en 1961 siendo entonces Presidente de México don Adolfo López Mateos, quien a toda costa impidió que don Lázaro Cárdenas viajara a la isla mayor de las Antillas; e incluso está documentado que Cárdenas del Río se subió al toldo de un vehículo para informar a los mexicanos que lo podían escuchar sus razones para viajar a la hermana República de Cuba.
Vaya paradojas de dos expresidentes mexicanos. Don Lázaro Cárdenas del Río quería viajar a Cuba a defenderla en contra de la invasión imperialista gringa, cosa que preocupó en sumo grado hasta a John F. Kennedy. Y ahora don Vicente Fox Quesada sí puede viajar a Venezuela pero para defender la invasión imperialista que está con todo atacando a la población venezolana y más a su propio presidente Nicolás Maduro por no ceder la riqueza del subsuelo venezolano que quieren los gringos para establecer un nuevo orden mundial.
Así que en caso de que Vicente Fox llegara a sufrir algún tipo de agresión al andar en aquel país sudamericano, es probable que la mayoría de los mexicanos no nos vamos a rasgar las vestiduras por dicha agresión, pues el expresidente mexicano Fox Quesada, está en donde no debe de estar. El pueblo mexicano no lo apoya en nada de esta tontería.
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