Juan Alonso Romero, el más capacitado para dirigir al PRI de Nayarit

La confesión fue contundente: “El presidente estatal del PRI es el hombre más importante después del gobernador del Estado”.

La expresión es del priista Rigoberto Ochoa Zaragoza, quien fue gobernador de Nayarit en el periodo 1993 a 1999, pero no termina allí, continúa: “Con eso te das cuenta de la calidad que debe tener el presidente (de partido), tanto como sus virtudes”.

Tajante rechaza que el gobernante priista designe como presidente del comité directivo estatal del PRI al amigo, al compadre, o al socio, sólo para que le cuide la espalda. Es de la idea que el mandatario estatal debe poseer entereza para colocar en la presidencia al que verdaderamente pueda y deba dirigir el partido.

Rigoberto Ochoa Zaragoza en su periodo de gobernador tuvo como presidentes del PRI de Nayarit a Luis Edmundo Flores Santana, José Lucas Vallarta Robles y Filiberto Delgado Sandoval.

-¿En la actualidad encuentra usted a algún priista con las características que señala para ser presidente del PRI?, pregunto.

-No. Porque en el partido no nos hemos preocupado por la formación de nuevos cuadros. Teníamos escuela de capacitación política (ICADEP), pero no tuvo la vigencia proyectada. Los empresarios nos ponen la muestra, con base en permanente capacitación obtienen magníficos dirigentes, capaces e inteligentes. ¡Qué nos impide en el partido tener tres cuadros!: uno que ya fue, experimentado; otro que está en el cargo, cuajando, preparando; y otro que empiece a moldearse, despierto, de tal manera que cuando venga el cambio ya esté listo. Ocupamos estrategia de formación, así como escuela de cuadros, pero no todos quieren estudiar, quemarse las pestañas, sino llegar y a mamar”.

La entrevista transcurre en despacho ubicado en piso superior del edificio de la Notaria Pública de su hijo del mismo nombre en calle del paseo de La Loma en Tepic, mismo que hace bastante tiempo el ex gobernador de Nayarit ocupa para la atención de asuntos de su incumbencia. En la ocasión presente encuentro a don Rigoberto Ochoa Zaragoza fija su atención en pantalla de una lap top.

Con la proyección de que debe por obligación haber cambios en la directiva del PRI de Nayarit después de la derrota electoral por la gubernatura y otros cargos el 4 de junio anterior, Ochoa Zaragoza es renuente a nombrar al priista con las suficientes cualidades y agallas para dirigir al tricolor en los años siguientes.

¡Al fin revela!: “Sin duda que al buscar con la lámpara de Diógenes (filósofo griego), seguramente que encontraremos a alguno. Tú has mencionado a Juan Alonso (Romero), me parece muy completo, muy completo porque tiene conocimientos históricos sobre momentos culminantes de países en el mundo que han establecido cimientos de la política, verbigracia Francia. Juan Alonso está muy compenetrado de doctrina, pero además  actualizado del quehacer político de nuestra entidad y el país”.

Don Rigo sostiene que el presidente estatal del PRI debe conformar un buen equipo de colaboradores, porque solo no podrá salir adelante. Considera que un partido de puros imberbes no lo llevarán a ningún lado, como tampoco de puros ancianos, sino que lo más cordial es un entreveramiento. “No podemos desechar a los jóvenes ni a los viejos. A los viejos la propia naturaleza se encarga de marginarlos: ya no pueden ver, oír y caminar. El cambio por el simple cambio es un contrasentido, se cambia para mejorar. Si cambiamos para seguir igual, para qué cambiar, mejor como estamos”.

Ochoa Zaragoza no concuerda con la idea de que el PRI ha descuidado la preparación de militantes jóvenes, y para su haber esgrime que la juventud en su formación universitaria se empapa de doctrinas extranjeras que los dispersan en corrientes ideológicas: comunistas, socialistas o castristas. “Por naturaleza los jóvenes son izquierdistas, en tanto no comulgan con la doctrina priista, les parece obsoleta. En las campañas hemos visto a jóvenes en la talacha, pero como no les toca candidatura emprenden la retirada ¿dónde están? La política del militante no se hace en un día, en un mes, en tres años, se hace en toda una vida. En la práctica sentir, vivir, la problemática social, esos son los buenos”.

Pausado al hablar, con demasiada confianza ante sí, arrellanado en sillón detrás del escritorio, don Rigo trae a la memoria la reciente derrota  del PRI para señalar que ésta debe ser tomada como una gran oportunidad de evitar errores cometidos durante este proceso electoral, experiencia en resultados para impedir que ocurran en lo sucesivo.

Para regresar al poder dentro de cuatro años considera que el PRI de Nayarit “debe preparar cuadros para que lleven adelante todo lo que el partido preconiza a favor de las causas populares, siempre con sostén en los documentos básicos del partido que representan la biblia de la política”.

La inteligencia debe predominar en la dirigencia del partido, opina el entrevistado. La capacidad –cree- estará por encima de la rijosidad y la violencia. “Se ocupan líderes decididos, valientes, con visión e ideas de avanzada. Para pelear te llevas un boxeador, un luchador, un cargador, esos son buenos para mentar madres, estilo El Bachis”.

“Esta vez el partido no falló, quienes dejaron de cumplir bien su función fueron los dirigentes, fallamos los que no cumplimos al pie de la letra principios y postulados del PRI, partido vigente y actuante. El nuestro es un partido que está listísimo, pero hay que preparar los cuadros”, insiste.

Rigoberto Ochoa Zaragoza cierra con una frase lapidaria: “Por dondequiera que le busquemos, el responsable de la derrota electoral es el gobernador” (Roberto Sandoval Castañeda).