Las ocurrencias del Partido Verde
Sergio Mejía Cano
29 de junio de 2017
Las ocurrencias del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) no paran. Una de estas ocurrencias fue la de promover la pena de muerte, cosa que afortunadamente quedó en el limbo legislativo. También se le ocurrió la desaparición de varias especies de animales en los circos con el perjuicio de esas mismas especies que literalmente pasaron al abandono por parte de sus tenedores y se dice quizás malamente, que varios de estos animales pasaron a ser parte de la digestión de infinidad de mexicanos, algo que desde luego jamás se ha comprobado.
Y ahora pretende el PVEM que se aumente la edad para la venta de bebidas alcohólicas, que se pase de los 18 a los 21 años para quienes pretendan adquirir dichas bebidas. Y desde luego esto trae a la memoria que hasta mediados o finales de los años 70 del siglo pasado, la mayoría de edad la adquirían los mexicanos al cumplir los 21 años de edad, por lo que para poder comprar licores embriagantes y poder pasar al cine donde se exhibían películas para mayores de edad, se tenía que comprobar la mayoría de edad mediante la cartilla del servicio militar, lo mismo que para estar en una cantina y hasta en los billares; sin embargo, la edad se redujo a los 18 años, y ahora el PVEM quiere volver al pasado al menos para poder comprar bebidas espirituosas. Aunque queda claro que anteriormente se exigía tener 21 años de edad para poder entrar al cine para mirar películas con clasificación “C” y para poder estar en un congal, cabaret, cantinas y billares, los cigarros, cervezas y botellas de licor se le vendían a todo mundo, tuvieran la edad que tuvieran, porque en mi caso particular hubo familiares que me mandaban a la tienda a comprar sus cigarros o cervezas y hasta botellas de vino hasta en los supermercados o tiendas de vinos y licores; igualmente al surgir pláticas al respecto con otros familiares, amigos y conocidos coincidimos en que era algo muy normal en nuestra infancia que los mayores nos mandaran a comprarles dichos productos.
Afortunadamente esto acabó porque viéndola en retrospectiva sí se veía mal que un menor de edad anduviera comprando dichos productos para adultos; pero a fin de cuentas nada malo pasó con esto, pues se tomaba como algo muy natural mandar a los peques a la tienda para comprar lo que sea.
Y a propósito de cigarros, he ahí la campaña en contra del tabaquismo que a pesar de que se prohibieron escenas en anuncios televisivos así como impresos en libros y revistas y hasta periódicos de gente fumando, y también quedaron vetados en los anuncios de la radio toda clase de cigarrillos, el efecto no ha sido el esperado, porque el consumo de tabaco ha ido en aumento considerablemente, y sigue siendo común que menores de edad estén fumando en parques y jardines y hasta en las plazas públicas, por lo que debido a esto podría reafirmarse aquello de que lo prohibido llama más la atención.
Y volviendo a la pretensión del PVEM de que se aumente la edad para poder adquirir vinos y licores, pues se podría decir que la intención en sí es buena, pero contraproducente porque abriría el mercado negro para la adquisición de estas bebidas por parte de los menores de los 21 años, y desde luego no se podría evitar su consumo por parte de los jovencitos que se darían sus mañas para allegarse de cualquier clase de licor, además de poderlos encontrar en su propio domicilio por tenerlos en existencia sus familiares mayores o comprárselos algunos amigos que ya hayan cumplido los 21 años de edad. Así que por más buena que sea la intención, sería algo difícil. Pero lo que es de llamar la atención, es que el pretexto que aducen los del PVEM que promueven esta ocurrencia es que dizque para evitar que se peleen entre sí los jovencitos, y no se pronuncian estos promotores sobre la salud de quienes consumen bebidas alcohólicas; es decir, que a los del PVEM les preocupa más que se agarren a moquetes a que su salud física entre en detrimento por dichas bebidas y más, porque ahora con tanta química, se dice que la mayoría de los vinos y licores están adulterados, y ni los más finos y caros se salvan de esto.
¿Y por qué el PVEM no mejor se ocupa sobre las peleas de gallos, las corridas de toros y las peleas de perros aunque estas últimas sean supuestamente clandestinas? Ya perjudicaron a los animales que estaban en los circos, porque aunque no los trataran con respeto, al menos los alimentaban, tal vez no por buenas gentes sus poseedores, sino porque les redituaban ganancias al exhibirlos en sus espectáculos.
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