¿Necesario Ney González al priismo nayarita?
Oscar González Bonilla
14 de junio de 2017
Como papa ardiendo en las manos, es el PRI de Nayarit que quedó al mando del Contador Juan Ramón Cervantes Gómez luego de la derrota atronadora en las urnas el anterior domingo 4 de junio de 2017.
Solo ante el mundo, en el sitio de la presidencia estatal permanece el que también fuera alcalde de Bahía de Banderas desde que Manuel Cota, su protector, regresó a su curul en el Senado de la República.
En convención de delegados el 19 de marzo electo candidato del PRI a gobernador de Nayarit, Manuel Cota se posesionó del partido y al día siguiente a Cervantes Gómez nombró secretario de Organización, diez días más tarde lo hizo presidente del comité directivo estatal.
Cervantes Gómez, como líder del partido en el poder ni siquiera gozará del respaldo político, mucho menos pecuniario, por parte del gobernador de Nayarit, Roberto Sandoval Castañeda (cuando menos tres meses que le restan en el cargo).
Este último, nueve días después del fracaso priista, su deslinde lo declaró a los cuatro vientos. En un intento por esclarecer su no responsabilidad en el desastre electoral, dijo que Manuel Cota, candidato del PRI a gobernador perdió porque su campaña careció de identidad.
Puso énfasis en el señalamiento de que en la propaganda se usaron varios colores (se refirió a la coalición PRI-PVEM-PANAL) y se alejaron de los tradicionales verde, blanco y rojo, por tanto hasta las personas del voto duro tricolor se confundieron.
Para restregar la herida, Roberto Sandoval admite que hubo “alejamiento marcado” con el candidato priista. Y enseguida se quejó que Manuel Cota, en el transcurso de 60 días de su campaña de proselitismo, jamás de los jamases se refirió a los que él considera mayores logros de su administración estatal: reducción de violencia y deuda pública.
Roberto Sandoval dirigió sus baterías en exclusiva contra Manuel Cota, no así a los candidatos que caprichosamente impuso y que en su mayoría hicieron el peor de los ridículos durante la jornada electoral, pues perdieron de manera estrepitosa.
He aquí lo que desde septiembre del año pasado advertía el analista político Luis Ignacio Palacios Beas:
“Y ahora, en el tramo final de su sexenio, el gobernador Roberto Sandoval enfrenta su propia sucesión con el cascarón del partido que él mismo ha utilizado como instrumento para llegar al poder y mantenerse con su base social; en Nayarit, no existe el Pri como partido político siamés del gobierno en turno; tienen un presidente y un secretariado que no representan a los miembros y militantes tradicionales; los sectores, son meros membretes y abandonados del poder no tienen ni un gramo de gravitación política”.
En su artículo de esa fecha, Palacios Beas suma la siguiente argumentación:
“Lo cual, plantea un escenario de pronóstico difícil para que el sucesor sea del Pri; puesto que sin lealtad a las siglas que lo llevaron al poder, estando el partido atomizado y sin real presencia en la base militante y en sus tradicionales simpatizantes, resultaría una hombrada que cualquiera que sea el candidato, en tan poco tiempo pueda reconstruir al partido para enfrentarse con posibilidades de éxito al candidato de la alianza Pan-Prd y al que ya para estas alturas aparece como el más fuerte candidato ciudadano, a quien los otros partidos se le sumarán para llevarlo al poder”.
Cuando en 2002 se celebraron elecciones intermedias siendo Antonio Echevarría Domínguez gobernador de Nayarit, Ney González abanderó al PRI como su candidato a presidente del Ayuntamiento de Tepic, luego de pedir licencia para separarse del cargo de diputado federal. En las urnas derrotó al panista Polo Domínguez, a quien su primo-hermano el mandatario impuso como candidato y trató de llevarlo a la alcaldía capitalina.
Ney recuperó así dicha posición para el PRI, en ese entonces en poder de la alianza de partidos representada por el alcalde perredista Justino Ávila Arce.
Pero resultó que en esa misma elección intermedia el PRI ganó el porcentaje superior de las 18 diputaciones de mayoría relativa, fue entonces cuando Manuel Cota se erigió como presidente del Congreso del Estado.
En la ocasión presente donde triunfó Antonio Echevarría García como candidato a gobernador de Nayarit, no habrá elecciones intermedias, por tanto el Partido Revolucionario Institucional tendrá a su favor cuatro largos años para enderezar el rumbo.
Sin embargo, la disyuntiva es: en manos de Manuel Cota, o será necesaria la presencia de Ney González para ponerles la muestra. El vecino de la Mololoa también presume que como candidato no ha perdido ninguna elección.
Mientras tanto: salud.
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