Crisis profunda en el sector financiero del mundo
Octavio Camelo Romero
19 de Mayo de 2017
La teoría estándar o la concepción popular considera que los bancos actúan como simples intermediarios al momento de otorgar un crédito, es decir, se tiene la idea de que los bancos solamente pueden otorgar créditos usando los fondos que les han sido depositados previamente. La visión convencional que aún tiene la mayoría de los bancos centrales en el mundo, y que sigue siendo material estándar en los cursos de economía de la gran mayoría de las universidades, está equivocada. En 2015 el Banco de Inglaterra publicó un documento de trabajo cuyo título dice todo: Los bancos no son intermediarios de fondos prestables.
Sin embargo, la ortodoxia se resiste a morir. Sus principales componentes son dos ideas falsas. Primero, en la economía existe un mercado de fondos prestables en el que ahorradores y demandantes de capitales se encuentran. En ese mercado se determina la tasa de interés, que sería algo así como el precio que iguala la oferta y demanda de fondos prestables. Segundo, existe también un mecanismo que se denomina el multiplicador bancario y que se supone explica la forma en que se multiplica el crédito. La idea central es que cuando los bancos tienen mayores reservas pueden otorgar más crédito.
Por su parte, el banco central de Alemania, el Deutsche Bundesbank, en su informe del mes de abril pasado, comenta que, a pesar de la política monetaria expansiva aplicada por el Banco Central Europeo, BCE, en respuesta a la crisis económica y financiera, la masa monetaria amplia sólo creció moderadamente en 2015 y 2016. Habría que añadir que entre 2009 y 2014 el crecimiento de esta medida de masa monetaria en circulación fue insignificante. El informe indica que esta discrepancia entre el crecimiento de las reservas de los bancos y el cuasi-estancamiento del crédito se debe a que la mayor parte de la oferta monetaria se integra por la creación monetaria a través de transacciones entre bancos y sus clientes. Cuando un banco otorga un crédito, acredita el monto en la cuenta del cliente como si fuera un depósito a vista. Ésta es la esencia de las operaciones de creación monetaria.
La exposición y explicación de este fenómeno, muestra la falta de una teoría científica, objetiva por necesidad, que debele el fetichismo del dinero y que explique objetivamente lo que en realidad está pasando. Los capitalistas depositan sus excedentes de capital dinerario en las Instituciones bancarias para que, mientras no sean usados, no dejar de percibir parte de la plusvalía global generada por los trabajadores del orbe. Esos excedentes bien pueden ser capital en forma de dinero que por alguna circunstancia no puede utilizarse para la reproducción ampliada de capital, o bien pueden ser parte del capital-dinero que se usará más adelante en el proceso productivo. Empero, puede suceder, como ha sucedido, que en la expansión de la llamada economía real, no se recurra al crédito por cuanto se tiene capacidad propia para realizar la reproducción ampliada de capital. Y puede suceder, también, como está sucediendo, de que haya una sobre-acumulación que limite la utilización del 100 por ciento de la capacidad instalada y que, a la vez, haya un excedente de capital-dinero ocioso. De aquí proviene el exceso de reservas en los bancos y la errónea opinión de los neoliberales de que el exceso de reservas no es una precondición para que un banco conceda un préstamo. Por eso afirman que ni los bancos necesitan depósitos previos para otorgar un préstamo, ni necesitan reservas para reactivar el crédito y que la creación de dinero de alto poder por parte del banco central no necesariamente provoca inflación. Empero, cuando nos enfrentamos con la realidad nos damos cuenta que ese dinero ocioso en poder de los bancos se lo están prestando a los gobiernos para obras de infraestructura, esto es, inversiones a largo plazo, lo cual desmiente toda la palabrería hueca de los neoliberales y de sus ideólogos y políticos. En fin.
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