En las redes nadie se puede esconder

Resulta inverosímil que a estas alturas de la tecnología en cuestión de comunicaciones haya alguien tan inocente, tan tonto, tan descuidado, tan idiota y un largo de epítetos más de todos colores y sabores para que no sepa que hoy en día lo más fácil que hay es intervenir conversaciones telefónicas, modificar conversaciones, personas e informaciones en las redes sociales; truquear imágenes a discreción, poner unas cosas por otras y además, que no esté enterado de que se le denominan redes sociales por estar conectadas a una red principal que no permite privacidad alguna y que todo lo que hay en internet es muy vigilado y que no hay quien se pueda esconder en un supuesto anonimato.

Sin embargo, todo esto de la mala y buena información que se da a través del internet aparentemente les sirva a muchas personas para que descarguen sus frustraciones, odios, rencores y desde luego difamar y calumniar a satisfacción; y aunque sea también nada más para estar pasando el rato.

Cada vez que se habla sobre el hacinamiento en las cárceles del país cuya peligrosidad de bombas de tiempo crece cada día, según los expertos y de acuerdo a estudios sobre el porqué hoy en día hay presos que cometieron delitos similares a los que siempre se han cometido desde que el ser humano apareció en el planeta, por lo regular la pregunta que no falta es por qué hoy están presos que delinquieron en la misma forma que otros lo hicieron hace diez, 20, 50, 100 años y hasta más; y según los que saben, es porque tal vez los ahora reos de equis delito, tal vez a sabiendas de que a otros de sus compañeros los habían apresado cometiendo un delito o posterior a este, aun así se aventaron a cometer un hecho por el que sus amigos estaban presos, quizás con la creencia de que ellos, los próximos a delinquir, no tendrán tan mala suerte y a ellos no les pasará nada, porque posiblemente no creen que exista la posibilidad de que los apañen en plena faena o después por sentirse a la mejor intocables debido a la impunidad imperante o algo así y sin embargo, recurren a lo mismo por lo que ahora purgan penas infinidad de individuos. Claro que caen presos por aquello que escribió don José Revueltas en su libro “El Apando”: “En esta cárcel donde reina la tristeza, no se castiga el delito, se castiga la pobreza”, porque da la casualidad que quienes llenan las penales del país son gente de escasos recursos, y si acaso cae algún potentado, ya sea por abolengo, por malversación de recursos públicos o narcotráfico, recibe toda clase de privilegios dentro de las penitenciarías; así que se confirma eso de que no se castiga el delito, sino la pobreza.

Se dice y se dice bien que por fortuna podemos escoger a nuestras amistades, pero no así a los familiares, pues llega alguien al mundo y ya están aquí unos, y otros van llegando y obviamente de esto nadie es responsable de lo que haga o diga cualquier familiar. Entonces, en este tenor, ya quedó visto que no sirvió de nada exponer un video en donde el exgobernador Antonio Echevarría Domínguez aparentemente trata en malos términos a un pequeño que es supuestamente su hijo, y tan no tuvo eco dicho video porque es del ámbito familiar del papá de uno de los candidatos a la gubernatura del estado; y ahora alguien vuelve a la carga filtrando un audio en donde se trata de dar a entender que es la voz de este exgobernador nayarita. Y otra vez será la misma, porque si en verdad se tratara de dañar la  imagen del candidato hijo de este exgobernador, lo más óptimo sería sacar a balcón algo relacionado con el mismo candidato y no cosas de su familia. Por lo que se podría deducir que todo esto no es más que una ventana de distracción, porque así salga en los medios que el señor Echevarría Domínguez acudió muy disgustado a levantar una denuncia ante la delegación de la PGR por difamación, de antemano se sabe que nada pasará más allá del ruido mediático.

¿Quién en su sano juicio y con dos dedos de frente va a ser tan imbécil para subir a las redes de internet un video o un audio editados y fácilmente de descubrir su truco? ¿Acaso los mismos antagonistas de los Echevarría? Ni modo que se estén poniendo la soga al cuello tan alegre y satisfactoriamente. Queda muy claro que hoy en día con esto de las comunicaciones electrónicas es muy fácil que alguien aviente un buscapiés denostándose a sí mismo y echarle la culpa a quien más gordo le caiga nomás para hacer la mosca chillar y distraer a la opinión pública. Pero en fin. Sea pues. Vale.