Rabietas en premio estatal de periodismo
Oscar González Bonilla
05 de Mayo de 2017
La inconformidad a flor de piel estalló al saber que no ganó el premio estatal de periodismo, cuando la fijación propia fue que su trabajo era el mejor. El cálculo falló, los tres integrantes del jurado calificador determinaron escasa la calidad periodística para alcanzar el mérito.
El jurado, después del análisis de los trabajos en lo particular y luego de la deliberación colectiva, emitió juicio definitivo: cuatro de los ocho géneros convocados a la participación se declararon desiertos. Fotografía y caricatura, uno por bando, ni siquiera llenaron el requisito de la presentación de dos para entrar a la competición.
En tanto crónica y artículo de fondo se declararon desiertos por no hallar el jurado el mínimo del conjunto de propiedades para valorar su excelencia. Lo digo con facultad del entendimiento, virtud a que este escribiente nada tuvo que ver en la resolución de los tres que conformaron el jurado calificador.
Me refiero a la ceremonia de entrega de estímulos hasta económicos por parte del Gobierno de Nayarit a los reporteros que ganaron el premio estatal de periodismo, que se realizó este miércoles 3 de mayo por la celebración del Día Mundial de la Libertad de Prensa.
Es un hecho inédito en la historia del premio estatal de periodismo que cuatro de ocho géneros quedaran fuera de la participación. Mas dos en automático, en tanto dos sí a juicio del jurado por explícitas razones. “Es la peor calificación que jamás se haya dado”, comentó un compañero periodista que participó en artículo de fondo. Entendible su berrinche. Y entre ellos algunos más de los 28 restantes, que en la mente se fijaron la idea que sus escritos son los mejores.
Tengo plena certeza que nada hay que objetar a los tres integrantes del jurado calificador del premio estatal de periodismo en sus ocho géneros: Francisco Flores Soria, Jorge Enrique González Castillo y Rogelio Zúñiga Escobedo, personajes que han tenido destaca actividad en diversos medios de comunicación. Dilatada es su experiencia reporteril, con amplios conocimientos en editorial y en la materia de embadurnar cuartillas desde hace muchos ayeres.
Estoy cierto que los tres antedichos son hombres probos y honestos, que la toma de decisiones para premiar la hicieron sin favoritismo y sin dolo, tampoco premiaron lealtades ni amiguismo, más bien se sujetaron a la transparencia, sin engaños, siempre con la mira puesta en premiar calidad que enaltece el ejercicio periodístico de Nayarit. Podrá alguien poner en duda la honorabilidad del jurado calificador, yo no. Son voces autorizadas
Está claro que hubo berrinches, rabietas y manifestaciones de inconformidad por parte de aquellos periodistas, cronistas, columnistas, articulistas y demás que no fueron premiados. Si hubo dolo, preferencia o predilección a la hora de premiar en el pasado, sólo sé decir que es la herencia que recibimos los integrantes del comité organizador
Las protestas han existido y habrán de coexistir, serán el punto de partida que nos autorice a desarrollar nuestro compromiso de organizar bien lo que a nosotros corresponde. Si faltasen, a lo mejor nuestra participación tendría muy poca razón de ser.
El estímulo económico (supera los 35 mil pesos) que concede el gobierno de Nayarit a cada uno de los periodistas que se ganaron el premio por medio de su trabajo, corresponde precisamente al incentivo para elevar el esfuerzo en el quehacer periodístico que redunde, si es posible, en la excelencia para beneficio de la sociedad lectora.
Pero lo pecuniario no es una concesión graciosa del gobierno, sino del esfuerzo de dirigentes de organizaciones periodísticas que lucharon sin desmayo para que a través de decreto, expedido por legislatura local, se institucionalizara el premio estatal de periodismo y el premio de periodismo deportivo.
Lo importante es que nuestros compañeros de oficio entren en razón de que deben poner mayor esfuerzo por elevar el nivel de conocimientos en la materia, por consecuencia mejorar la calidad de escribir lo pensado, hacer correcto uso de las ideas, de las palabras y someterse a las reglas de la escritura y ortografía, colocar la información de manera ordenada.
Sin embargo, quienes de una u otra forma en Nayarit participamos en la actividad periodística sabemos lo que somos, de qué somos capaces, todos nos conocemos. Cruda, frita, hervida o asada se reconoce la cebolla.
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