Tepic, Nayarit, viernes 19 de abril de 2024

Una Constitución mutilada

Sergio Mejía Cano

08 de Febrero de 2017

Bueno, pues por fin se cumplieron los primeros 100 años de que Nayarit pasó a ser un Estado Libre y Soberano, para dejar de ser el séptimo cantón de Jalisco, hecho que se plasmó en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que se promulgó el 5 de febrero de 1917, por lo que por esto ahora en Nayarit se celebran dos conmemoraciones: el nacimiento como estado republicano y por ende el de la entonces nueva Carta Magna que venía a sustituir a la de 1857, que a su vez derogó a la de 1824.

Sin embargo, de acuerdo a los enterados, de aquella Constitución Política que se dio a conocer en el Teatro de la República, en la ciudad de Querétaro, ya no queda casi nada de su contenido social, pues ha sido modificada poco menos de 700 veces, modificaciones que la han deformado dejando atrás la esencia, el espíritu de lo que en realidad querían dejar para el futuro los constituyentes de aquel entonces.

Nuestra Constitución Política ha sufrido tantas modificaciones supuestamente para adecuarla a los nuevos tiempos; pero en realidad, esas reformas que se le han hecho más bien pareciera que sea una marcha como los cangrejos: para atrás, porque se ha adecuado no precisamente a los tiempos actuales de bienestar social de la población en su conjunto, sino para estar a tono con lo que dictan las naciones que controlan la economía mundial y desde luego el nuevo orden, en donde se ha puesto de manifiesto la globalización que a nuestro país no le ha ido del todo bien; si acaso para unos cuantos, pero para el grueso de la población en sí, nada de nada, al contrario, hoy hay más pobreza manifiesta. Y por supuesto que se podría alegar como pretexto que hoy la población de México ha crecido bastante; sin embargo, con la desaparición de la clase media, se entiende que creció la pobreza en mucho a la par de los pocos que se han enriquecido y beneficiado gracias a ese nuevo orden económico mundial. Un orden económico mundial que a gran parte de la población mexicana ha regresado al pasado y más allá al tener que vivir en circunstancias muy similares a las que se vivían en la época porfirista y hasta pero aún, porque en pleno siglo XXI con tanta tecnología de por medio, ésta no le llega a buena parte de esa población la que ha comenzado a padecer de nuevo enfermedades aparentemente ya erradicadas como el sarampión, el cólera, la tuberculosis, la poliomielitis, el paludismo –hoy convertido en dengue-, lepra y otras tantas que al igual de las antes mencionadas, si bien algunas no han estado erradicadas del todo, se ha documentado que al menos sí estaban controladas, pero por alguna razón de descuido, dichas enfermedades al parecer han vuelto a ser parte cotidiana de los mexicanos.

Así que si bien con toda razón se festeja el que haya nacido hace 100 años el estado libre y soberano de Nayarit, no así se puede celebrar una Constitución que en casi nada se parece a aquella que se promulgó en 1917; una Constitución que protegía a la población para que ya no volviera a sufrir los agravios ancestrales devenidos de la invasión española que avasalló a los antiguos habitantes de esta parte del continente que hoy lleva por nombre América; sin embargo, esos agravios siguen estando presentes hoy en día, si bien cubiertos someramente con programas sociales, cada día se destapa esa cubierta dejando ver que prácticamente no sirven para gran cosa, y si como se dice que peor es nada, de todos modos la situación económica actual de la gran mayoría de la población es cada día más parecida o hasta en condiciones más paupérrimas que a finales del siglo XIX y principios del XX.

¿Cómo puede ser pilar de una Nación una Constitución que protege más a los grandes capitales que a la población en su conjunto? ¿En dónde ha quedado eso de la Reforma Agraria, el que las riquezas del suelo y subsuelo, litorales de los mares y ríos y zonas fronterizas son propiedad de la Nación y no de los gobiernos en turno que las han entregado a intereses extranjeros despreciando las luchas sociales? ¿Hoy en día se puede celebrar el 5 de febrero igual como se ha de haber festejado hace 50 años? Cada año se desluce cada vez más esta fecha en la mente de las nuevas generaciones de mexicanos como se han desdibujado ya el 20 de Noviembre, el 18 y el 21 de Marzo; y si bien el 1 de mayor no es una fecha nacional, ya también está pasando al olvido el día del trabajo al suspenderse los tradicionales desfiles a propósito prácticamente en la mayor parte del país. Pero en fin. Sea pues. Vale.

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