El costo social de la deuda pública de México
Octavio Camelo Romero
03 de Febrero de 2017
El país está empeñado. La irresponsabilidad de quienes lo gobiernan lo ha llevado a una situación de vulnerabilidad. La deuda pública y privada en México está muy cerca de igualar al PIB o producto interno bruto. Al primer trimestre de 2016 el saldo del “crédito total”, que incluye créditos, interno y externo, otorgados a los hogares, gobierno y empresas que sobrepasaron los 18 billones de pesos en ese periodo, fue igual al 97.5 por ciento del PIB según la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV). Como quien dice, todo lo que produce el país lo debe. La “deuda total” con respecto al PIB ha ido creciendo rápidamente, pues al cierre de 2006 era de 57.2 por ciento mientras que en diciembre de 2015 se ubicó en 94 por ciento del PIB. Por lo tanto, no solamente es urgente revertir la tendencia sino disminuir el “crédito total” del país. José Antonio Meade, titular de Hacienda, y Agustín Carstens, del Banxico, coinciden en que la “deuda pública” del país ha aumentado por arriba de lo planeado, al alcanzar un nivel de 50 por ciento como proporción del PIB. Sin embargo, el secretario de Hacienda y Crédito Público previó que en 2017 la meta es comenzar a disminuirla. Por su parte, el gobernador del Banco de México (Banxico), advirtió que si la deuda pública sigue creciendo su financiamiento será más complicado. No es solamente importante fijarse en el nivel de deuda, sino también en su estructura: hoy la deuda es mayoritariamente en pesos, en tasa fija y de largo plazo, dijo Meade.
No se puede estar en desacuerdo con la propuesta de reducir la “deuda pública” por lo menos, para lo cual hay que abonar a capital y reducir el costo financiero. Pero tampoco se puede estar de acuerdo con “debilitar” más al país y “socavar” su soberanía y autosuficiencia. Desde Miguel de la Madrid el gobierno de la República empezó a minar la fortaleza del Estado Mexicano al rematar sus empresas. Este proceso culmina en este periodo presidencial con la participación de los tres partidos grandes, PRI, PAN y PRD que bajo el manto del “Pacto por México” y con el liderazgo del presidente Peña Nieto, sacaron adelante las famosas “Reformas Estructurales” y la Reforma Hacendaria. El resultado es un Estado débil y frágil, que cualquiera como Trump, le grita y lo amaga. Por eso la disminución de la “deuda pública” debe cuidar el no lesionar más al Estado Mexicano ni a los mexicanos.
La deuda pública global anda en 9.7 billones de pesos y, su costo financiero alcanza los 568,197, o sea poco más de medio billón de pesos. Pero el gobierno de la República para abonar y para pagar los servicios de la deuda ha impuesto un recorte presupuestario. Desde luego que esto hay que hacerlo, pero no a los presupuestos estratégicos para el desarrollo del país y del bienestar social. De por sí, los intereses que el gobierno pagará en 2017 por la deuda pública, o sea, los más de medio billón de pesos, rebasan el presupuesto de seis de las actividades estratégicas del país, consignadas en el presupuesto de egresos del 2017. Tales rubros son: educación 265,704; desarrollo social 105,287; salud 121,817; medio ambiente y recursos naturales 35,978; ciencia y tecnología 26,963 y cultura 10,928. En total son 566,677.
La educación y la investigación científica son fibras sensibles para el desarrollo de las ciencias y las tecnologías del país, y, consecuentemente para mantener la soberanía y autosuficiencia científico-tecnológica y dejar de ser un país dependiente en ese rubro. Pero, quienes dirigen el país están pensando en entregarnos a los grandes capitales transnacionales, bien sean de USA, o de Unión Europea, Gran Bretaña, Canadá, etc. Desde luego que no es un pensamiento nacionalista sino entreguista. En fin.
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